Nuestro Caminar

Hebreos 3: 17/19 17 ¿Y con quiénes estuvo Dios irritado durante cuarenta años? ¿No fue acaso con los que pecaron, y que por su pecado murieron en el desierto? 18 ¿Y a quiénes juró Dios que no entrarían en el lugar de reposo que les había preparado?... Se refería a los que le habían desobedecido, 19 que evidentemente no entraron porque no creyeron en Dios.Versión Castilian.

Un principio divino que es inherente a los creyentes en Cristo Jesús, es aquel que nos enseña lo que es para Dios es estar ociosos y estancados, girando en medio de la corriente, pero sin punto de llegada, sin lo que legitimamamente Dios llama destino, que no es otra cosa que la visión anticipada del lugar que hemos escogido, desde donde estamos para "caminar hacia el".

Los hombres sociales y religiosos en cambio promueven "destinos", que la gente ha "ver" cumplidos en terminos de cierto número de años, de manera que cuando cada quien "llega a su destino", le tienen preparado otro, para compensar el vacío que experientan al finalizar el camino y no encontrar nada.

Es así como se explica el vacío que hay en la gente, que lo único que puede hacer para superarlo , es fijarse nuevos destinos, o dicho en lenguaje de hoy, nuevas metas, que al fin de cuentas producirán el mismo resultado, de las anteriores, hasta cuando lo que consideran es la única meta real, a la que llaman muerte, llegue.

El principio divino que le es propio a los hijos de Dios en Cristo Jesús, por la unción del Espíritu santo, es que no se mueven o se quedan quietos por razones humanas, sino que tomados de la mano del dueño del futuro, que es su Señor y Salvador, caminan en este mundo, guiados por El, teniendo en mente el hogar, el cielo como lugar de destino.

Los Cristianos saben que las diferentes etapas que cumplen en este mundo, son el aprendizaje indispensable, para "poder disfrutar" el inconmensurable e inagotable goso y la llenura de verse en el lugar de destino, al que pertenecerán por siempre. ?Estas caminando de la mano del creador?, que impide que lo hagas?. Deja que El te diga lo que tienes que hacer.

Hechos 9: 3/6 3 En el viaje sucedió que, al acercarse a Damasco, una luz del cielo relampagueó de repente a su alrededor.4 Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 5—¿Quién eres, Señor? —preguntó. —Yo soy Jesús, a quien tú persigues —le contestó la voz—.6 Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer. NVI.

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