Somos, o no somos, al compararnos

Juan 5: 7 7El enfermo le respondió: «Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua se agita; y en lo que llego, otro baja antes que yo.» RBC.

La mas clara expresión de la naturaleza humana, en su búsqueda de la felicidad, es la imitación, que se se fundamenta en las apariencias. Quiero ser tan rico, como este, quiero ser tan atractiva, como aquella, quiero ser tan popular como ese, quiero tener el carro que conduce tal, quiero tener una esposa-o como el que tiene,...

Quiero ser saludable como todos los que he visto, y que junto con los que están aquí conmigo hace 38 años, tratamos de llegar al estanque, en el que hemos visto a tantos ser sanados; lo que pasa es que siempre llega al estanque, otro que no soy yo. Cuando ese que se me adelanta, sale del agua, lo veo como yo quisiera ser.

Juan 5: 8
8Jesús le dijo: «Levántate, toma tu lecho, y vete.» RBC. Es muy notable que Cristo Jesús, no haya hecho lo que parecía ser la norma que se requería para ser sanado, y que el enfermo reclamaba; "no hay nadie que me meta en el estanque". Cristo Jesús, no lo llevó al estanque, o pidió que alguno de sus discípulos lo llevara.

"Levantate toma tu lecho y vete", mirate a ti mismo y no mires a los demás, reconoce en ti mismo si realmente estas enfermo, deja de condolerte por tu situación, comparada la de los demás, ya hace mucho tiempo que haces esto. El Salvador conmueve todo nuestro ser, cuando El se encuentra con nosotros personalmente y lo hace para que aprendamos a vernos a nosotros mismos.

Juan 5: 14
14pero después, Jesús lo encontró en el templo y le dijo: «Ya estás sano; así que deja de pecar o podría sucederte algo mucho peor». NTV. Hay que meditar con integridad en la enseñanza, que encontramos, al apreciar que este hombre paralítico, confinado a un rincón en la calle, y que por su condición se podría prejuzgar pensando; ¿ese pobre hombre en tal situación, como podría pecar?

La genuina sanidad, que nos entrega por gracia El creador, es personal, no imita a nadie, su amor nos revela lo que realmente somos y de que estamos "enfermos en verdad". Que maravilloso poder hay en lo que El le recuerda, al que era paralítico: "Ahora que estas "sano", sabes porque estabas enfermo, No peques mas- "deja de pecar".

La búsqueda de la sanidad por apariencias, puede encontarse en cualquier estanque, o lugar parecido, pero la única sanidad, que requerimos, solo se encuentra en Cristo Jesús, quien con su amor, nos mostrará quienes somos y que valor, que siginifcado tiene lo que hacemos para El.

Deja que Cristo Jesús, venga a tu corazón y lo sane, como resultado de encontrarte por primera vez contigo mismo. Juan 5: 15
15Entonces el hombre fue a ver a los líderes judíos y les dijo que era Jesús quien lo había sanado. NTV.

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