Carácter, ...

2 de Corintios 12: 6/10 6-7Claro que hablar bien de mí no sería una locura, porque estaría diciendo la verdad. Pero no lo voy a hacer, porque no quiero que, sólo por las cosas que hago o digo, o por las cosas maravillosas que Dios me ha mostrado, alguien piense que soy más importante de lo que en realidad soy. Por eso, para que no me llene de orgullo, padezco de algo muy grave. Es como si Satanás me clavara una espina en el cuerpo para hacerme sufrir. 8Tres veces le he pedido a Dios que me quite este sufrimiento, 9pero Dios me ha contestado: «Mi amor es todo lo que necesitas. Mi poder se muestra en la debilidad.» Por eso, prefiero sentirme orgulloso de mi debilidad, para que el poder de Cristo se muestre en mí. 10Me alegro de ser débil, de ser insultado y perseguido, y de tener necesidades y dificultades por ser fiel a Cristo. Pues lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil. TLA.
 
... es lo que demuestra en los hombres su estilo de vida; es el carácter la realidad del estado interior de la gente, pues por su carácter son vistos y reconocidos en todo lugar mas allá de la "aparente" diferencia  fisiológica entre unos y otros; el carácter, es lo que "caracteriza", la manera de vivir, aquel enfoque de si mismo y de los demás, dentro de los planes en que cada quien obra en función primeramente de sus intereses, desconociendo orgullosamente los intereses de los otros.
 
Romanos 3: 27/28  27¿Dónde, pues, queda el orgullo del hombre ante Dios? ¡Queda eliminado! ¿Por qué razón? No por haber cumplido la ley, sino por haber creído. 28Así llegamos a esta conclusión: que Dios hace justo al hombre por la fe, independientemente del cumplimiento de la ley. DHH. 18No dejen que los condenen esos que se hacen pasar por muy humildes y que dan culto a los ángeles, que pretenden tener visiones y que se hinchan de orgullo a causa de sus pensamientos humanos. Colosenses 2: 18. DHH. 
 
La influencia "genética" de los padres en el carácter de los hijos, nos permite recordar las Palabras del Creador en las que su enseñanza es concluyente; Mi Padre y Yo somos Uno, Yo hago únicamente lo que Vi hacer a Mi Padre; de manera que el capitel del orgullo sobre la cabeza de los hijos del orgullo, que es odio y depravación, quedan en claro como reflejo del carácter del farsante que se hizo papá de los muertos resultado de su magnicidio. -Juan 8: 44-
 
Juan 10: 30 30Mi Padre y yo somos uno solo. TLA. 19Entonces Jesús les dijo: «De cierto, de cierto les digo: El Hijo no puede hacer nada por sí mismo, sino lo que ve que el Padre hace; porque todo lo que el Padre hace, eso mismo lo hace el Hijo. Juan 5: 19 RVC. 8Felipe le dijo: «Señor, muéstranos el Padre. Con eso nos basta.» 9Jesús le dijo: «Hace ya tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y tú, Felipe, no me has conocido? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo entonces dices: “Muéstranos al Padre”? Juan 14: 8/9. RVC. 
 
El que me tiene a Mi, tiene al Padre, y el que me tiene a Mi y tiene al Padre, los tiene por el Testimonio de Dios Espíritu Santo, es Dios habitado trinitariamente en el corazon de los cristianos que son vistos en el entorno, cojeando, inclinados humildemente como posición de amor que derriba el orgullo; son por su propósito débiles, hasta el agotamiento de todo lo que pudiera disminuir la Gloria de su Padre, porque los cristianos en su debilidad son manifestación del Poder de Dios. 
 
Efesios 2: 9/10 9La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. 10Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás. NTV.  Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completen mi gozo sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. No hagan nada
 
por contienda o por vanagloria. Al contrario, háganlo con humildad y considerando cada uno a los demás como superiores a sí mismo. No busque cada uno su propio interés, sino cada cual también el de los demás. Que haya en ustedes el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús, quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo y tomó forma de siervo, y se hizo semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2: 1/8. RVC. 

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