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Salmo 106: 32/37 32 Hicieron enojar al SEÑOR en Meribá y por culpa de ellos le fue muy mal a Moisés, 33 pues lo importunaron tanto que él habló sin pensar. 34 No destruyeron a los pueblos que el SEÑOR les había dicho que destruyeran. 35 Al contrario, se mezclaron con los paganos y asimilaron sus costumbres. 36 Adoraron a los ídolos de ellos y eso se les convirtió en una trampa, 37 pues resultaron ofreciendo a sus propios hijos e hijas como sacrificio a esos demonios. PDT.

... esto es idólatras, exacta manifestación del carácter doble, de la rampante infidelidad, de la imposibilidad de ser dignos, ante la dignidad, que merezca emular, arraigar, com modelo, como forma de carácter que evidencia la altura, el señorío, el resplandor de la humildad, que brilla, exacta manera de ostentar en la sociedad y como parte del sistema religioso, su incoherencia, la inestable inconsistente debilidad del carácter que en fin, no puede acetarse porque siempre cambia. 

La conducta de la que nadie puede confiar, dadas las constantes maneras de modificar la "manera de ser" de los seres humanos, los centra en lo que para su satisfacción es la piedra angular de su fanatismo por la rebeldía, por la hipocresía, por la infidelidad, que los hace traidores en todo lo que hacen, explicando con su resistencia el caos que le da identidad y forma al mundo, la anarquía en que nada es real, nada es confiable, nada es de certeza permanente basado en principios. inmodificable.

el cimento del sistema religioso es la infidelidad de la gente a lo Absoluto, a la Unico, así es como entendemos porque la casi incontable cantidad de partículas que le dan forma al monstruo religioso que comanda satanás, es la simple, la primaria explicación, a la ilegitimidad en que se debaten las gentes, enfrentando sus propios tormentos como infieles, como traidores, como adúlteros espirituales, incapaces de sostener ninguna relación, entre seres humanos, excepto por sus conveniencias. 

Hechos 7: 49/ 59 49 »“Así dice el Señor: El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué casa pueden edificarme? ¿En qué lugar pueden hacerme descansar?50 ¿Acaso no soy yo quien hizo todo esto?” 51 »¡Pero ustedes son duros de cabeza, de corazón y de oídos! ¡Siempre se oponen al Espíritu Santo! ¡Son iguales que sus padres! 52 ¿A qué profeta no persiguieron? Mataron a los que antes habían anunciado la venida del Justo, el mismo a quien ustedes entregaron y mataron. 53 Ustedes, que recibieron la ley por medio de ángeles, no la obedecieron.» 54 Cuando ellos oyeron a Esteban decir esto, se enfurecieron tanto que hasta les rechinaban los dientes. 

55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, levantó los ojos al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús a su derecha. 56 Dijo entonces: «Veo los cielos abiertos, y que el Hijo del Hombre está a la derecha de Dios.» 57 Pero ellos, lanzando un fuerte grito, se taparon los oídos y arremetieron contra Esteban, 58 y lo sacaron de la ciudad y lo apedrearon. Los testigos falsos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo, 59 y mientras lo apedreaban, Esteban rogaba: «Señor Jesús, recibe mi espíritu.» RVC.

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