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Mateo 19: 13/14 13Le llevaron entonces varios niños para que les pusiera las manos encima y orara por ellos. Pero los discípulos reprendieron a los que los traían. ―No molesten al Maestro —les dijeron. 14―No, no —intervino Jesús—. No impidan que los niños vengan a mí, porque de ellos es el reino de los cielos. NBV. 1Jesús dijo a sus discípulos: — Es imposible evitar que haya quienes instiguen al pecado; pero, ¡ay de aquel que incite a pecar! 2Más le valdría que lo arrojaran al mar con una piedra de molino atada al cuello que ser culpable de que uno de estos pequeños caiga en pecado. Lucas 17: 1/2 BLP.

… tiernamente débil, sobrecogedoramente dependiente, inmaculadamente puro, casto, sobrenaturalmente puestos como único medio para realizar la vida como propósito eterno; los niños, los diamantes que El Creador pone en las manos de los padres para que ejerzan como escultores que esculpen con el poder del amor, la joya exclusiva, unica, irrepetible que se encuentra en el "interior del finísimo brillante", que es emulo de la "irrompible persona que El Creador dispuso.

Romanos 9: 17/22 17Pues en la Escritura Dios le dice al rey de Egipto: «Te hice rey precisamente para mostrar en ti mi poder y para darme a conocer en toda la tierra.» 18De manera que Dios tiene compasión de quien él quiere tenerla, y también le endurece el corazón a quien él quiere endurecérselo. 19Pero me dirás: «Siendo así, ¿de qué puede Dios culpar al hombre, si nadie puede oponerse a su voluntad?» 

20Y tú, hombre, ¿quién eres para pedirle cuentas a Dios? ¿Acaso la olla de barro le dirá al que la hizo: «Por qué me hiciste así?» 21El alfarero tiene el derecho de hacer lo que quiera con el barro, y del mismo barro puede hacer una olla para uso especial y otra para uso común.
22Dios, queriendo dar un ejemplo de castigo y mostrar su poder, soportó con mucha paciencia a aquellos que merecían el castigo e iban a la perdición.
DHH. 

El empeño, el cuidado, la atención que contiene cada "cincelada de amor" aplicada sin descanso, sin tregua, por la amorosa expectativa de la obra que dia a dia va tomando forma, impide el ocio de "actividades egocéntricas", que hacen decaer el ejercicio principal, porque desvían el propósito, promoviendo su abandono, desvirtuando el Encargo de la excelencia hecho al escultor, virtuando el detestable auto encargo, que según creen, los hace escultores de si mismos. 

Jeremias 18: 1/8 1Esta es la palabra del Señor, que vino a Jeremías: 2«Baja ahora mismo a la casa del alfarero, y allí te comunicaré mi mensaje». 3Entonces bajé a la casa del alfarero, y lo encontré trabajando en el torno. 4Pero la vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos; así que volvió a hacer otra vasija, hasta que le pareció que le había quedado bien.
5En ese momento, la palabra del Señor vino a mí, y me dijo: 6«Pueblo de Israel, ¿acaso no puedo hacer con vosotros lo mismo que hace este alfarero con el barro? —afirma el Señor—. Vosotros, pueblo de Israel, sois en mis manos como el barro en las manos del alfarero. 7En un momento puedo hablar de arrancar, derribar y destruir a una nación o a un reino; 8pero, si la nación de la cual hablé se arrepiente de su maldad, también yo me arrepentiré del castigo que había pensado infligirles. CST. 

La vida que se perdió, degeneró en muerte, la vida que esculpe, se corrompió en odio que socava, que destruye; el propósito de la vida que es la vida misma, descendió al abismo de la auto consideración, que es orgullo edificado sobre el odio; la vida que por propósito se proyecta eternamente en el Reino de la vida, pues la vida es eterna en propósito, sucumbió ante la inutilidad de la muerte, lo desértico de la carencia de propósito, pues propósito es la certeza de ejercer como escultor.

Genesis 4: 3/7 3Al llegar el tiempo de la cosecha, Caín presentó algunos de sus cultivos como ofrenda para el Señor. 4Abel también presentó una ofrenda: las mejores partes de algunos de los corderos que eran primeras crías de su rebaño. El Señor aceptó a Abel y a su ofrenda, 5pero no aceptó a Caín ni a su ofrenda. Esto hizo que Caín se enojara mucho, y se veía decaído.

6«¿Por qué estás tan enojado? —preguntó el Señor a Caín—. ¿Por qué te ves tan decaído? 7Serás aceptado si haces lo correcto, pero si te niegas a hacer lo correcto, entonces, ¡ten cuidado! El pecado está a la puerta, al acecho y ansioso por controlarte; pero tú debes dominarlo y ser su amo».  8Cierto día Caín dijo a su hermano: «Salgamos al campo».[a] Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.
NTV.

Los preciosos diamantes del Creador, fueron desde el principio, lo son en pleno siglo veintiuno, y lo serán por el resto de los tiempos, el objetivo del odio, que se descarga con sevicia contra ellos, porque hay que eliminar la posiblidadad de que "ellos", se atraviesen en los planes de autodestrucción egotista en que existimos, ; que envilecer su inmaculada ingenuidad, hay que violarlos física y mentalmente, hay que satirizarlos, para que en herencia sean mas sátiros que nosotros.
  
Juan 13: 2/15 2El diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que entregara a Jesús, así que mientras cenaban 3Jesús, que sabía que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas, y que había salido de Dios, y que a Dios volvía, 4se levantó de la cena, se quitó su manto y, tomando una toalla, se la sujetó a la cintura; 5luego puso agua en un recipiente y comenzó a lavar los pies de los discípulos, para luego secárselos con la toalla que llevaba en la cintura. 6Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: «Señor, ¿tú me lavas los pies?» 7Respondió Jesús y le dijo: «Lo que yo hago, no lo entiendes ahora; pero lo entenderás después.» 8Pedro le dijo: «¡Jamás me lavarás los pies!» Y Jesús le respondió: «Si no te los lavo, no tendrás parte conmigo.» 

9Simón Pedro le dijo: «Entonces, Señor, lávame no solamente los pies, sino también las manos y la cabeza.» 10Jesús le dijo: «El que está lavado, no necesita más que lavarse los pies, pues está todo limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos.» 11Y es que él sabía quién lo entregaría; por eso dijo: «No todos están limpios.» 12Después de lavarles los pies, Jesús tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Saben lo que he hecho con ustedes? 13Ustedes me llaman Maestro, y Señor; y dicen bien, porque lo soy. 14Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. 15Porque les he puesto el ejemplo, para que lo mismo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan. RVC.

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