Señor concedenos
Juan 14: 8 8Felipe le dijo entonces: —Señor, déjanos ver al Padre, y con eso nos basta. DHH.
La naturaleza humana tiene una enorme capacidad para expresar toda clase de sentimientos y de emociones y de acomodarlos a las circunstancias. Si tomamos por ejemplo el dolor, no el que siente nuestro cuerpo, sino el que decimos sentir en nuestro"interior", surge una avalancha de posibilidades para explicarlo.
Nuestro "dolor", es algo tan importante, que nada podrá convencernos de lo contrario, ¿como podrían si es nuestro dolor?. Es muy difícil ser objetivo con el dolor "ajeno", precisamente por eso, porque es el dolor de otro, no el nuestro. Si por ventura nos involucramos en el análisis del dolor de otro, siempre actuaremos insensiblemente.
Pensemos ahora, si seria posible que los seres humanos pudieran causar dolor a Dios. ¡Que!, con esta expresión empezamos bien, dando lugar a nuestra naturaleza humana. ¿como podría yo causar dolor a Dios, si El está para ver y solucionar mi dolor. Dios está solo para escuchar mis peticiones y concedermelas.
Herimos al Señor con nuestras peticiones; Se trata de algo que en forma de paráfrasis, ocurre en lo que Felipe le pide a su Señor;"Señor muestranos al padre y Tu pasaras a segundo nivel". señor cencedeme esto o aquello, para que cuando lo tenga, yo me olvide de ti. -Juan 14: 9-.
La gente y la religión que encontraron la segunda muerte en presencia del creador lo despreciaron, porque querían que les concediera cosas sobrenaturales, pero no lo reconocieron como Dios, Despreciaron a Cristo Jesús buscando al Padre, y lo que lograron fue despreciar al Padre.-1 de Juan 2: 22/23.
Hemos de anhelar el tiempo en que nuestra única petición al señor, sea porque nuestra relación con El, se fortalezca, porque asi lo conoceremos mas y nos acercaremos a ser verdaderos adoradores del Dios que nos ama tanto, que lo único que anhela es nuestro amor.
Esta es la formula en la que los Cristianos, ha dejado de herir a Dios El Padre, en la persona de Cristo Jesus, su unigénito, por la unción, por la acción del Espíritu Santo.