Yugo, ...
1 de Corintios 2: 6/9 Sin embargo, cuando estoy con creyentes maduros, sí hablo con palabras de sabiduría, pero no la clase de sabiduría que pertenece a este mundo o a los gobernantes de este mundo, quienes pronto son olvidados. No, la sabiduría de la que hablamos es el misterio de Dios, su plan que antes estaba escondido,
aunque él lo hizo para nuestra gloria final aún antes que comenzara el mundo; pero los gobernantes de este mundo no lo entendieron; si lo hubieran hecho, no habrían crucificado a nuestro glorioso Señor. A eso se refieren las Escrituras cuando dicen: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha imaginado lo que Dios tiene preparado para quienes lo aman». NTV.
... es la forma de unión con la que Dios nos ilustra la uniformidad exacta en que dos de la misma naturaleza, son hechos uno mediante el yugo, la herramienta que "une" las cabezas", para realizar la obra que el labriego planeó sobre el campo en que cosechará lo sembrado; el yugo, pues une las cabezas de dos bueyes que al estar unidas en realidad no son dos sino una, una sola cabeza.
Mateo 11: 28/30 Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana». NTV.
Cuando acabaron de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo sacaron para crucificarlo. Al salir encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón y lo obligaron a cargar la cruz de Jesús. Llegaron a un sitio llamado «Gólgota» que significa «Lugar de la Calavera». PDT.
El madero, "herramienta de ignominia y de muerte", vino a ser para la humanidad en la persona de Simon de Cirene, el perfecto yugo, la literal unión entre Cristo Jesús y cada uno de los que mueren con El, para resucitar con El; la cruz es semejanza de la herramienta de vida, que le "da cabeza al que no la tenia", para que pueda unirse a Dios, y ser una "sola" cabeza con El.
Mateo 10: 36/39 ¡Cada quien tendrá a sus peores enemigos en su propia casa! El que ame a su padre o madre más que a mí, no es digno de ser mío; y el que ame a su hijo o hija más que a mí, no es digno de ser mío. Y el que se niegue a tomar la cruz y seguirme no es digno de ser mío. El que se apegue demasiado a su vida, la perderá; pero el que renuncie a ella porque me ama, la salvará. NBD.
Las cabezas artificiales, ciegas mudas y sordas, que los seres humanos sociales y religiosos fabrican para "ponerlas sobre sus hombros", desconocen, como el absoluto de la ignorancia, los planes de Dios y lo que El ha preparado para los que lo aman, aquellos que como Simon de Cirene, reciben en Cristo Jesús, la "cabeza", que tiene oídos y oye, tiene ojos y ve, y tiene la mente de Cristo.
1 de Corintios 2: 14/16 El que no tiene el Espíritu no puede aceptar lo que viene del Espíritu de Dios, pues le parece una locura. No lo puede entender, porque hay que discernirlo con la ayuda del Espíritu. Por el contrario, el que tiene el Espíritu lo juzga todo, aunque él mismo no está sujeto al juicio de nadie, pues «¿Quién ha conocido la mente del Señor? ¿Quién podrá enseñarle?» En cambio, nosotros tenemos la mente de Cristo. NBD.
aunque él lo hizo para nuestra gloria final aún antes que comenzara el mundo; pero los gobernantes de este mundo no lo entendieron; si lo hubieran hecho, no habrían crucificado a nuestro glorioso Señor. A eso se refieren las Escrituras cuando dicen: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha imaginado lo que Dios tiene preparado para quienes lo aman». NTV.
... es la forma de unión con la que Dios nos ilustra la uniformidad exacta en que dos de la misma naturaleza, son hechos uno mediante el yugo, la herramienta que "une" las cabezas", para realizar la obra que el labriego planeó sobre el campo en que cosechará lo sembrado; el yugo, pues une las cabezas de dos bueyes que al estar unidas en realidad no son dos sino una, una sola cabeza.
Mateo 11: 28/30 Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana». NTV.
Cuando acabaron de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo sacaron para crucificarlo. Al salir encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón y lo obligaron a cargar la cruz de Jesús. Llegaron a un sitio llamado «Gólgota» que significa «Lugar de la Calavera». PDT.
El madero, "herramienta de ignominia y de muerte", vino a ser para la humanidad en la persona de Simon de Cirene, el perfecto yugo, la literal unión entre Cristo Jesús y cada uno de los que mueren con El, para resucitar con El; la cruz es semejanza de la herramienta de vida, que le "da cabeza al que no la tenia", para que pueda unirse a Dios, y ser una "sola" cabeza con El.
Mateo 10: 36/39 ¡Cada quien tendrá a sus peores enemigos en su propia casa! El que ame a su padre o madre más que a mí, no es digno de ser mío; y el que ame a su hijo o hija más que a mí, no es digno de ser mío. Y el que se niegue a tomar la cruz y seguirme no es digno de ser mío. El que se apegue demasiado a su vida, la perderá; pero el que renuncie a ella porque me ama, la salvará. NBD.
Las cabezas artificiales, ciegas mudas y sordas, que los seres humanos sociales y religiosos fabrican para "ponerlas sobre sus hombros", desconocen, como el absoluto de la ignorancia, los planes de Dios y lo que El ha preparado para los que lo aman, aquellos que como Simon de Cirene, reciben en Cristo Jesús, la "cabeza", que tiene oídos y oye, tiene ojos y ve, y tiene la mente de Cristo.
1 de Corintios 2: 14/16 El que no tiene el Espíritu no puede aceptar lo que viene del Espíritu de Dios, pues le parece una locura. No lo puede entender, porque hay que discernirlo con la ayuda del Espíritu. Por el contrario, el que tiene el Espíritu lo juzga todo, aunque él mismo no está sujeto al juicio de nadie, pues «¿Quién ha conocido la mente del Señor? ¿Quién podrá enseñarle?» En cambio, nosotros tenemos la mente de Cristo. NBD.