El orden, ...

Juan 4: 24 24 Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. DHH. 4 Pero, cuando llegó el día señalado por Dios, él envió a su Hijo, que nació de una mujer y se sometió a la ley de los judíos. 5 Dios lo envió para liberar a todos los que teníamos que obedecer la ley, y luego nos adoptó como hijos suyos. 6 Ahora, como ustedes son sus hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a vivir en ustedes. Por eso, cuando oramos a Dios, el Espíritu nos permite llamarlo: «Papá, querido Papá". Gálatas 4: 4/6. TLA.

... En que conocemos a Dios, es el orden en que se manifiesta la Armonía infalible, el Poder que es "apreciable" en la creación probada en los cuerpos que contienen nuestras almas-mentes- para así entender el caos, la manifestación del poder falible, impredecible, titubeante, contradictorio por tanto cambiante, pero con argumentos razonables defendidos por la lógica; la inconsistencia aplicada en el "entorno", armónico que Dios creo, por parte de los creados que caóticamente tratan de entender usando únicamente la parte física y mental de sus individuales naturalezas que deben ser trinitarias.

1 de Tesalonicenses: 5: 23 23Que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que guarde irreprensible todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, para la venida de nuestro Señor Jesucristo. RVC. 16 ¿Acaso no saben que ustedes son un templo de Dios, y que el Espíritu de Dios vive en ustedes? 1 de Corintios 3: 16 TLA.

El orden Espiritual, la Armonía del Amor Creador de Dios, le determinó a la creación material-física y espiritual nacida de su Justicia y Santidad que son Eternamente exactas, perfectas, la respuesta a su omnipotencia, de manera que la creación entera responde ante su Creador, sin lugar a tracejo de duda o forcejeo de autoridad; respuesta que le da orden al Universo que se mantiene armónicamente unido a El, según la operación de su Voluntad, que "siempre se cumple", Esa Voluntad en la que los trinitarios hijos, obran armónicamente con su Padre, cumpliendo el propósito que el les da.

Efesios 1: 3/11 4 Dios nos escogió en Cristo desde antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos y sin defecto en su presencia. Por su amor, 5 nos había destinado a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, hacia el cual nos ordenó, según la determinación bondadosa de su voluntad. 6 Esto lo hizo para que alabemos siempre a Dios por su gloriosa bondad, con la cual nos bendijo mediante su amado Hijo. 7-8 En Cristo, gracias a la sangre que derramó, tenemos la liberación y el perdón de los pecados. Pues Dios ha hecho desbordar sobre nosotros las riquezas de su

generosidad, dándonos toda sabiduría y entendimiento, 9 y nos ha hecho conocer el designio secreto de su voluntad. Él en su bondad se había propuesto realizar en Cristo este designio, 10 e hizo que se cumpliera el término que había señalado. Y este designio consiste en que Dios ha querido unir bajo el mando de Cristo todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra. 11 En Cristo, Dios nos había escogido de antemano para que tuviéramos parte en su herencia, de acuerdo con el propósito de Dios mismo, que todo lo hace según la determinación de su voluntad.
DHH.

El orden en el que los seres humanos han "creado su sociedad y su religion", es el orden humano, gobernado por el poder caótico de las tinieblas, que opera desde las mentes de los creados que perdieron su capacidad de entenderse y entender a su Padre, perdieron la vida que es Espíritu y quedaron sometidos al contraste de lo que realmente "son", pues son los adoradores que adoran a su Padre en Espíritu y Verdad, porque han respondido humildemente al Amor de su Padre, recibiendo el regalo de la restaruracion-reconciliacion- según el plan determinado en su Voluntad.

Hebreos 11: 24/27 24Moisés confió en Dios y, por eso, cuando ya fue hombre, no quiso seguir siendo hijo adoptivo de la hija del rey. 25 No quiso disfrutar de lo que podía hacer y tener como egipcio, pues era pecado. Prefirió que los egipcios lo maltrataran, como lo hacían con el pueblo de Dios. 26 En vez de disfrutar de las riquezas de Egipto, Moisés decidió que era mejor sufrir, como también iba a sufrir el Mesías, pues sabía que Dios le daría su premio. 27Moisés confió en Dios y, por eso no le tuvo miedo al rey ni se rindió nunca. Salio de Egipto, y actuó como si estuviera viendo a Dios, que es invisible. TLA.    

Entradas populares