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Juan 3: 1/7 1Entre los fariseos había un hombre que, entre los judíos, era muy importante. Se llamaba Nicodemo. 2 Éste vino de noche a ver a Jesús, y le dijo: «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios como maestro, porque nadie podría hacer estas señales que tú haces si Dios no estuviera con él.» 3 Jesús le respondió: «De cierto, de cierto te digo, que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.» 4 Nicodemo le dijo: «¿Y cómo puede un hombre nacer, siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar en el vientre de su madre, y volver a nacer?» 5 Jesús le respondió: «De cierto, de cierto te digo, que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu,[a] espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije que es necesario que ustedes nazcan de nuevo. RVC.

... con el mismo titulo, familia, tan disímil en su interior que no hay ni una sola llamada familia, que sea al menos parecida, no hay ni una sola que soporte al menos rudimentos acogidos como base, como ejemplo de otra familia para parecerse, es mas bien al contrario, porque las casas vecinas funciona en guerra franca por eliminar la mas mínima posibilidad de ser vista como igual, como similar a otra, resolviendo la pregunta sobre porque las gigante cantidad de "casas religiosas", igualmente disimiles entre sí por completo.   

Mateo 23: 1/10 1Después de esto, Jesús dijo a la gente y a sus discípulos: 2 «Los escribas y los fariseos se apoyan en la cátedra de Moisés. 3 Así que ustedes deben obedecer y hacer todo lo que ellos les digan, pero no sigan su ejemplo, porque dicen una cosa y hacen otra. 4 Imponen sobre la gente cargas pesadas y difíciles de llevar, pero ellos no mueven ni un dedo para levantarlas. 5 Al contrario, todo lo que hacen es para que la gente los vea. Ensanchan sus filacterias y extienden los flecos de sus mantos, 

6 y les encanta ocupar los mejores asientos en las cenas y sentarse en las primeras sillas de las sinagogas, 7 y que la gente los salude en las plazas y los llame: “¡Rabí, Rabí!” 8 Pero ustedes no busquen que los llamen “Rabí”, porque sólo uno es el Maestro de ustedes, y ése es el Cristo; y todos ustedes son hermanos. 9 Ni llamen “padre” a nadie en la tierra, porque sólo uno es el Padre de ustedes, y él está en los cielos. 10 Tampoco se hagan llamar “maestros”, porque sólo uno es su Maestro, y es el Cristo. RVC.

Lo escalofriante es la verdad que deja saber, cómo en la misma casa, los que alternan en su interior, son dueños de sus propios, individuales criterios, y creencias, de manera que lo único que realmente tienen en común, es el vinculo de sangre y de "afectividad", porque no son parte de la casa, no "engranan" en ningún plan o propósito, porque cada uno, de los que, "parecen ser familia", la abandonará; en muy corto tiempo, unos porque son echados a patadas por los progenitores, y los progenitores, persiguiendo apetitos e instintos.

Efesios 2: 17/22 17 Él vino y proclamó la paz tanto a ustedes que estaban lejos de Dios como a los que estaban cerca de él. 18 Por medio de Cristo todos podemos acercarnos al Padre en el mismo Espíritu. 19 Por lo tanto, ustedes los que no son judíos, ya no son inmigrantes ni exiliados, sino ciudadanos junto con el pueblo santo y forman parte de la familia de Dios. 20 Ustedes los creyentes son esa casa, construida sobre una base sólida formada por los apóstoles y profetas, siendo Cristo mismo la piedra más importante de la construcción. 21 Todo el edificio se mantiene unido debido a él, quien hace que crezca y se convierta en un templo santo para el Señor. 22 Gracias a Cristo, ustedes y los judíos forman parte del mismo templo donde vive Dios a través del Espíritu. PDT. 

La fachada que trata de normalizar el caos del mundo, unificando los nombres casa, en el contexto social,  y casa en el contexto religioso, evidencian el contraste con la armonía, la identidad, el propósito establecido por Cristo Jesús, en la formación de la Familia de la que El es cabeza, la familia que se identifica en El Padre, de quien son su imagen y semejanza, la familia edificada por el Excelso Arquitecto, eslabonada en la cadena de Amor eterno, a la pertenecen, pues son hijos del Amor, revelado en la cruz y en la tumba vaciá.

Colosenses 1: 15/20 15 Cristo es la imagen visible de Dios, que es invisible; es su Hijo primogénito, anterior a todo lo creado. 16 En él Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, tanto lo visible como lo invisible, así como los seres espirituales que tienen dominio, autoridad y poder. Todo fue creado por medio de él y para él. 17 Cristo existe antes que todas las cosas, y por él se mantiene todo en orden. 18 Además, Cristo es la cabeza de la iglesia, que es su cuerpo. Él, que es el principio, fue el primero en resucitar, para tener así el primer puesto en todo. 19 Pues en Cristo quiso residir todo el poder divino, 20 y por medio de él Dios reconcilió a todo el universo ordenándolo hacia él, tanto lo que está en la tierra como lo que está en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que Cristo derramó en la cruz. DHH. 

Los que parecen, pero no son, son prueba de la guerra entre pernoctantes de las casas, que aman el odio, que se yerguen cada uno en el orgullo que se solaza en la sofocación, de lo que "sus hermanos y padres", son, incapaces de posar como conciliadores, como ejemplo, en la medida que sus conductas y argumentos, son generadoras, de conflicto de intereses egoístas, en que la lucha no es por la justicia-santidad-, sino por socavarse unos a otros, dando rienda suelta al odio, que los separa eternamente.

Efesios 2: 12/16 12 Recuerden que ustedes no tenían a Cristo: no eran ciudadanos de Israel, no tenían nada que ver con los pactos ni con las promesas de Dios. Ustedes vivían sin Dios en el mundo y sin ninguna esperanza. 13 Pero ahora, unidos a Jesucristo ya no están lejos de Dios porque la muerte [a] de Cristo los acercó a Dios. 14 Cristo nos trajo la paz y es quien nos ha unido a todos en un solo pueblo. Antes, los judíos y los que no son judíos se odiaban y estaban divididos como si un muro los separara, pero Cristo murió para derrumbar ese muro de odio. 15 La ley tenía muchos mandamientos y normas, pero Cristo acabó con esa ley para que los dos grupos se conviertan en un solo pueblo con él, y así hizo la paz. 16 Cristo murió en la cruz y con su muerte terminó la enemistad entre los pueblos, hizo que todos estuvieran en paz con Dios y que fueran un solo cuerpo. PDT. 

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