El que, ...

Zacarías 2:8 Así ha dicho el glorioso Señor de los ejércitos, que me ha enviado a decir a las naciones que los despojaron a ustedes de todo: «El que los toca a ustedes, toca a la niña de mis ojos. RVC. 16 »Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. RVC.
… los toca a ustedes, estará en el exacto lugar en que la existencia tiene sentido, se verá excluido de “ustedes”, de mi “carísima” posesión, de mi preciada creación, que asesinada de “Mi”, muerta a la santidad, fue llena del carácter pervertido, de aquel con el que se revolcaron cometiendo adulterio en el lecho de muerte, el mentiroso asesino que recibió de sus asesinados, el acta de decretos que hace del depravado, el dios de este mundo, el poder subordinado que opera desde la Voluntad permisiva de Dios.
 
Lucas 4: 1/7  Jesús volvió del Jordán lleno del Espíritu Santo, y fue llevado por el Espíritu al desierto. Allí estuvo cuarenta días, y el diablo lo estuvo poniendo a prueba. Como durante esos días no comió nada, pasado ese tiempo tuvo hambre. Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que esta piedra se convierta en pan.» Jesús le respondió: «Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre.”» Entonces el diablo lo llevó a un lugar alto, y en un instante le mostró todos los reinos del mundo, y le dijo: «Yo te daré poder sobre todos estos reinos y sobre sus riquezas, porque a mí han sido entregados, y yo puedo dárselos a quien yo quiera. Si te arrodillas delante de mí, todos serán tuyos.» RVC.  
 
Mi preciada creación, el valor que nació en Mi Corazón, a la que amo por lo que es, pero de la que aborrezco la que hace, porque lo que hace es pecado; las criaturas que existen creyendo que pueden ser exitosos y prósperos, porque eso es “felicidad’, tal como lo proclaman los instrumentos de satanás y su evangelio, asegurando que es El Evangelio, la Buena Noticia, que es Cristo Jesús, enviado del cielo, para revelar, la Persona, el carácter y el Poder de Dios, en su “empeño” por  rescatar a sus criaturas del poder subordinado de las tinieblas.
 Job 1: 1/20 En el país de Uz vivía un hombre llamado Job. Era un hombre recto, que amaba y honraba a Dios y no hacía ningún mal a nadie. Tenía siete hijos y tres hijas. Era el hombre más rico del oriente, pues tenía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y muchísimos criados. Todos los días sus hijos se turnaban para hacer banquetes en sus casas, e invitaban a sus hermanas para que se les unieran a comer y beber. Una vez terminados los banquetes, Job los mandaba a purificarse; se levantaba muy temprano y le ofrecía un sacrificio al Señor, de acuerdo al número de sus hijos, pues pensaba que tal vez en su
interior ellos habrían ofendido al Señor. Esto lo hacía todos los días. Pero un día se presentaron ante el Señor sus servidores, y entre ellos llegó también Satanás. Cuando el Señor lo vio, le preguntó: «¿De dónde vienes?» Y Satanás le contestó: «Vengo de andar recorriendo la tierra.» Entonces el Señor le preguntó: «¿Y no has pensado en mi siervo Job? ¿Acaso has visto alguien con una conducta tan intachable como él? ¡No le hace ningún mal a nadie, y es temeroso de Dios!» Pero Satanás le respondió al Señor: «¿Y acaso Job teme a Dios sin recibir nada a cambio? 10 ¿Acaso no lo proteges, a él y a su familia, y a todo lo que tiene? Tú bendices todo lo
que hace, y aumentas sus riquezas en esta tierra. 11 Pero pon tu mano sobre todo lo que tiene, y verás cómo blasfema contra ti, y en tu propia cara.» 12 Entonces el Señor le respondió a Satanás:
«Ahí está Job. Haz lo que quieras con todas sus riquezas. Pero te prohíbo que a él le hagas daño.» Y dicho esto, Satanás salió de la presencia del Señor. 13 Un día, mientras los hijos y las hijas de Job comían y bebían en la casa del hermano mayor, 14 llegó un mensajero a la casa de Job y le dijo: «Estábamos arando el campo con los bueyes, y las asnas pacían cerca, 15 cuando de pronto llegaron los sabeos y nos atacaron, y mataron a los pastores y se llevaron los animales.
Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.» 16 Todavía estaba hablando el mensajero, cuando llegó otro y dijo: «Dios permitió que del cielo cayera un fuego destructor, que fulminó a tus ovejas y a los pastores. ¡Todo lo consumió! Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.» 17 Enseguida llegó otro mensajero con otra mala noticia: «Tres escuadrones de caldeos llegaron y atacaron a los criados, y se llevaron los camellos. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.»
 
18 Aún no terminaba de hablar este hombre, cuando llegó otro con esta noticia: «Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo en casa de su hermano mayor, 19 cuando del desierto llegó un fuerte tornado, y azotó la casa, y ésta se derrumbó sobre tus hijos y los mató. Sólo yo pude escapar para darte la noticia.» 20 Entonces Job se levantó y se rasgó las vestiduras, se rapó la cabeza en señal de luto, y con el rostro en tierra adoró al Señor, RVC.
 
Sea que Uno de los hijos se deslice, o los millones que lo niegan, el poder que los envuelve, es el poder subalterno, el poder que requiere el permiso de Dios para obrar, porque El Poder de Dios, que obra por Amor, es Santo, es Justo, jamás propiciara nada que socave, que erosione el libre albedrio de las criaturas, Es el amor paciente, Todopoderoso que anhelante espera se filtre la Luz Que es Cristo Jesús, en la gruesa oscuridad, que deja al descubierto la inconmensurable mentira en que han permanecido, la esclavitud que espanta, hasta el límite de la locura.
 
Lucas 15: 17/19 17 »Cuando finalmente entró en razón, se dijo a sí mismo: “En casa, hasta los jornaleros tienen comida de sobra, ¡y aquí estoy yo, muriéndome de hambre! 18 Volveré a la casa de mi padre y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de que me llamen tu hijo. Te ruego que me contrates como jornalero’”.NTV. 13 Cuando ustedes sean tentados a hacer lo malo, no le echen la culpa a Dios, porque él no puede ser tentado, ni tienta a nadie a hacer lo malo. 14 Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan. Santiago 1: 13/14. TLA.             

Entradas populares