Celebración sin Tiempo

1 de Pedro 1: 23 23Pues han nacido de nuevo pero no a una vida que pronto se acabará. Su nueva vida durará para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios. NTV.

La vida que nos fue dada y el Evangelio que la explica, es una fiesta en si misma, porque cada segundo eterno es vivido, en el asombro de lo desconocido, de lo nuevo.

La vida que estaba destinada a morir, fue vencida en la Cruz por Cristo Jesús- 1 de Corintios 15: 55/57- Cuando la muerte fue vencida, y la humanidad redimida en su sangre, quedó en "suspenso", mientras la victoria fue declarada por el creador al reino de las tinieblas-Colosenses 2: 15-, y el creador abandonó lo que era el símbolo de la vida antigua,la tumba.

Cristo Jesús Resucitado, nos entrega la vida que vale y en su resurrección termina el "suspenso",que duro tres días y que en la tumba vacía, quedó eliminado el poder de la muerte. -Romanos 6: 4/7-

Al terminar el suspenso, nacemos, y quien nos recibe es el amoroso creador, que ya no nos abandonará jamás, tanto que nuestra nueva vida, es la que Cristo Jesús vive a través de cada uno para que sepamos lo que es el Evangelio como forma de vida, y para que los demás la conozcan. -Juan 1: 12-

Esa vida es una celebración que empieza cada mañana, al despertar y se prepara durante nuestro sueño, es una celebración sin tiempo, porque es un gozo permanente, en medio de las dificultades, tribulaciones, necesidades y maltratos, todo esto que gobernaba la vida antigua y que ahora es solo el privilegio de pasar de un lado a otro, tomados de la mano de Nuestro Señor.

2 de Corintios 4: 5/10 5Como ven, no andamos predicando acerca de nosotros mismos. Predicamos que Jesucristo es Señor, y nosotros somos siervos de ustedes por causa de Jesús. 6Pues Dios, quien dijo: «Que haya luz en la oscuridad», hizo que esta luz brille en nuestro corazón para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo.7Ahora tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro. Esto deja bien claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos.8Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos pero no caemos en la desesperación. 9Somos perseguidos pero nunca abandonados por Dios. Somos derribados, pero no destruidos. 10Mediante el sufrimiento, nuestro cuerpo sigue participando de la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús también pueda verse en nuestro cuerpo. NTV.

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