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Mateo 7: 21/23 21 No todos los que dicen: “Señor, Señor” entrarán en el reino de los cielos, sino los que hacen la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en el día del juicio: “Señor, Señor, mira que en tu nombre hemos anunciado el mensaje de Dios, y en tu nombre hemos expulsado demonios, y en tu nombre hemos hecho muchos milagros”. 23 Pero yo les contestaré: “Me sois totalmente desconocidos. ¡Apartaos de mí, pues os habéis pasado la vida haciendo el mal!”. BLP.

... distancia, o "desde" que punto en el que los hombres pueden "situarse", es posible explicar la intimidad; ese estado que en lo general supone cercanía causada por el "conocimiento", pero en cambio etiquetado desde la antigüedad por fuerza de la conveniencia sociopolítica y religiosa, que responde irremediablemente a conjuras de poder cimentado sobre la riqueza, que se desgrana en cada capa de los conglomerados humanos, hasta los mas humildes, sin que lo esencial que es el conocimiento "pueda ser tenido en cuenta", excepto en el caso de la intimidad que se atribuye a los que firman contrato de "matrimonio", que se reduce a una muy bien argumentada manera de practicar relaciones intimas-"sexuales"- entre los contratantes.

1 de Corintios 6: 16/17 15 ¿No se dan cuenta de que sus cuerpos en realidad son miembros de Cristo? ¿Acaso un hombre debería tomar su cuerpo, que es parte de Cristo, y unirlo a una prostituta? ¡Jamás! 16 ¿Y no se dan cuenta de que, si un hombre se une a una prostituta, se hace un solo cuerpo con ella? Pues las Escrituras dicen: «Los dos se convierten en uno solo»[a]. 17 Pero la persona que se une al Señor es un solo espíritu con él. NTV. 16 ¿Acaso no saben ustedes que son templo de Dios, y que el Espíritu de Dios vive en ustedes? 1 de Corintios 3: 16. DHH.

No hay distancia, no hay punto desde el que pueda emprenderse la explicación de la intimidad según lo que el Creador, descifra estructuralmente como fruto del conocimiento, porque intimidad para Dios es la "fusión de dos", que produce como fruto "Uno Solo", dos que deciden soberanamente ser parte el uno del otro, generando un estado permanente de crecimiento, de compenetración que en efecto dejaran de ser dos, tan notoriamente que se tornaran parecidos aun físicamente, desarrollo en el que los cuerpos en cóncavo y convexo, se conocerán en la libertad que Dios concede a "cada Una" de las parejas, cada una de las uniones de los que eran dos, que crecerán en todo, resultado de la manifestación libre de su identidad, por encima de las  regulaciones sociales y religiosas.


1 de Corintios 7: 1/5 Ahora, en cuanto a las preguntas que me hicieron en su carta: es cierto que es bueno abstenerse de tener relaciones sexuales.[a] Sin embargo, dado que hay tanta inmoralidad sexual, cada hombre debería tener su propia esposa, y cada mujer su propio marido. El esposo debe satisfacer las necesidades sexuales de su esposa, y la esposa debe satisfacer las necesidades sexuales de su marido. La esposa le da la autoridad sobre su cuerpo a su marido, y el esposo le da la autoridad sobre su cuerpo a su esposa. No se priven el uno al otro de tener relaciones sexuales, a menos que los dos estén de acuerdo en abstenerse de la intimidad sexual por un tiempo limitado para entregarse más de lleno a la oración. Después deberán volverse a juntar, a fin de que Satanás no pueda tentarlos por la falta de control propio. NTV.

Los seres humanos, se elevan en el Everest, descienden en el pacifico, se lanzan a "sondear" el espacio exterior argumentando algunos, que están tratando de encontrar a Dios, de conocerlo; su guia espiritual mantiene encubierta la verdadera razón de sus intentos, que al contrario de buscar conocer a Dios, buscan desesperadamente "poder negarlo"; concluir que no es cierto lo que sus conciencias les gritan "íntimamente", confrontando su perversión; que su angustioso afán, fundamento de su apologética religiosa, es afirmar que su maneras de existir no son pecado, para así evitar la cruz y a Cristo crucificado, sellando su espantosa decisión de mantenerse "ajenos a El", eficacia de su ignorancia absoluta sobre la genuina intimidad, que opera "en" corazones íntimos con El.   

Efesios 5: 22/27,31/32  22 Para las esposas, eso significa: sométase cada una a su marido como al Señor, 23 porque el marido es la cabeza de su esposa como Cristo es cabeza de la iglesia. Él es el Salvador de su cuerpo, que es la iglesia. 24 Así como la iglesia se somete a Cristo, de igual manera la esposa debe someterse en todo a su marido.25 Para los maridos, eso significa: ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó a la iglesia. Él entregó su vida por ella 26 a fin de hacerla santa y limpia al lavarla mediante la purificación de la palabra de Dios.[a] 27 Lo hizo para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni ningún otro defecto. Será, en cambio, santa e intachable. 31 Como dicen las Escrituras: «El hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo»[b]. 32 Eso es un gran misterio, pero ilustra la manera en que Cristo y la iglesia son uno. NTV.

Los muy obvios "decálogos" religiosos con los que son discipulados los seres humanos alrededor del mundo, son la predecible y maliciosa, presentación de la multitud de formas en que pueden "relacionarse con dios", guardando distancia entre la intimidad de la gente y la intimidad de dios, hecho físico y espiritual que prueba la separación entre las criaturas y su creador; porque cuando alguien se ha hecho uno con su Señor, consumándose la intimidad en que las distancias has sido eliminadas por completo, la verdad hace de su "interior, de su intimidad", la prueba en que el creyente y Cristo Jesús son Uno Solo; la vida que es Evangelio práctico, es la Apologética en que Cristo Jesús es su exponente, la Razón El Padre, El poder, del Espíritu Santo.            

Gálatas 1: 10/12 10 Yo no busco la aprobación de los hombres, sino la aprobación de Dios. No busco quedar bien con los hombres. ¡Si yo quisiera quedar bien con los hombres, ya no sería un siervo de Cristo! 11 Sepan ustedes esto, hermanos: el evangelio que yo anuncio no es invención humana. 12 No lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino que Jesucristo mismo me lo hizo conocer. DHH. 19 Fue la misma ley la que me condujo a romper con ella a fin de vivir para Dios, crucificado juntamente con Cristo. 20 Ya no soy yo quien vive; es Cristo quien vive en mí. Mi vida en este mundo consiste en creer en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí. Gálatas 2: 19/20. BLP. Negrilla agregada por V.de.C.  


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