¿Es este, ...
Santiago 2: 14/19,26 Hermanos míos, ¿de qué puede servir que alguien diga que tiene fe si no hace el bien? ¿Lo podrá salvar esa clase de fe? Supongamos que un hermano o hermana tiene necesidad de vestido o comida. Llega uno de ustedes y le dice: «¡Que Dios lo bendiga, abríguese y aliméntese!» Sin embargo, si no le da lo que realmente necesita en ese momento, ¿de qué sirve? De la misma manera, si la fe no está acompañada de hechos, así sola está muerta. Pero alguien puede decir: «Unos tienen fe, otros hacen buenas obras». Mi respuesta es que tú no puedes demostrarme que tienes fe si no haces nada. En cambio, yo te demuestro mi fe con las buenas obras que hago. ¿Crees que hay un solo Dios? ¡Qué bien! Pero los demonios también creen que hay un solo Dios y tiemblan de miedo. De manera que así como un cuerpo que no tiene espíritu está muerto, así también una fe que no tiene hechos está muerta. PDT.
... un ejemplo que prueba la consecuente conducta humana con su naturaleza egoísta fundada en el orgullo, de la que tratamos ayer? veamos; comenzaba nuestra misión en esta nación como familia cuya fe esta centrada en Cristo Jesús y conocimos a una familia compuesta por los esposos y dos pequeños niños, ellos nos visitaron, tanto en la casa pequeña (lugar en que dormimos, comemos y nos aseamos) como en la Casa Grande (lugar en que "todos los hijos", adoran y son capacitados por El Padre, como su Gran Familia que es la Iglesia.)
Un día sonó el teléfono y al responder hablo la esposa, a la que junto con su esposo y sus pequeños hijos no veíamos hacia largo tiempo, su llamada fue para invitarnos a la inauguración de un negocio del que eran socios, inauguración que tenían prevista para un mes después. Otro día sonó el teléfono empezando la noche, y esta vez hablo el esposo, habían pasado algo así como cuatro meses desde la ultima vez que llamó la esposa y el dijo que por la mañana se cumpliría una diligencia judicial que les ordenaba entregar la casa en que vivían, que él y su familia serian puestos en la calle.
La respuesta de mi parte fue, ustedes pueden contar con el lugar en que vivimos, espere por mi hijo y por mi vamos a recogerlos. En una pequeña camioneta de mi hijo hicimos tres viajes desde donde vivían hasta nuestro lugar de vivienda y finalmente la familia y todas su pertenencias estaban a nuestro alrededor. Su explicación a la situación fue; fuimos víctimas de una estafa, que nos impidió terminar los planes del negocio. Ellos compartieron nuestro lugar de vivienda por cuatro meses, durante los cuales nos acompañaron en las actividades de la iglesia tanto en la casa pequeña, como en la casa grande.
Con algo de presión de mi parte, el esposo consiguió trabajo y pasados algunos días, consiguieron un lugar para vivir, ambas cosas muy cerca de nosotros, la esposa también consiguió trabajo y "la normalidad" vino a ellos en poco tiempo. después de haber dejado nuestra "casa", nos visitaron algunas veces en la casa Grande, y en una de esas visitas la esposa nos dijo; "hemos sido tan bendecidos con el trabajo y la casa, que ahora ya no vamos a tener tiempo de venir a la iglesia"-sic-, y en efecto así fue, nuevamente volvieron a desaparecer aún viviendo y trabajando muy cerca de nosotros.
1 de Juan 2: 18/19 Hijitos, ésta es la hora última. Ustedes han oído que viene el Anticristo; pues bien, ahora han aparecido muchos anticristos. Por eso sabemos que es la hora última. Ellos salieron de entre nosotros; pero en realidad no eran de los nuestros, porque si lo hubieran sido se habrían quedado con nosotros. Pero sucedió así para que se viera claramente que no todos son de los nuestros. DHH.
El camino que habían trazado los esposos de nuestro relato, se vio afectado de pronto, "algo se rompió", inexplicablemente la búsqueda por reparación, no se hizo entre los seres humanos con los que compartían el "mismo camino", con los que departían ostentando sus individuales visiones de su "caminar", ellos decidieron "salirse por un tiempo de su camino" para "usar a Dios", como medio para reparar los que se les rompió, tan pronto como fueron reparados, volvieron a su consecuente manera de actuar y de existir, en la que se sabe visitan "iglesias", aquellas que están al margen de su camino.
Lucas 17: 11/19 Camino a Jerusalén, Jesús pasó por las regiones de Samaria y Galilea. Al entrar a cierto pueblo, diez leprosos salieron a encontrarlo. Se quedaron parados a lo lejos, y le dijeron en voz alta: —¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros! Al verlos, Jesús les dijo: —Vayan y preséntense ante los sacerdotes. Mientras iban a los sacerdotes, fueron sanados. Cuando uno de ellos vio que había sanado, regresó a donde estaba Jesús, dando gritos de alabanza a Dios. Se postró rostro en tierra ante Jesús y le dio las gracias. Este hombre era un samaritano. Jesús respondió: —Diez hombres fueron sanados, ¿dónde están los otros nueve? ¿Ninguno regresó a darle gracias a Dios sino este extranjero? Entonces Jesús le dijo: —Levántate y vete, porque tu fe te ha sanado. PDT.
... un ejemplo que prueba la consecuente conducta humana con su naturaleza egoísta fundada en el orgullo, de la que tratamos ayer? veamos; comenzaba nuestra misión en esta nación como familia cuya fe esta centrada en Cristo Jesús y conocimos a una familia compuesta por los esposos y dos pequeños niños, ellos nos visitaron, tanto en la casa pequeña (lugar en que dormimos, comemos y nos aseamos) como en la Casa Grande (lugar en que "todos los hijos", adoran y son capacitados por El Padre, como su Gran Familia que es la Iglesia.)
Un día sonó el teléfono y al responder hablo la esposa, a la que junto con su esposo y sus pequeños hijos no veíamos hacia largo tiempo, su llamada fue para invitarnos a la inauguración de un negocio del que eran socios, inauguración que tenían prevista para un mes después. Otro día sonó el teléfono empezando la noche, y esta vez hablo el esposo, habían pasado algo así como cuatro meses desde la ultima vez que llamó la esposa y el dijo que por la mañana se cumpliría una diligencia judicial que les ordenaba entregar la casa en que vivían, que él y su familia serian puestos en la calle.
La respuesta de mi parte fue, ustedes pueden contar con el lugar en que vivimos, espere por mi hijo y por mi vamos a recogerlos. En una pequeña camioneta de mi hijo hicimos tres viajes desde donde vivían hasta nuestro lugar de vivienda y finalmente la familia y todas su pertenencias estaban a nuestro alrededor. Su explicación a la situación fue; fuimos víctimas de una estafa, que nos impidió terminar los planes del negocio. Ellos compartieron nuestro lugar de vivienda por cuatro meses, durante los cuales nos acompañaron en las actividades de la iglesia tanto en la casa pequeña, como en la casa grande.
Con algo de presión de mi parte, el esposo consiguió trabajo y pasados algunos días, consiguieron un lugar para vivir, ambas cosas muy cerca de nosotros, la esposa también consiguió trabajo y "la normalidad" vino a ellos en poco tiempo. después de haber dejado nuestra "casa", nos visitaron algunas veces en la casa Grande, y en una de esas visitas la esposa nos dijo; "hemos sido tan bendecidos con el trabajo y la casa, que ahora ya no vamos a tener tiempo de venir a la iglesia"-sic-, y en efecto así fue, nuevamente volvieron a desaparecer aún viviendo y trabajando muy cerca de nosotros.
1 de Juan 2: 18/19 Hijitos, ésta es la hora última. Ustedes han oído que viene el Anticristo; pues bien, ahora han aparecido muchos anticristos. Por eso sabemos que es la hora última. Ellos salieron de entre nosotros; pero en realidad no eran de los nuestros, porque si lo hubieran sido se habrían quedado con nosotros. Pero sucedió así para que se viera claramente que no todos son de los nuestros. DHH.
El camino que habían trazado los esposos de nuestro relato, se vio afectado de pronto, "algo se rompió", inexplicablemente la búsqueda por reparación, no se hizo entre los seres humanos con los que compartían el "mismo camino", con los que departían ostentando sus individuales visiones de su "caminar", ellos decidieron "salirse por un tiempo de su camino" para "usar a Dios", como medio para reparar los que se les rompió, tan pronto como fueron reparados, volvieron a su consecuente manera de actuar y de existir, en la que se sabe visitan "iglesias", aquellas que están al margen de su camino.
Lucas 17: 11/19 Camino a Jerusalén, Jesús pasó por las regiones de Samaria y Galilea. Al entrar a cierto pueblo, diez leprosos salieron a encontrarlo. Se quedaron parados a lo lejos, y le dijeron en voz alta: —¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros! Al verlos, Jesús les dijo: —Vayan y preséntense ante los sacerdotes. Mientras iban a los sacerdotes, fueron sanados. Cuando uno de ellos vio que había sanado, regresó a donde estaba Jesús, dando gritos de alabanza a Dios. Se postró rostro en tierra ante Jesús y le dio las gracias. Este hombre era un samaritano. Jesús respondió: —Diez hombres fueron sanados, ¿dónde están los otros nueve? ¿Ninguno regresó a darle gracias a Dios sino este extranjero? Entonces Jesús le dijo: —Levántate y vete, porque tu fe te ha sanado. PDT.