El ejercido de la voluntad


1 de Timoteo 6: 12 12Imita al deportista que se esfuerza por ganar la competencia: haz todo lo posible por ser un buen discípulo de Jesucristo, y recibirás el premio de la vida eterna. Dios te llamó y te prometió esa vida cuando delante de mucha gente anunciaste que habías confiado en Dios.Versión Lenguaje Actual.

Conocemos la enseñanza de las Sagradas Escrituras, acerca del éxodo que sucedió como resultado de la "predicacion" de Moises en Egipto, con la que dió a conocer la voluntad de Dios; EL YO SOY, para los descendientes de Jacob, nieto de Abraham.

La civilización Egipcia, que creía en 72 dioses principales y multitud de dioses "secundarios", recibió la forma de predicacion integral, que jamas ninguna civilización o nación habia recibido, para revelar al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, en que creian, los que habian sido sus esclavos por los últimos 430 años.

La creación se puso de rodillas ante su creador, en diez ocasiones, para ilustrar El Señorío todo poderoso que caracteriza al único y verdadero Dios. El amor de Dios por aquellos pocos que en secreto, oraban sin cesar pidiendo su intervención ante la esclavitud que sufrían, desplegó todo su poder para propiciar la liberación de su pueblo.

Pero todo ese sagrado despliegue, que acompaño a la predicación de Moises, estaba ante todos, tanto los creyentes como los paganos e idólatras, fue la presentación de la oferta de amor de Dios para todos, para que cada uno ejerciendo en su voluntad, decidiera aceptarlo a El, o continuar con su vida y adoración pagana.

Algo así como 1.600.000 individuos, ejerciendo su voluntad, decidieron aceptar la oferta de Dios, para irse al desierto, en el que "todo" dependiera de El. Pero la inmensa mayoría de los habitantes de Egipto, ejerciendo su voluntad se quedaron, rechazaron la oferta de Dios, para seguir con su forma de vida.

Los Egipcios y la gente de hoy, solo creen en si mismos y en su fuerza para vivir, su voluntad esta al servicio de realizar todo lo que sea necesario para "sentir" que tienen sus vidas bajo control, que los planes que trazan con tanto cuidado, les garantizaran los resultados.

Los israelitas del éxodo, como los cristianos de hoy, han hecho ejercicio de sus voluntades, para dejar que sea Dios, el que garantice la vida por venir, con todos sus componentes. Tanto los unos como los otros, han decidido abandonar todos sus esfuerzos y dejar que su fuerza sea Dios mismo.

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