Agradar, ...

Romanos 8: 5,8 Los que viven entregados a sus desordenados apetitos, se preocupan de satisfacer esos apetitos; en cambio, los que viven según el Espíritu, se preocupan de hacer lo que es propio del Espíritu. En definitiva, los que viven entregados a sus desordenados apetitos no pueden agradar a Dios. BHTI.

... al Viviente Dios, Santo, Justo y Amoroso, es responder con reverencia, que es amor, a su Sagrada Naturaleza, Santa, Justa y Amorosa, de modo que agradar a Dios es la decisión libre y soberana de la voluntad humana de someterse a lo que Dios Es, acercándose a El conforme a lo que en El es Eterno, inmutable, por tanto primera y principal autoridad de principio a fin en todo lo que la creación "es" y el propósito que Dios le dió.

Romanos 8: 5/9 Los que viven entregados a sus desordenados apetitos, se preocupan de satisfacer esos apetitos; en cambio, los que viven según el Espíritu, se preocupan de hacer lo que es propio del Espíritu. Ahora bien, el afán por satisfacer los apetitos desordenados conduce a la muerte; el de hacer lo que es propio del Espíritu lleva a la vida y a la paz. Y es que el afán por satisfacer nuestros desordenados apetitos nos hace enemigos de Dios, a cuya ley ni nos sometemos ni tenemos siquiera posibilidad de hacerlo. En definitiva, los que viven entregados a sus desordenados apetitos no pueden agradar a Dios. Pero ustedes no viven entregados a esos apetitos, sino al Espíritu, ya que el Espíritu de Dios mora en ustedes. El que carece del Espíritu de Cristo, no pertenece a Cristo. BHTI.

Dios "Vive entregado a Ser Santo, Justo, porque es Amor", se trata de la revelación con la que el Poder de Dios, es dispuesto para que sus criaturas puedan acceder a La Majestad que es imposible de "sostener" en la mente finita de los seres humanos de manera que ese "acercamiento" amoroso y tierno de su Padre sea suficiente para "verse a si mismos", entregados a sus desordenados apetitos e instintos.

1 de Tesalonicenses 5: 21/24 Examinen todo y quédense con lo bueno. Manténganse alejados de todo lo malo. Nosotros oramos para que Dios mismo, el Dios de paz, los purifique completamente para que pertenezcan sólo a él. También pedimos para que todo su ser: su espíritu, su alma y su cuerpo permanezcan siempre sin mancha para cuando el Señor Jesucristo regrese. Dios, que los ha llamado, lo hará por ustedes y pueden confiar en él. PDT.

"Porque sin fe es imposible agradar a Dios", es la afirmación de la Voz de Dios en su palabra la Biblia, porque el fruto de la fe es la convicción de lo que es Principio y Fin de todo lo creado en la Autoria de Dios; la fe es el eslabón genético con el que cada creyente es hecho parte del orden espiritual, en el que a su vez es parte de la Naturaleza Divina, porque le es "dado espíritu", que unido a su cuerpo y alma, son la trinidad que le da forma a los hijos, a las personas que pertenecen a Cristo Jesús espiritualmente.

En ningún caso, ningún ser humano, puede tomar la decisión de "agradar a Dios", porque carece del Espíritu, que es creado sobre la base del perdón que se obtiene aceptando el pago de su deuda de pecado por la que Cristo Pago en la cruz, para ser digno en manos de Cristo Jesús, que lo diseñara tal como El lo concibió en su corazón, creándolo de nuevo, con identidad de hijo-a, capaz de pronunciar sin cesar Abba Padre, que es la expresión reverente del hijo que puede ver cara a Cara a Dios.    

El sistema religioso promueve desde que los guardianes celestiales veían la espalda de Adan y Eva que se alejaba hacia un mundo muerto como ellos, que Dios debe inclinarse ante su naturaleza pecadora y aceptar las prácticas que se inventan como sacrificio y como ritual; le hace creer a los seres humanos que viven entregados a satisfacer sus desordenados apetitos y sus aberrantes instintos, que practicar religión usando inclusive la sangre ajena de animales que sacrifican y miles de prácticas parecidas agradan a Dios.

Hebreos 9: 14,25/28 ¡Pero la sangre de Cristo puede hacer muchísimo más! Se ofreció a Dios como un sacrificio perfecto por el Espíritu eterno. Su sangre purifica nuestra conciencia del mal que hemos hecho para que así podamos adorar al Dios viviente. Cristo se ofreció a sí mismo, pero no muchas veces como lo hace el sumo sacerdote aquí en la tierra. El sumo sacerdote entra al Lugar Santísimo una vez al año para ofrecer sangre ajena. Si fuera así con Cristo, habría tenido que sacrificarse muchas veces desde que se creó el mundo, pero él vino en estos últimos tiempos y se ofreció de una vez por todas, sacrificándose a sí mismo para acabar así con el pecado. Todos los seres humanos morirán una sola vez y después vendrá el juicio. También Cristo se sacrificó una sola vez para perdonar los pecados de muchos. Él vendrá por segunda vez, pero ya no para ofrecerse por los pecados de la gente, sino para salvar a los que esperan su venida. PDT. 

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