Ser, o decir que se es

Romanos 2: 23/24 23Están orgullosos de tener la Biblia, pero no la obedecen, y son una vergüenza para Dios. 24Tiene razón la Biblia cuando dice: «La gente de otros países habla mal de Dios, por culpa de ustedes mismos.» TAL.

En todos los ordenes de las actividades humanas, podemos ver a ciertos individuos que por su incapacidad, pasan desapercibidos y para hacerse notar, hacen grandes exposiciones, interrumpiendo a los demás para enumerar sus experiencias, y conocimientos, y reconocimientos.

Estos son los perfectos ejemplos de los que sin ser, tratan de ser, con su palabrería, porque el que realmente es, no tiene que explicarlo, es la gente quien lo reconoce y explica. La grandeza es muda en justificaciones y elocuente en realizaciones, la grandeza simplemente Es.

Dios nos previene sobre esa clase de gente y de organizaciones, de los que "dicen ser Cristianos", sin serlo. Se trata de los que a fuerza de argumentos, que en algunas veces incluyen uno que otro versículo de La Biblia, tratan de convencer a otros de su condición espiritual, cuando en realidad lo único que logran, es argumentar acerca de su inclinaciones religiosas.

Estos son los que avergüenzan a Dios, propiciando que la gente "hable mal de Dios", como consecuencia de sus estilos de vida, que por mucho que se le adorne con argumentos religiosos, no dejara de ser eso, religión y son los que desprestigian la iglesia de Dios de la que es cabeza y pastor Cristo Jesús.

Los Cristianos son la grandeza que es muda en justificaciones, pero que es la real elocuencia de Dios sobre la tierra, porque opera en el estilo de vida que hace posible Cristo Jesús, por la unción del Espíritu Santo, y que simplemente es; es apreciable, es visible, es vida que no avergüenza sino que testifica de la presencia viva de Dios.

Así las cosas, no es difícil, identificar tanto a los unos, como a los otros, pero como Dios dice; !Ay¡ de los que sin ser, pretendan ser, porque si por su causa, Soy blasfemado, lo Soy porque han hablado mal, de los que siendo, no necesitan justificarse.

Meditemos acerca de lo que decimos ser, no sea que lo que creemos, son "pruebas de Dios", sean en realidad, disciplina o el castigo que merecen nuestras divagaciones: 2 de Timoteo 3: 13
13pero los malos y los impostores serán cada vez más fuertes. Engañarán a otros, y ellos mismos serán engañados. NTV.

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