! ilegitima !, ...

Jeremias 2:23/25 23»Tú dices: “¡Esto no es cierto! ¡No he rendido culto a las imágenes de Baal!” ¿Pero cómo puedes decir semejante cosa? ¡Ve y mira lo que hay en cualquier valle de la tierra! Reconoce los espantosos pecados que has cometido. Eres como una camella inquieta, buscando un macho con desesperación. 24Eres como una burra salvaje, olfateando el viento en época de apareamiento. ¿Quién puede contenerla de su celo? ¡Los que la desean no necesitan buscar demasiado, porque es ella quien corre hacia ellos! 25¿Cuándo dejarás de correr? ¿Cuándo desistirás de jadear tras otros dioses? Pero tú dices: “Ahórrate tus palabras. ¡Estoy enamorada de estos dioses ajenos, y no puedo dejar de amarlos!”. NTV.

… como la que mas, es la ramera que se hace llamar esposa; ilegitima como la que mas, es la inmensa idólatra que se hace llamar "iglesia"; sacrílega, muerta eternamente la gran prostituta, que se yergue en el lecho del infierno fornicando con sus amantes demoniacos , mientras pronuncia blasfemias, e incluye en sus delirios, el Nombre del Unico, Absoluto Dios y Creador, Cristo Jesús, principio y fin de todo lo creado, aumentando en gran  manera su eterna perdición.

Ezequiel 23: 1/10 1El SEÑOR me dijo: 2«Hijo de hombre, había una vez dos mujeres, hijas de una misma mamá, 3que cuando eran jóvenes se prostituyeron con los egipcios, perdiendo su virginidad. 4 La mayor se llamaba Aholá [a], y la menor, Aholibá [b]. Las hice mis esposas y me dieron hijos e hijas. Aholá representa a Samaria y Aholibá a Jerusalén. 5 Luego Aholá se comportó como una prostituta y me fue infiel, yendo tras sus amantes de Asiria. 6 Eran generales vestidos con sus uniformes púrpura, gobernantes y oficiales, todos de lo mejor de la caballería y de los jinetes. 

7 Así, Aholá se entregó a lo mejor de los asirios, a quien quiso, y se contaminó con sus repugnantes ídolos. 8 No dejó la prostitución que había empezado en Egipto, desde que dormían con ella en su juventud. Ella se ha acostado con muchos, que le acariciaron sus pechos virginales y descargaron su pasión en ella. 9 Así que permití que la tomaran sus amantes, los asirios que ella había deseado. 10 Ellos la violaron, [c] le arrebataron a sus hijos e hijas y la mataron a filo de espada. Su castigo se convirtió en advertencia para otras mujeres. PDT. 

La ilegitima que  usurpa, el lugar de la "esposa", exposición abierta y cínica de su prostitución, de su habilidad para traicionar, para cometer infidelidad, la que se revuelca con "sus amantes", sin conocerlos, pero que les da lugar como si fueran cada uno el esposo, la exacta evidencia de la vileza, que odia al Genuino Esposo, y lo envilece fornicando con lo desconocido, que son los demonios mismos, escondidos bajo nombres de diosas, y de dioses, que no ha conocido.

Ezequiel 23: 11/19 11 »¡Al ver esto su hermana Aholibá se contaminó con sus deseos y adulterio aun más que su hermana Aholá! 12 Ella también se entregó a los asirios, los gobernantes, los oficiales y los generales con sus espléndidos uniformes, los de la caballería y los jinetes, lo mejor de lo mejor. 13 Me di cuenta de que ella también se había contaminado, que las dos habían seguido el mismo camino. 14 Aholibá continuó con su adulterio. Veía las imágenes de los hombres caldeos pintados de rojo vivo en la pared, 15 con cinturones y turbantes, parecían jinetes, los hijos idóneos de Babilonia. 16 A causa de su deseo por ellos, envió mensajeros a los caldeos. 17 Los hijos de Babilonia vinieron a acostarse con ella. ¡Tanto la contaminaron hasta que se hartó de ellos! 18 Cuando mostró su desnudez y su infidelidad, me harté de ella como me harté de su hermana. 19 Pero entonces ella aumentó sus prostituciones acordándose de su juventud cuando vivía como prostituta en Egipto. PDT.

La Casa que ha sido edificada por el Creador, como hogar para la familia, que se fortalece, crece, madura; es la iglesia, en la que nacen los hijos de Dios, en la preciosa semblanza del hogar genuinamente constituido como familia, en la que el Padre es el Genuino y Unico Padre, en la Persona de Hijo Unigénito Cristo Jesús,  y la esposa es la Iglesia, la pura, sin mezcla, fiel en su absoluto amor, por su Absoluto esposo.

Efesios 5: 25/32 25 Esposos, amen a sus esposas como Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella. 26 Esto lo hizo para santificarla, purificándola con el baño del agua acompañado de la palabra 27 para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa y perfecta. 28 De la misma manera deben los esposos amar a sus esposas como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa, se ama a sí mismo. 29 Porque nadie odia su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida, como Cristo hace con la iglesia, 30 porque ella es su cuerpo. Y nosotros somos miembros de ese cuerpo. 31 «Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona.» 32 Aquí se muestra cuán grande es el designio secreto de Dios. Y yo lo refiero a Cristo y a la iglesia. DHH.

Los antros espectaculares, de asombrosa "arquitectura", auténticas obras de arte humanas, son dedicadas, como "casas de dios o de los dioses, mejor dicho de las diosas", y encubiertamente como si eso fuera posible, resumen sus dedicaciones, en muchos casos, rotulándolas como iglesias, siendo en realidad la residencia del adulterio espiritual, pues en cada rincón y en cada pared, y en cada estrado, se hacinan en su nichos, las diosas, los dioses, que adoran las ingenuas criaturas.

Ezequiel 8: 5/17 5 Entonces me dijo: «Dirige tu vista hacia el norte.» Dirigí mi vista hacia el norte y, en la entrada, junto a la puerta del altar, vi el ídolo que provoca la ira del Señor. 6 Luego me dijo: «¿Ves las cosas tan detestables que hacen los israelitas, con las cuales me alejan de mi santo templo? Pues todavía verás otras peores.» 7 Luego me llevó a la entrada del atrio. En el muro se veía un boquete. 8 Entonces me dijo: «Agranda el boquete del muro.»

Yo agrandé el boquete y encontré una entrada. 9 Entonces me dijo: «Entra y verás las cosas tan horribles que hacen allí.» 10 Entré y, a todo lo largo del muro, vi pintadas toda clase de figuras de reptiles y de otros animales impuros, y toda clase de ídolos del pueblo de Israel. 11 Setenta ancianos israelitas, entre los que se encontraba Jaazanías, hijo de Safán, rendían culto a esos ídolos. Cada uno tenía un incensario en la mano, del cual subía una espesa nube de incienso.

12 Y me dijo: «¿Ves lo que hacen en secreto los ancianos israelitas, cada uno en el nicho de su ídolo? Piensan que yo no los veo, que he abandonado el país.» 13 Y añadió: «Todavía los verás hacer cosas peores.» 14 Y me llevó a la puerta de entrada del templo del Señor, que da hacia el norte. Allí estaban sentadas unas mujeres, llorando por el dios Tamuz. 15 Entonces me dijo: «¿Ves esto? Pues todavía verás cosas peores.»

16 Entonces me llevó al atrio interior del templo del Señor y, a la entrada del santuario, entre el vestíbulo y el altar, unos veinticinco hombres estaban de espaldas al santuario; inclinados hacia el oriente, y con la frente en el suelo, adoraban al sol. 17 Entonces el Señor me dijo: «¿Lo ves? ¡No le ha bastado al pueblo de Judá con hacer aquí estas cosas tan detestables, que además ha llenado el país de actos de violencia! Una y otra vez provocan mi ira, y hacen que su pestilencia me llegue a la nariz.
DHH. 

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