Decido, ...

Hechos 8: 26/28 Un ángel del Señor le habló a Felipe: «Prepárate para ir al sur por el camino que baja de Jerusalén a Gaza, el camino que cruza el desierto». Entonces Felipe fue y encontró a un eunuco etíope, funcionario de la Candace, o sea la reina de Etiopía. Él estaba a cargo de todos los tesoros de ella y había viajado a Jerusalén para adorar a Dios. Ahora regresaba a casa, sentado en su carruaje y leyendo el libro del profeta Isaías. PDT.

... por lo eterno, por lo "duradero", por lo que no tiene calidad sino que es la calidad misma, me decido por la vida, que jamás perece, la vida que cada día, ahora, y en el próximo futuro, me asombrará con lo que és, me asombrará por lo que obra en mi, porque la vida me permite ver a Dios el dador de la vida, y encuentro el principio eterno de toda verdad, encuentro a Dios, encuentro al Padre que tenia que conocer.

Año tras año he venido a Jerusalén a participar de la pascua, a comer del banquete que me satisface físicamente, pero que solo me recuerda el hambre muy grande que tengo por conocer que es lo que la pascua promete y como esa promesa podría ser el alimento que calme definitivamente mi necesidad de ser libre, mi aparente rutina de tantos años viajando desde tan lejos, no es otra cosa que mi sincera búsqueda de la respuesta que anhela mi corazón.

Hechos 8: 29/33 El Espíritu le dijo a Felipe: «Ve y acércate a ese carruaje». Felipe corrió hacia el carruaje y escuchó al funcionario leyendo el libro del profeta Isaías. Entonces Felipe le dijo: —¿Entiende lo que está leyendo? El funcionario le dijo: —¿Cómo puedo entender? Necesito que alguien me explique lo que estoy leyendo. Entonces el funcionario invitó a Felipe para que subiera y se sentara con él. La parte de la Escritura que estaba leyendo era esta: «Fue llevado como oveja al matadero; como un cordero que no se queja cuando le cortan la lana, no dijo nada. Fue humillado y le quitaron todos sus derechos. Su vida en la tierra terminó; no habrá ningún relato acerca de sus descendientes». PDT.

La disposición de corazón del esclavo eunuco alto funcionario de la reina Candace de Etiopía, recibió la respuesta de Dios, que propició el encuentro entre Felipe y el eunuco, este hombre que con seguridad llevaba una "vida" de opulencia y abundancia de bienes materiales todos perecederos, estaba en el plan de Dios para hacerle conocer la eternidad imperecedera y dispuso a su siervo Felipe, para que sirviera como su instrumento.

Hechos 8: 34/38 El etíope preguntó a Felipe: — Dime, por favor, ¿de quién habla el profeta, de sí mismo o de otro? Felipe tomó la palabra y, partiendo de este pasaje de la Escritura, le anunció la buena noticia de Jesús. Prosiguieron su camino y, al llegar a un lugar donde había agua, dijo el etíope: — Mira, aquí hay agua. ¿Hay algún impedimento para bautizarme? El etíope mandó parar el carro; bajaron ambos al agua y Felipe lo bautizó. BHTI. 

El etíope que anhelaba saber porque el sistema religioso, celebraba como en el tiempo del éxodo, el sacrificio del cordero sin mancha ni defecto, cuya sangre los salvó de la muerte, conoció que en ese tiempo el cordero de Dios había sido inmolado por causa de sus pecados y que  su sangre Sagrada, ya se había derramado para liberarlo de la esclavitud del pecado y de su consecuencia la muerte, que lo Unico que faltaba era morir, en la cruz con Cristo y nacer con El en su resurreccion.

Hechos 8: 39 Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó a Felipe. El funcionario ya no lo volvió a ver y siguió muy feliz su camino. PDT. El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado. Marcos 16:16 PDT.  

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