El nombre, ...

Génesis 4: 14/17 14Tú me echas hoy de la tierra, y tendré que esconderme de tu presencia. Errante y extranjero andaré por la tierra, y sucederá que cualquiera que me encuentre, me matará.» 15Pero el Señor le respondió: «Pues cualquiera que mate a Caín será castigado siete veces.» Y el Señor puso en Caín una señal, para que cualquiera que lo encontrara no lo matara. 16Caín salió de la presencia del Señor y habitó en la tierra de Nod,[a] al oriente de Edén. 17Y conoció Caín a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc. Entonces edificó una ciudad, y llamó a esa ciudad Enoc, como el nombre de su hijo. RVC.

...de la "puerta" que le dió acceso al sistema religioso fue Enoc, la ciudad que el exagricultor Caín construyó en honor a su hijo, ciudad en la que por fuerza empezó el diseño del sistema social que asociado al religioso es la base de la convivencia de las gentes que fueron ocupando lugar "cerca" de los que ya estaban establecidos, prestando mucha atencion a lo que veian, para "implementar" el lugar escogido, respondiendo por imitación a lo que hacia primeramente el constructor Caín, que seguramente agregó a su casa, algo parecido al altar que edificó imitando a su hermano, dando lugar al paisaje citadino que disfrutamos ahora, en el que cada esquina cuenta con un altar, a cual mas uno de otro de "primor y cuidado" en su construcción.

Hechos 17: 22/29 22 Pablo, erguido en el centro del Areópago, tomó la palabra y se expresó así:
— Atenienses: resulta a todas luces evidente que sois muy religiosos. 23 Lo prueba el hecho de que, mientras deambulaba por la ciudad contemplando vuestros monumentos sagrados, he encontrado un altar con esta inscripción: “Al dios desconocido”. Pues al que vosotros adoráis sin conocerlo, a ese os vengo a anunciar. 24 Es el Dios que ha creado el universo y todo lo que en él existe; siendo como es el Señor de cielos y tierra, no habita en templos construidos por hombres 25 ni tiene necesidad de ser honrado por humanos, pues es él quien imparte a todos vida, aliento y todo lo demás.
 
26 Él ha hecho que, a partir de uno solo, las más diversas razas humanas pueblen la superficie entera de la tierra, determinando las épocas concretas y los lugares exactos en que debían habitar. 27Y esto para ver si, aunque fuese a tientas, pudieran encontrar a Dios, que realmente no está muy lejos de cada uno de nosotros. 28En él, efectivamente, vivimos, nos movemos y existimos, como bien dijeron algunos de vuestros poetas: “Estirpe suya somos”. 29Siendo, pues, estirpe de Dios, no debemos suponer que la divinidad tenga algún parecido con esas imágenes de oro, plata o mármol, que son labradas por el arte y la inspiración humana. BLP.
 
Que excelencia en la sencillez con la que Nuestro Dios nos ilustra sobre la ociosidad humana, que es la fuerza en que se "mueven", las ciudades, lugares completamente estériles, pues no producen nada, solo consumen desaforadamente lo que producen los agricultores y los pastores; esos frutos que sostienen la "vida", conforme a la disposición de la Voluntad de Dios cumplida en los hijos que siempre están ocupados cumpliendo con el propósito que Dios les dió; las ciudades no producen nada diferente al pecado que resulta del "hacinamiento",-guardadas todas las proporciones- del que padeció el pueblo de Israel en la barracas de Egipto, esclavizados  a la sorna, al vicio que se forma en la decisión por la sórdida pereza, que se solivianta moviendo gigantes piedras para amontonarlas unas obre otras, empleando la famélica debilidad de miles esclavizados, que se ven como instrumento de semejante ocio, que construye tumbas y templos.  
 
1 de Reyes 8: 22/24, 27/29  22Luego, Salomón se paró frente al altar del Señor, y en presencia de todo el pueblo de Israel extendió los brazos al cielo y dijo: 23«Señor y Dios de Israel, no hay en los cielos ni en la tierra otro Dios como tú, pues tú cumples tu pacto y tienes misericordia de quienes te honran y te obedecen de todo corazón; 24tú has cumplido la promesa que le hiciste a tu siervo, mi padre David; lo que entonces le prometiste de palabra, hoy vemos que se ha cumplido. 27»¿En verdad, Señor, quieres vivir en este mundo? Si ni la gran expansión de los cielos es capaz de contenerte, ¡mucho menos este templo que he edificado en tu honor! 28No obstante, Señor mi Dios, sé que tú pondrás atención al clamor y a la plegaria que este siervo tuyo hoy eleva a ti. 29Dígnate posar, de día y de noche, tus ojos sobre este templo, pues un día prometiste: “Allí estará mi nombre.”RVC.  
 
La convicción de Abel, arraigada en el orden espiritual, es similar a la de Salomón, que en su oración de "dedicación del Templo", rinde honor a la Voluntad de Dios, que fue el autor de cada medida y cada trazo sobre los materiales que le dieron forma al templo que fue erigido en el lugar decidido por Dios, escogido y limpiado para ser lugar Santo, apartado para El y para su familia, los hijos que por tener cuerpo físico, han de caminar por el camino que se bifurca entre la enmarañada red de supercaminos en que camina el mal el extendido territorio del pecado, desarrollando en privado los principios en que se mantiene la relación de Dios con su iglesia, que vive y se "congrega", en la casa que ha sido hecha por Dios como semblanza del hogar en el cielo. Por tanto el Amor que Dios compartía con Abel, fue puesto en la semblanza del altar que Abel levanto, levantando la cruz en la que Cristo Jesús murió sacrificado una sola vez y para siempre.  
 
Hebreos 7: 26/28 26Así pues, Jesús es precisamente el Sumo sacerdote que necesitábamos. Él es santo, sin maldad y sin mancha, apartado de los pecadores y puesto más alto que el cielo. 27No es como los otros sumos sacerdotes, que tienen que matar animales y ofrecerlos cada día en sacrificio, primero por sus propios pecados y luego por los pecados del pueblo. Por el contrario, Jesús ofreció el sacrificio una sola vez y para siempre, cuando se ofreció a sí mismo. 28La ley de Moisés nombra como Sumos sacerdotes a hombres imperfectos; pero el juramento de Dios, que fue hecho después de la ley, nombra sumo sacerdote a su Hijo, quien ha sido hecho perfecto para siempre. DHH.
 
Fijémonos entonces que nos rodean muchísimas personas que demostraron su fe. Corramos sin fallar la carrera que tenemos por delante. Quitemos de nuestra vida cualquier cosa que nos impida avanzar, especialmente el pecado que nos hace caer tan fácilmente. Fijemos nuestra mirada en Jesús, en quien la fe empieza y termina. En vez del gozo que podía haber tenido, sufrió la muerte en la cruz y aceptó la humillación como si no fuera nada. Después se sentó a la derecha del trono de Dios. Si alguna vez se sienten desfallecidos y agobiados, piensen en Jesús, quien soportó pacientemente el maltrato de parte de los pecadores. Hebreos 12: 1/3. PDT.         

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