Cierto, ...

1 de Juan 3: 7/10 Queridos hijos, no dejen que nadie los engañe acerca de lo siguiente: cuando una persona hace lo correcto, demuestra que es justa, así como Cristo es justo. Sin embargo, cuando alguien sigue pecando, demuestra que pertenece al diablo, el cual peca desde el principio; pero el Hijo de Dios vino para destruir las obras del diablo. Los que han nacido en la familia de Dios no se caracterizan por practicar el pecado, porque la vida de Dios[a] está en ellos. Así que no pueden seguir pecando, porque son hijos de Dios. 10 Por lo tanto, podemos identificar quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo. Todo el que no se conduce con rectitud y no ama a los creyentes[b] no pertenece a Dios. NTV.

... como verdad que recibimos de Dios, lo que fue el Estilo de Vida del que fueron hechos parte, el hombre y la mujer en el paraíso, armónicamente el Estilo de Vida de Dios, cuyo principio absoluto es el amor, pero que vino a "ser" otro estilo de vida" consecuencia de la crisis que sucedió en el paraíso, en la que el hombre se "dividió de la mujer, la mujer del hombre", y ambos divididos, apartados de Dios, surgiendo el estilo de "vida" humano, cuyo principio fundamental es el odio; los hombres perdieron la comunión. la armonía con su creador y Dios y Padre, para caer en esclavitud del que se erigió en amo, después de asesinarlos, el que disfrazado de serpiente, es satanás, Beelzebú, el diablo, el dragón la serpiente antigua. 

Génesis 2: 23/24  23 El hombre dijo: «¡Al fin! ¡Esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne! La llamaré “mujer” [a], porque fue sacada del hombre». 24 Por esa razón el hombre deja a su papá y a su mamá, se une a su esposa y los dos se convierten en un solo ser. PDT[b]  22 Llevaron entonces ante Jesús a un hombre ciego y mudo que estaba poseído por un demonio. Jesús lo sanó, de manera que el mudo comenzó a hablar y a ver. 23 Todos los que presenciaron esto decían asombrados: — ¿Será este el Hijo de David? 24 Pero los fariseos, al oírlo, replicaron: — Si este expulsa a los demonios, es


porque Belzebú, el propio jefe de los demonios, le da el poder para expulsarlos. 25 Pero Jesús, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: — Si una nación se divide en bandos, se destruye a sí misma. Y si una ciudad o una familia se divide en bandos, no puede subsistir. 26 Si Satanás expulsa a Satanás y actúa, por tanto, contra sí mismo, ¿cómo podrá mantener su poder? 27 Y si Belzebú me da a mí el poder para expulsar demonios, ¿quién se lo da a vuestros propios seguidores? ¡Ellos mismos son la demostración de vuestro error! 28 Ahora bien, si yo expulso los demonios por el poder del Espíritu de Dios, es que el reino de Dios ya ha llegado a vosotros. Mateo 12: 22/28. BLP. 


Lo seres humanos divididos, por tanto siempre dudosos los unos de los otros, fueron son y serán presa muy fácil del falaz asesino que los arrincona uno por uno, los separa, los divide,  en lugares bien distantes, desde los que domina sin resistencia a cada uno, susurrando sin cesar en las animas- mentes de los distantes y solitarios individuos, toda la basura, malicia, murmuración, chisme; supuradas como simple forma de carácter del mentiroso, vil sórdido destructor, maquinador, que por odio miente acerca del que esta lejos, para punzar la herida que le causó, repitiendo el proceso con el que escucha los disonantes chillidos de la muerte retumbando en su interior; si se trata del estilo de en que existen los seres humanos, gobernados encubiertamente por satanás.      

Juan 8: 44 44 Pues ustedes son hijos de su padre, el diablo, y les encanta hacer las cosas malvadas que él hace. Él ha sido asesino desde el principio y siempre ha odiado la verdad, porque en él no hay verdad. Cuando miente, actúa de acuerdo con su naturaleza porque es mentiroso y el padre de la mentira. NTV. Tiempo hubo en que vuestras culpas y pecados os mantenían en estado de muerte. Era el tiempo en que seguíais los torcidos caminos de este mundo y las directrices del que está al frente de las fuerzas invisibles del mal, de ese espíritu que al presente actúa con eficacia entre quienes se hallan en rebeldía contra Dios. Así vivíamos también todos nosotros en el pasado: sometidos a nuestras desordenadas apetencias humanas, obedientes a esos desordenados impulsos del instinto y de la imaginación, y destinados por nuestra condición a experimentar, como los demás, la ira de Dios. Efesios 2: 1/3. BLP.

En la distancia de la que son parte como "ciudadanos de este mundo", los seres humanos aceptan sin discusión que dios esta tan distante como lo están uno de otro dentro de la misma casa, dentro del mismo templo, dentro de la misma "iglesia" y que seguramente "ese dios" los mira con la misma sospechosa malicia con la que se miran unos a otros; incluyen en su aceptación la posibilidad de ser victimas de las murmuraciones, chismes, maquinaciones, manipulaciones, y conjuras, con las que "no saben quien",-el acusador- los acusa cada momento ante dios, por lo que se "encapullan mas", para aumentar la distancia con él y así evitar la reyerta de dios estimulada por las acusaciones que los desacreditan, los descalifican, para llegar, según creen a "ser atacados por dios".

Job 2: 1/2 Un día los miembros de la corte celestial[a] llegaron nuevamente para presentarse delante del Señor, y el Acusador, Satanás,[b] vino con ellos. El Señor le preguntó —¿De dónde vienes?
Satanás contestó al Señor: —He estado recorriendo la tierra, observando todo lo que ocurre. NTVAsí que fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña a todo el mundo. Él y sus ángeles fueron lanzados a la tierra.10 Entonces oí una fuerte voz en el cielo, que decía: «Ya llegó la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Mesías; porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que día y noche los acusaba delante de nuestro Dios. 11 Nuestros hermanos lo han vencido con la sangre derramada del Cordero y con el mensaje que ellos proclamaron; no tuvieron miedo de perder la vida, sino que estuvieron dispuestos a morir. Apocalipsis 12: 9/11 DHH.

Es el estilo en el que "vive" la gente, la evidencia perfecta, la conducta en que se le conoce día a día, como exponente del principio en el que lo absoluto del Amor, lo absoluto de Dios, es la esencia de su manera de obrar; la armonía con Dios que los hace irrevocablemente Uno con El, dejando en cada lugar la huella de la Unidad, efecto de su incansable lucha contra la división, que es la lucha contra el odio que genera el pecado, evidencia que desenmascara a "los que existen" exponiendo el odio, principio fundamental del estilo de vida humano, que los hace inexplicablemente uno con satanás, pero ajenos a todos, dejando en cada lugar la huela de la división, del dolor, de la frustración, de las ansias de venganza, todo enmarcado por lo que para Dios es pecado.

Romanos 5: 1/11 Así, pues, justificados por la fe tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien tenemos también, por la fe, acceso a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos regocijamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en los sufrimientos, porque sabemos que los sufrimientos producen resistencia, la resistencia produce un carácter aprobado, y el carácter aprobado produce esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado. Porque a su debido tiempo, cuando aún éramos débiles, Cristo murió por los

pecadores. Es difícil que alguien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios muestra su amor por nosotros en que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Con mucha más razón, ahora que ya hemos sido justificados en su sangre, seremos salvados del castigo por medio de él. 10 Porque, si cuando éramos enemigos de Dios fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, mucho más ahora, que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación. RVC.
  

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