Son dos, ...
Josué 24: 14/15 "Ahora pues, teman (reverencien) al SEÑOR y sírvanle con integridad y con fidelidad. Quiten los dioses que sus padres sirvieron al otro lado del Río (Eufrates) y en Egipto, y sirvan al SEÑOR. Y si no les parece bien servir al SEÑOR, escojan hoy a quién han de servir: si a los dioses que sirvieron sus padres, que estaban al otro lado del río, o a los dioses de los Amorreos en cuya tierra habitan. Pero yo y mi casa, serviremos al SEÑOR." NBLH.
... o la casa que fundamento satanás como modelo de la "edificación" en el campo en que yacían Adán, Eva y dos hijos Cain y Abel, la primera de las "casas", que le dan nombre a la extendida urbanización que ostenta el nombre "mundo", en que reina como dios el urbanizador que opera como constructor de lo temporal aquí en la tierra, basado en su incesante motivación que es producto del "mundo en que yace" eternamente, ese lugar que recibe el nombre de infierno.
Las palabras pronunciados por Dios usando a Josué, el instrumento que pulió y afinó, desde que se inicio el camino que dejaba atrás al mundo-Egipto-, confrontan al pueblo que debería "ser", mayor de edad preparándose para "poder vivir" como hijos en el hogar en que Dios reina; ustedes como Cain fingen ser parte de la "Casa", fingen reverencia que se rinde en servicio a su Señor, sin embargo son solo la misma imitación del altar en que Abel derramaba rendido su corazón al Creador.
Hebreos 11: 4,8/10 Por fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que el que ofreció Caín, y por eso Dios lo declaró justo y le aceptó sus ofrendas. Así que, aunque Abel está muerto, sigue hablando por medio de su fe. Por fe, Abraham, cuando Dios lo llamó, obedeció y salió para ir al lugar que él le iba a dar como herencia. Salió de su tierra sin saber a dónde iba, y por la fe que tenía vivió como extranjero en la tierra que Dios le había prometido. Vivió en tiendas de campaña, lo mismo que Isaac y Jacob, que también recibieron esa promesa. Porque Abraham esperaba aquella ciudad que tiene bases firmes, de la cual Dios es arquitecto y constructor. DHH.
O la Casa, de la cual Dios es Arquitecto y Constructor, la Casa Grande en que habita la familia cuyo adn es 100% idéntico al de su Padre, la Casa Eterna, en que la Eternidad convoca lo predecible, lo obvio, lo pasajero, lo temporal de las edificaciones que son resultado del emulo Babel, para notificarles que por mucho que se esfuercen por hacerlas "duraderas", todas tienen término y por la misma razón, envejecerán y la maleza las cubrirá, a menos que distraigan su atención de lo temporal, para centrarla en lo eterno.
Juan 1: 12/13 Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado. DHH. Ninguno que sea hijo de Dios practica el pecado, porque tiene en sí mismo el germen de la vida de Dios; y no puede seguir pecando porque es hijo de Dios. 1 Juan 3: 9 DHH.
El fundamento de la Casa Grande, que estableció Cristo Jesús, cuando todo fue "consumado en favor de la humanidad", es Dios Mismo, el fundamento es Espiritual, Verdad todopoderosa de Dios que nos revela como la Casa Grande, es decir la Iglesia opera desde el Orden Espiritual, para sostener, cuidar, proteger y edificar la forma física en que aún hacen presencia en "este mundo" los cristianos hijos de Dios, que investidos de poder por la unción del Espíritu Santo, viven en constante aprendizaje sobre el estilo de vida en el cielo.
Juan 14: 1/4 «No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy.» DHH.
»Yo no voy a seguir en el mundo, pero ellos sí van a seguir en el mundo, mientras que yo me voy para estar contigo. Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado, para que estén completamente unidos, como tú y yo. Yo les he comunicado tu palabra, pero el mundo los odia porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal. Así como yo no soy del mundo, ellos tampoco son del mundo. Juan 17: 11, 14/16 DHH.
... o la casa que fundamento satanás como modelo de la "edificación" en el campo en que yacían Adán, Eva y dos hijos Cain y Abel, la primera de las "casas", que le dan nombre a la extendida urbanización que ostenta el nombre "mundo", en que reina como dios el urbanizador que opera como constructor de lo temporal aquí en la tierra, basado en su incesante motivación que es producto del "mundo en que yace" eternamente, ese lugar que recibe el nombre de infierno.
Las palabras pronunciados por Dios usando a Josué, el instrumento que pulió y afinó, desde que se inicio el camino que dejaba atrás al mundo-Egipto-, confrontan al pueblo que debería "ser", mayor de edad preparándose para "poder vivir" como hijos en el hogar en que Dios reina; ustedes como Cain fingen ser parte de la "Casa", fingen reverencia que se rinde en servicio a su Señor, sin embargo son solo la misma imitación del altar en que Abel derramaba rendido su corazón al Creador.
Hebreos 11: 4,8/10 Por fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que el que ofreció Caín, y por eso Dios lo declaró justo y le aceptó sus ofrendas. Así que, aunque Abel está muerto, sigue hablando por medio de su fe. Por fe, Abraham, cuando Dios lo llamó, obedeció y salió para ir al lugar que él le iba a dar como herencia. Salió de su tierra sin saber a dónde iba, y por la fe que tenía vivió como extranjero en la tierra que Dios le había prometido. Vivió en tiendas de campaña, lo mismo que Isaac y Jacob, que también recibieron esa promesa. Porque Abraham esperaba aquella ciudad que tiene bases firmes, de la cual Dios es arquitecto y constructor. DHH.
O la Casa, de la cual Dios es Arquitecto y Constructor, la Casa Grande en que habita la familia cuyo adn es 100% idéntico al de su Padre, la Casa Eterna, en que la Eternidad convoca lo predecible, lo obvio, lo pasajero, lo temporal de las edificaciones que son resultado del emulo Babel, para notificarles que por mucho que se esfuercen por hacerlas "duraderas", todas tienen término y por la misma razón, envejecerán y la maleza las cubrirá, a menos que distraigan su atención de lo temporal, para centrarla en lo eterno.
Juan 1: 12/13 Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado. DHH. Ninguno que sea hijo de Dios practica el pecado, porque tiene en sí mismo el germen de la vida de Dios; y no puede seguir pecando porque es hijo de Dios. 1 Juan 3: 9 DHH.
El fundamento de la Casa Grande, que estableció Cristo Jesús, cuando todo fue "consumado en favor de la humanidad", es Dios Mismo, el fundamento es Espiritual, Verdad todopoderosa de Dios que nos revela como la Casa Grande, es decir la Iglesia opera desde el Orden Espiritual, para sostener, cuidar, proteger y edificar la forma física en que aún hacen presencia en "este mundo" los cristianos hijos de Dios, que investidos de poder por la unción del Espíritu Santo, viven en constante aprendizaje sobre el estilo de vida en el cielo.
Juan 14: 1/4 «No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy.» DHH.
»Yo no voy a seguir en el mundo, pero ellos sí van a seguir en el mundo, mientras que yo me voy para estar contigo. Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado, para que estén completamente unidos, como tú y yo. Yo les he comunicado tu palabra, pero el mundo los odia porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal. Así como yo no soy del mundo, ellos tampoco son del mundo. Juan 17: 11, 14/16 DHH.