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Eclesiastés 2: 1/12 1Entonces me dije a mí mismo: prueba la alegría y procura el bienestar. Pero también esto es pura ilusión. 2 Dije a la risa: ¡desquiciada! Y a la alegría: ¿para qué sirves? 3 Probé a regalar mi cuerpo con vino y a entregarme a la necedad, sin renunciar a la sabiduría, para descubrir en qué consistía el bienestar de los seres humanos y qué es lo que hacían bajo el cielo en los días contados de su vida. 4 Realicé grandes obras: me construí palacios, planté viñas, 5 me hice huertos y jardines y en ellos planté toda clase de frutales; 6 perforé pozos para regar con ellos un bosque lleno de árboles. 7 Compré esclavos y esclavas, además de los nacidos en casa; reuní también muchos más rebaños de vacas y ovejas que todos mis predecesores en Jerusalén.
8 Acumulé plata y oro y una fortuna proveniente de reyes y provincias; me procuré cantores y cantoras, placeres humanos y un harén de concubinas. 9 Prosperé y superé a todos mis predecesores en Jerusalén, mientras la sabiduría me asistía. 10 No negué a mis ojos nada de cuanto deseaban, ni me privé de alegría alguna, pues disfrutaba de todos mis afanes, y esa era la recompensa de todas mis fatigas. 11 Entonces reflexioné sobre todas mis obras y sobre la fatiga que me habían costado, y concluí que todo era ilusión y vano afán, pues no se saca ninguna ganancia bajo el sol. 12 Volví a reflexionar sobre la sabiduría, la insensatez y la necedad, pues ¿qué puede hacer el sucesor del rey? Repetir lo ya hecho. BLP.
... carne, la materia que revela hasta los extremos de sus limites, lo que significa "vivir", como respuesta al preconcebido todopoderoso estigma de la "muerte", la forma del genuino terror, que es además, la mas absoluta verdad, sobre lo que es el terror, como "estimulo"; patrocinado por satanás que es la muerte misma, a toda actividad humana, afanosa consumación de apetitos, e instintos, en todas las maneras imaginables, e inimaginables, "antes", que suceda la muerte y toda posibilidad de repetir, o innovar se pierda.
1 de Juan 2: 13/17 13 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que ha sido desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os he escrito a vosotros, niños, porque conocéis al Padre. 14 Os he escrito a vosotros, padres, porque conocéis al que ha sido desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes y la palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al maligno. 15 No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida[a], no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. LBLA.
Los cuerpos-la carne-, el "materialismo", que le ha dado, le da, y le dará forma, a la perecedera, muy corta irrupción de las criaturas en este mundo, glosando y desglosando, al estilo de los que hacen los ilusos con las "margaritas", la supra justificación de la gula-apetitos, y de los instintos-sexo- como estilo de vida, como manera de vivir, convirtiendo en olimpiadas, las estruendosas, espantosas, horripilantes aberraciones, que en "este tiempo", siglo veintiuno, han superado, los colmos antiguos; el diluvio, Sodoma y Gomorra.
Efesios 6: 10/17 10 Sólo me resta desear que os mantengáis fuertes, apoyados en el poder irresistible del Señor.11 Utilizad todas las armas que Dios os proporciona, y así haréis frente con éxito a las estratagemas del diablo. 12 Porque no estamos luchando contra enemigos de carne y hueso, sino contra las potencias invisibles que dominan en este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales del mal habitantes de un mundo supraterreno. 13 Por eso es preciso que empuñéis las armas que Dios os proporciona, a fin de que podáis manteneros firmes en el momento crítico y superar todas las dificultades sin ceder un palmo de terreno. 14 Estad, pues, listos para el combate: ceñida con la verdad vuestra cintura, protegido vuestro pecho con la coraza de la rectitud 15 y calzados vuestros pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz. 16 Tened siempre embrazado el escudo de la fe, para que en él se apaguen todas las flechas incendiarias del maligno. 17 Como casco, usad el de la salvación, y como espada, la del Espíritu, es decir, la palabra de Dios. BLP.
Todos, cada uno de los movimientos del cuerpo-carne-, cometidos por cada ser humano, durante su paso por este mundo, causan reacción en cadena en la eternidad, es decir, cada uno tiene consecuencias, en algunos casos aquí en el mundo, pero sin impunidad en la eternidad, decretada por la Justicia de Dios, en el infierno, lugar de Justicia en el cada quien recibirá el pago por lo que hizo mientras ocupaba su cuerpo-carne-, ignorantes o deliberados, sin excepción, ni uno solo quedara impune.
2 de Corintios 5: 1/10 1Porque sabemos que si la tienda terrenal que es nuestra morada[a], es destruida, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna en los cielos. 2 Pues, en verdad[b], en esta morada gemimos, anhelando ser vestidos con nuestra habitación celestial; 3 y una vez vestidos, no seremos hallados desnudos. 4 Porque asimismo, los que estamos en esta tienda, gemimos agobiados, pues no queremos ser desvestidos, sino vestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 5 Y el que nos preparó para esto mismo es Dios, quien nos dio el Espíritu como garantía[c].
6 Por tanto, animados siempre y sabiendo que mientras habitamos[d] en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7 (porque por fe andamos, no por vista[e]); 8 pero cobramos ánimo y preferimos más bien estar ausentes del cuerpo y habitar[f] con el Señor. 9 Por eso, ya sea presentes o ausentes, ambicionamos serle agradables. 10 Porque todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos estando en el cuerpo[g], de acuerdo con lo que hizo, sea bueno o sea malo. LBLA.
La vaciá vanidad, que se colma de vacío, al recocerla como vaciedad de vaciedades, conforma el orgullo, la arrogancia, el egoísmo, cimentados en el odio, identificación y explicación, fruto de la sabiduría, que una muy pequeña minoría, llamada remanente, pone en guardia, y esgrime la reflexión como herramienta para evitar que sus descendientes, y los descendientes de sus descendientes, repitan las mismas hazañas, destruyendo eficazmente el circulo vicioso del pecado, que fructifica en la muerte.
Romanos 6: 8/14 8 Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él, 9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; ya la muerte no tiene dominio sobre Él. 10 Porque en cuanto Él murió, murió al pecado de una vez para siempre; pero en cuanto vive, vive para Dios. 11 Así también vosotros, consideraos muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús[a].
12 Por tanto, no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no obedezcáis sus lujurias; 13 ni presentéis los miembros de vuestro cuerpo[b] al pecado como instrumentos[c] de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos[d] de justicia. 14 Porque el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia. LBLA.