Carta Magna del Cielo


Mateo capitulos 5 al 7

La Constitución del reino de los cielos, fundamento de la buena noticia del Evangelio, es decir del Nuevo Testamento, es decir de la Alianza Nueva y Eterna hecha posible en la sangre de Cristo de Jesús y en la tumba vacía, recibe el nombre de Sermón del Monte en la Biblia, que es la Palabra de Dios.

En El Sermón del monte, expresión de la forma de "vida que se vive en el cielo", enseñada personalmente por Cristo Jesús, hay una "interrupción de contenido": El creador, dijo de pronto: Mateo 7:
6 »No den lo sagrado a los *perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen. NVI.

La enorme multitud que lo escuchaba, no sabia que cada uno de sus corazones, estaba expuesto ante Cristo Jesús y que lo que oían, no les gustaba, a muchos los ofendía y otros simplemente estaban ahí. Todos, a excepción de 11, ya habían decidido que jamás harían lo que El les estaba proponiendo como forma de vida.

Antes que El terminara, esa enorme multitud, habia decidido desobedecer lo que El Decía; quien sabe si lograrían entender, aquello que Cristo Jesús, pronunció con tristeza divina, dirigido a su iglesia, compuesta por aquellos 11, que recibían con reverencia, humildad y certeza de obediencia su privilegiada enseñanza.

Que fácil es andar por ahí, buscando religiosos, que hablen y vivan igual a nosotros, para "creer" que a pesar de todo, lo que hacemos es para cumplir con lo que Dios enseña en su Palabra, pero que lo que oímos, no es dicho por Dios, sino por simples seres humanos, arropados con atuendos ceremoniales.

Si queremos tener certeza, de lo que ocurre en nuestro diario vivir, es indispensable, que meditemos, sobre lo que Dios quiso decir, en Mateo 7: 6, en concordancia con:

Juan 14: 21/26
21¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él. 22Judas (no el Iscariote) le dijo: —¿Por qué, Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo? 23 Le contestó Jesús: —El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él.24 El que no me ama, no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías sino del Padre, que me envió. 25»Todo esto lo digo ahora que estoy con ustedes.26 Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho. NVI.


Entradas populares