La debil, ...

2 de Reyes 17: 29/40 29 Pero cada nación se hizo sus dioses, y los pusieron en los santuarios que los de Samaria habían levantado en los montes, cada nación en la ciudad donde habitaba. 30 Los de Babilonia hicieron imágenes de Sucot Benot, los de Cutá hicieron imágenes de Nergal, y los de Jamat hicieron imágenes de Asima. 31 Los aveos hicieron imágenes de Nibejaz y de Tartac, y los de Sefarvayin adoraban a Adramelec y a Anamelec, dioses de Sefarvayin, ofreciendo a sus hijos como sacrificios por fuego.

32 Pero esta gente también rendía culto al Señor, así que del bajo pueblo designaron sacerdotes para que ministraran en los altares de los montes, y éstos ofrecían los sacrificios de esa gente en esos santuarios. 33 Rendían culto al Señor, pero también honraban a sus dioses, como acostumbraban hacerlo las naciones de donde habían sido tomados.

34 Hasta el día de hoy, esta gente hace lo que siempre hizo: ni temen al Señor, ni cumplen sus estatutos ni sus ordenanzas, ni hacen lo que la ley y los mandamientos del Señor mandan hacer a los hijos de Jacob, cuyo nombre fue cambiado por el de Israel. 35 Con los israelitas el Señor hizo un pacto, y claramente les ordenó: «Ustedes no temerán a otros dioses, ni los adorarán, ni les servirán, ni les ofrecerán sacrificios.

36 Sólo me temerán a mí, el Señor, que con gran poder y con brazo extendido los saqué de Egipto. Sólo a mí me temerán y adorarán, y ofrecerán sacrificios. 37 Siempre tendrán cuidado de poner por obra los estatutos, derechos, leyes y mandamientos que yo les di por escrito. No temerán a dioses ajenos. 38 No olvidarán el pacto que yo hice con ustedes, ni temerán a dioses ajenos; 39 me temerán a mí, el Señor su Dios, y yo los libraré del poder de todos sus enemigos.»
40 Pero ellos no escucharon, sino que siguieron practicando sus costumbres antiguas. RVC.

... pronunciación de la Unica Verdad que es Dios Revelado en la Persona de su Hijo Cristo Jesús, declara la ausencia de autenticidad de los que en cambio repiten vigorosamente la deidad reina de los cielos, madre de dios, la fuerza en la que se arrodillan ante el dios de la agricultura, el fervor enardecido por la diosa dibujada en los arboles, en rocas y en piezas de vestir, la reverente suplica a los dioses del trueno, del huracán, del terremoto, la exaltación de la madre naturaleza, el soterrado culto a la diosa muerte y a los que estando muertos, "pernoctan" en lugares definidos con nombres sacados de una obra de autor italiano, las incesantes conjuraciones a la diosa suerte, combinadas con reprensiones a la diosa mala suerte, todas estas, mas las muchas no anotadas, gritan eternamente su pecado imperdonable.

La maquinación secreta puesta en práctica por el sistema religioso, tiene como único propósito preservar la estrategia que el dios de este mundo "implemento" a través del tiempo, oponiéndose abiertamente a la minoría de los que ungidos por Poder del Espíritu Santo, son testimonio vivo del Único y Vivo Dios, creador de los arboles, de las rocas, del hiero, de la cal, de las "piedras preciosas", de los ríos, de los montes, con los que el diablo fabrica los ídolos que le presenta a los seres humanos, asegurando que son muchos y muy poderosos y especializados cada uno en el área con la que bendice a los que le rindan culto, mintiendo en cuanto a la cantidad, a la multitud de dioses y de diosas, porque el único y verdadero ídolo es él, ecuménicamente unido a huestes, principados, potestades y gobernadores de la oscuridad en que esta envuelto el infierno.

Lo último de la implementación, responde al cumplimiento del Plan de Dios para revelarse a la humanidad, enviando a su Unigénito Cristo Jesús, a destruir las obras del diablo, hechos realizados y cumplidos, consumados en la cruz y en la tumba vaciá, hechos que obligaron a satanás, vencido para siempre por la libertad que Cristo regalo con su muerte y resurreccion, a utilizar todos los recursos espirituales supeditados de Dios para engañar a los que ya no están muertos, los que pudiendo vivir han decido libremente ser participes de la muerte eterna con satanás, los que si aceptan la nueva vida, su estilo de vida ya será mas el pecado, haciéndoles creer  que las sinagogas en que lo adoraban, "ahora" son iglesias, ahora son la casa de dios, y que los nichos en que están entronados los dioses-ídolos-, son santos, ya no se llamaran mas dioses y diosas, ahora son llamamos santos, y continúan siendo dioses porque son los que bendicen a la gente según su "especialidad.    

El ardid con el que es timada la humanidad por el dios de este mundo, consiste en adormecer su conciencia, aletargando sus posibilidades para entender que quiere decir la palabra dios, que relación tiene esa palabra con la gente, así las cosas la conciencia adormecida aceptara cualquier cosa que le sea enseñada, por el prurito en que es la "iglesia" la que enseña; entonces todo el montaje religioso sobre dios y la relación de dios, dioses-santos, santas-con sus cultores vendrá a ser la cauterizada la fanática razón de ser como miembro de la "iglesia", sin que puedan vislumbrar que cada afirmación ritual y ceremonial sobre muerte provisional en limbos, purgatorios e infiernos de varios niveles, en los que se aglutinan las mentes-almas, animas- de la gente, hacen del sacrificio en la cruz del Hijo de Dios, algo sin valor, algo que no alcanza para solucionar el pecado y la muerte. 

Cada segundo de tiempo humano, dedicado a semejante exacerbada ignominia, lacrada para ser confirmada en el infierno, le da forma al registro de la profecía final, la Unica que esta por cumplirse, el Apocalipsis, en el que Dios describe lo que merecerán aquellos participes de la gran ramera, la gran prostituta, la que violó en los cánones del cielo la totalidad de los principios del Amor, de la Santidad y de la Justicia, que se constituyen con fidelidad a toda prueba, pero  en cambio son apariencia; la que socarronamente envilece el "señorío de la esposa", el señorío de la iglesia, desafiando a Dios, desafiando al esposo cínicamente, profundizando hasta el mas bajo nivel su estado nauseabundo, con su pretensión de hacer caer sobre el Único Dios, todo el estiércol de su sórdida perversión encendida por los vicios, la pernicia de su pecado, el formol que "conserva su muerte".

Apocalipsis 17: 1/6 Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, vino y me dijo: «Ven acá, y te mostraré el castigo para la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas. Con ella han adulterado los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se han embriagado con el vino de su inmoralidad sexual.» Después el ángel me llevó en el Espíritu al desierto, y allí vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y estaba llena de nombres blasfemos. La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y portaba adornos de oro, piedras preciosas y perlas. En la mano tenía una copa de oro, la cual rebosaba de cosas detestables y de la inmundicia de su inmoralidad sexual. Inscrito en la frente ostentaba un nombre, cuyo sentido era un misterio: «La gran Babilonia, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra.» Vi que la mujer estaba ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los testigos de Jesús. Al verla, quedé muy asombrado. RVC.   Negrilla agregada por V.de.C.         

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