No pueden, ...

Juan 8: 42/43 Jesús les dijo: —Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque he venido a ustedes de parte de Dios. No estoy aquí por mi propia cuenta, sino que él me envió. ¿Por qué no pueden entender lo que les digo? ¡Es porque ni siquiera toleran oírme! NTV. ¿A quién le hablaré? ¿A quién le advertiré? ¿Quién podrá escucharme? Tienen tapados los oídos y no pueden comprender. La palabra del Señor los ofende; detestan escucharla. Jeremías 6: 10 NVI.

... entender lo que Dios dice porque antes de oírlo ya lo han rechazado, han tapado sus oídos porque la Palabra de Dios les resulta "ofensiva", detestan escuchar el poder del Amor de Dios que anhela la vida para todas sus criaturas y en cambio aman la mentira, que se transmiten unos a otros, palabras endulzadas por los que "sueñan" únicamente con perpetuar el estilo de vida que se basa en el pecado.   

Jeremías 23: 26/31 ¿Cuánto tiempo más seguirán los profetas siendo así? ¿Cuánto tiempo más seguirán anunciando mentiras y engaños que ellos mismos inventan? Con los sueños que se andan contando unos a otros quieren hacer que mi pueblo olvide mi nombre, como sus antepasados olvidaron mi nombre y adoraron a Baal. El profeta que tenga un sueño, que lo cuente; pero el que reciba mi mensaje que lo cuente fielmente. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano?, dice el SEÑOR. ¿Acaso no es mi mensaje como el fuego, y como el martillo que despedaza la roca?, dice el SEÑOR. »Por eso estoy en contra de los profetas que se roban unos a otros mis palabras, dice el SEÑOR. Estoy en contra de los profetas que se inventan mensajes y dicen que vienen del SEÑOR. PDT.

Rechinan los dientes contra Mi y contra los genuinos mensajeros que reciben Mi Palabra para derribar argumentos y la altivez que siempre se opone al conocimiento y a la obediencia a Dios, se burlan y hacen planes contra los maestros, los pastores, los legítimos profetas que ungidos por el Poder del Espíritu Santo, son la caja de resonancia de la Voz de Dios, que saca a la gente y en particular a los religiosos de sus trincheras.

Jeremías 20: 8/10 Cuando hablo, me brotan las palabras. Grito: «¡Violencia y destrucción!». Así que estos mensajes del Señor me han convertido en objeto de burla. Sin embargo, si digo que nunca mencionaré al Señor o que nunca más hablaré en su nombre, su palabra arde en mi corazón como fuego. ¡Es como fuego en mis huesos! ¡Estoy agotado tratando de contenerla! ¡No puedo hacerlo! He oído los muchos rumores acerca de mí. Me llaman: «El hombre que vive aterrorizado». Me amenazan diciendo: «Si dices algo te denunciaremos». Aun mis viejos amigos me vigilan, esperando que cometa algún error fatal. «Caerá en su propia trampa —dicen—, entonces nos vengaremos de él». NTV.

¡No nos juzgues, gritan unos, otros astutamente dicen, no puedes hablar con tanta dureza!, sus reclamos no son otra cosa que la reacción ante la "espada que los traspasa, ante el martillo que despedaza la roca", para dejar al descubierto la esencia de la existencia humana, acurrucada en las cuevas que llaman templos y lugares de sacrificio, desafiando neciamente la Soberanía de Dios, despreciando su Gracia, erigida en la cruz del calvario.

Filipenses 3: 18/19 Ya se los he dicho muchas veces, y ahora se los vuelvo a decir con lágrimas, que muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo. El futuro de ellos es la destrucción, porque su dios es su propio apetito y están orgullosos de lo que debería darles vergüenza. Sólo piensan en las cosas de este mundo. NBD. 

Gran cantidad de seres humanos actuando por simple arrastre de la masa que seguía de cerca gritando vítores de apoyo a los doctores de la ley y a los religiosos fariseos sumidos en la eterna condenación, que les mereció la humillación de la mujer adultera, junto con el religioso rico, fueron puestos al desnudo en la descripción que hizo Cristo Jesús en el suelo, y a pesar del espeso pecado en que existían le dieron la espalda a Dios, le dieron la espalda a la Vida, prefirieron la muerte.         

2 de Corintios 2: 16/17 Para los que se pierden, somos un espantoso olor de muerte y condenación, pero para aquellos que se salvan, somos un perfume que da vida. ¿Y quién es la persona adecuada para semejante tarea? Ya ven, no somos como tantos charlatanes que predican para provecho personal. Nosotros predicamos la palabra de Dios con sinceridad y con la autoridad de Cristo, sabiendo que Dios nos observa. NTV.

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