Gratitud a Dios


Hebreos 12: 28 28Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente, NVI.

Hilar en nuestras mentes, lo que hay en el corazón para dar lugar a que se escuche la palabra gracias, es algo que dará como resultado "adoración"; es todo un proceso en el que tomamos cada parte de lo que nos conmueve para darle forma al motivo de nuestra gratitud, al punto en que "esa forma", es a la que esta dirigida la explosión de nuestros labios.

Adorar es la manera como le damos el nivel de excelencia a la palabra gracias y es algo individual, es personal, es privado, ocurre entre el adorador y el adorado. Ese nivel de excelencia de los corazones agradecidos, debe ser la explicación de los hijos hacia su Dios y padre, por aquello que no pueden expresar de viva voz en su totalidad, pero que El recibe desde sus corazones.

Adorar es por tanto la fuente de la gratitud de los hijos hacia su Padre, por los beneficios específicos que El les ha concedido, es la suma de todo lo que Dios ha concedido y de lo que no, que fluye de los corazones que aprendieron a adorar agradeciendo por el regalo del perdón concedido en la cruz del calvario y como resultado la vida eterna confirmada en la tumba vacia.

Cualquier acto que manifestemos es adoración, por ruidoso que sea, pero que no nazca de la acción de gracias que alberga un corazon agradecido, es solo un acto religioso emocional que se realiza para satisfacer los deseos de la carne.

Colosenses 2: 20/23 20Ustedes están unidos a Cristo por medio de su muerte en la cruz, y ya no están sometidos a los espíritus que gobiernan este mundo. Entonces, ¿por qué se comportan como si todavía estuvieran bajo su dominio? ¿Por qué obedecen a quienes les dicen 21"No toquen esto", "No coman eso", "No prueben aquello"? 22Esas reglas no son más que enseñanzas humanas, que con el tiempo van perdiendo su valor. 23No se puede negar que son útiles, porque enseñan acerca de la conducta religiosa, la humildad y el dominio del cuerpo. Pero lo cierto es que no ayudan a combatir los malos deseos de nuestra naturaleza humana. Versión Lenguaje Actual.

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