! exacerbada !, ...
Apocalipsis 18: 1/8 1Después de esto vi a otro ángel que bajaba del cielo. Tenía mucho poder, y la tierra se iluminó con su resplandor. 2Gritó a gran voz: «¡Ha caído! ¡Ha caído la gran Babilonia! Se ha convertido en morada de demonios y en guarida de todo espíritu maligno, en nido de toda ave impura y detestable. 3Porque todas las naciones han bebido el excitante vino de su adulterio; los reyes de la tierra cometieron adulterio con ella, y los comerciantes de la tierra se enriquecieron a costa de lo que ella despilfarraba en sus lujos». 4Luego oí otra voz del cielo que decía: «Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis cómplices de sus pecados, ni os alcance ninguna de sus plagas;
5pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y de sus injusticias se ha acordado Dios. 6Pagadle con la misma moneda; Dadle el doble de lo que ha cometido, y en la misma copa-cáliz- en que ella preparó bebida mezcladle una doble porción. 7En la medida en que ella se entregó a la vanagloria y al arrogante lujo, dadle tormento y aflicción; porque en su corazón se jacta: “Estoy sentada como reina; no soy viuda ni sufriré jamás”. 8Por eso, en un solo día le sobrevendrán sus plagas:pestilencia, aflicción y hambre. Será consumida por el fuego, porque poderoso es el Señor Dios que la juzga». CST/LBLA.
... la muerte, rugen los demonios, la caldea babilonia, se viste en pandemónium; el éxtasis cunde por todas partes, el desenfreno fantasmagórico se lanza a las calles, desafiante usa los niños, los mas apreciados tesoros del Padre Celestial, haciendo de los que los usan, dos veces mas merecedores del infierno que el infierno mismo; ululan los infernales ronquidos en las cavernas que llaman casas e incluso "hogares", escuelas, lugares de "trabajo", "iglesias-sinagogas de satanás-".
Isaias 47: 1/13 1»¡Baja de tu trono y siéntate en el polvo, virginal ciudad de Babilonia! ¡Tu trono es ahora el suelo, destronada ciudad de los caldeos! ¡Nunca más volverán a llamarte “tierna y delicada”! 2Ponte a moler el grano, y haz harina; quítate el velo y las sandalias; descúbrete las piernas y cruza los ríos. 3Tu desnudez quedará al descubierto; tu deshonra quedará a la vista de todos. Yo voy a tomar venganza, y nadie saldrá bien librado.» 4¡El nombre de nuestro Redentor es el Señor de los ejércitos, el Santo de Israel!
5«¡Siéntate, ciudad de los caldeos! Guarda silencio y entra en las tinieblas, porque nunca más volverán a llamarte “señora de los reinos”. 6Yo me enojé contra mi pueblo; degradé a los que son míos, y los entregué en tus manos; pero tú no les tuviste compasión; sobre los ancianos dejaste caer el peso de tu yugo. 7Creíste que siempre serías señora, pero no te detuviste a pensar que un día llegaría tu fin. 8Pero escucha esto tú, libertina, que confiadamente reinas y te dices a ti misma “Yo soy yo, y fuera de mí no hay nadie más. Nunca me quedaré viuda, ni sabré lo que es la orfandad”: 9En un mismo día te vendrán estas dos cosas, orfandad y viudez; y vendrán sobre ti con toda su fuerza, a pesar de tus muchos hechizos y encantamientos.
10»Tú te atuviste a tu maldad, y pensaste que nadie te veía. Tu propia sabiduría y tu ciencia te engañaron al pensar para tus adentros “Yo, y nadie más”. 11Vendrá sobre ti un mal cuyo origen desconoces; caerá sobre ti un quebrantamiento que no podrás remediar; ¡te sobrevendrá una destrucción desconocida!
12»Pero tú sigue con tus muchos hechizos y encantamientos, a los que tanto tiempo has dedicado desde tu juventud; ¡tal vez puedas mejorarte, tal vez puedas fortalecerte! 13Tanto tiempo has dedicado a tus muchas conspiraciones; ¡que se presenten ahora esos que contemplan los cielos, esos que observan las estrellas! ¡Que te defiendan esos que cuentan los meses! ¡Que pronostiquen ahora lo que te va a sobrevenir! RVC
5«¡Siéntate, ciudad de los caldeos! Guarda silencio y entra en las tinieblas, porque nunca más volverán a llamarte “señora de los reinos”. 6Yo me enojé contra mi pueblo; degradé a los que son míos, y los entregué en tus manos; pero tú no les tuviste compasión; sobre los ancianos dejaste caer el peso de tu yugo. 7Creíste que siempre serías señora, pero no te detuviste a pensar que un día llegaría tu fin. 8Pero escucha esto tú, libertina, que confiadamente reinas y te dices a ti misma “Yo soy yo, y fuera de mí no hay nadie más. Nunca me quedaré viuda, ni sabré lo que es la orfandad”: 9En un mismo día te vendrán estas dos cosas, orfandad y viudez; y vendrán sobre ti con toda su fuerza, a pesar de tus muchos hechizos y encantamientos.
10»Tú te atuviste a tu maldad, y pensaste que nadie te veía. Tu propia sabiduría y tu ciencia te engañaron al pensar para tus adentros “Yo, y nadie más”. 11Vendrá sobre ti un mal cuyo origen desconoces; caerá sobre ti un quebrantamiento que no podrás remediar; ¡te sobrevendrá una destrucción desconocida!
12»Pero tú sigue con tus muchos hechizos y encantamientos, a los que tanto tiempo has dedicado desde tu juventud; ¡tal vez puedas mejorarte, tal vez puedas fortalecerte! 13Tanto tiempo has dedicado a tus muchas conspiraciones; ¡que se presenten ahora esos que contemplan los cielos, esos que observan las estrellas! ¡Que te defiendan esos que cuentan los meses! ¡Que pronostiquen ahora lo que te va a sobrevenir! RVC
Los cuerpos se visten de lo que realmente son; los chasquidos que no son voces se hacen uno con los fantasmas, las almas de los muertos; los huesos secos, son calaveras que señalan la muerte, el mundo ser muestra como lo que és, rendido en adoración al dios de este mundo, dios del abismo, señor de los demonios, que operan, que esclavizan, esgrimiendo el terror de la muerte, desde la regiones celestes, a las que han sido confinados por el Creador del Universo Cristo Jesús.
Judas 1: 5/10 5Aunque ustedes ya lo saben, quiero recordarles que cuando el Señor salvó al pueblo y lo sacó de Egipto, destruyó a los que no creyeron. 6Incluso a los ángeles que no cuidaron su dignidad, sino que abandonaron su propia mansión, los ha retenido para siempre en prisiones oscuras, para el juicio del gran día. 7También Sodoma y Gomorra, y las ciudades vecinas, que lo mismo que aquéllos practicaron la inmoralidad sexual y los vicios contra la naturaleza, fueron puestas como ejemplo y sufrieron el castigo del fuego eterno. 8Así mismo, también estos hombres, en sus sueños, contaminan su cuerpo, rechazan la autoridad y blasfeman de los poderes superiores. 9Pero ni siquiera el arcángel Miguel, cuando luchaba con el diablo y le disputaba el cuerpo de Moisés, se atrevió a proferir contra él juicio de maldición, sino que le dijo: «Que el Señor te reprenda.» 10Pero éstos blasfeman de las cosas que no conocen; y en las que por instinto conocen se corrompen como animales irracionales. RVC.
La ruindad espiritual, que caracteriza a los seres humanos, impide el irrenunciable análisis que es propio del libre albedrio, en que cada uno es cada quién, completamente responsable de cada uno de sus actos; análisis en que el razonamiento humano-sentido común-, es el criterio, que los hace parte del caudal que forman las mentes-almas- paralelas que convergen en el infierno, jugueteando mientras avanzan irremediablemente hacia la condenación eterna.
Hechos 7: 39/43 39»Pero nuestros padres rechazaron a Moisés y, como sentían deseos de regresar a Egipto, 40le dijeron a Aarón: “Haznos dioses que nos guíen de regreso, porque no sabemos qué le ha sucedido a Moisés, el que nos sacó de Egipto”. 41»Se hicieron, pues, un becerro y le ofrecieron sacrificios y se regocijaron por haberlo hecho ellos mismos. 42Pero entonces Dios se apartó de ellos y los dejó entregarse a la adoración del sol, la luna y las estrellas. En el libro de los profetas el Señor pregunta: »“¿Fue a mí al que le estuviste ofreciendo sacrificios durante los cuarenta años que pasaste en el desierto, Israel? 43No, quienes te interesaban eran los dioses paganos como Moloc, la estrella del dios Refán y los demás ídolos que te hiciste para adorarlos. Por lo tanto, te enviaré cautivo más allá de Babilonia”. NBV.
Fuera de si, fuera de control, la masa compuesta por los seres humanos esclavizados por satanás, se mueve como un gigante sunami, que consume todo a su paso, para finalmente consumirse a si mismo; disiparse dejando al descubierto la innombrable destrucción que testifican los escombros de todo lo que era su predilección, su solaz, sobre lo que yacen los cuerpos de los que debieran haber sido esa predilección, ese solaz.
Efesios 2: 14/18 14Cristo nos trajo la paz y es quien nos ha unido a todos en un solo pueblo. Antes, los judíos y los que no son judíos se odiaban y estaban divididos como si un muro los separara, pero Cristo murió para derrumbar ese muro de odio. 15La ley tenía muchos mandamientos y normas, pero Cristo acabó con esa ley para que los dos grupos se conviertan en un solo pueblo con él, y así hizo la paz. 16Cristo murió en la cruz y con su muerte terminó la enemistad entre los pueblos, hizo que todos estuvieran en paz con Dios y que fueran un solo cuerpo. 17Él vino y proclamó la paz tanto a ustedes que estaban lejos de Dios como a los que estaban cerca de él. 18Por medio de Cristo todos podemos acercarnos al Padre en el mismo Espíritu. PDT. Negrilla agregada por V.de.C.