Asomarse, ...
Jeremías 8: 5/6 Entonces, ¿por qué esta gente continúa en su camino de autodestrucción? ¿Por qué los habitantes de Jerusalén rehúsan regresar? Se aferran a sus mentiras y se niegan a volver. Escucho sus conversaciones y no oigo una sola palabra de verdad. ¿Hay alguien que esté apenado por haber hecho lo malo? ¿Alguien que diga: “¡Qué cosa tan terrible he hecho!”? ¡No! ¡Todos corren por el camino del pecado tan veloces como galopa un caballo a la batalla! NTV.
... es lo que que hace el que esta afuera, y es aplicable al que se asoma al caudal del río desde la orilla, el que se asoma no es parte de lo que esta tratando de ver; esta es una forma de ilustración en la que somos enseñados sobre lo que algo así es en verdad; el río largo, profundo y ancho, es visto por "uno" que no es río en ninguno de sus componentes, no es parte de la informe cantidad de elementos que lo componen.
El que se asoma solo tiene acceso a una pequeña parte del total de las "dimensiones" del río, no ve el sitio en que "nace", no ve lo que hay en sus entrañas-profundidad-, y en la distancia quizás puede avistar la "otra orilla" y no puede ver el final aunque sabe donde termina donde muere; la imagen nos entrega como principio de incalculable valor, lo individual, lo unico del que observa, se trata de lo que para Dios es la genuina soledad, la del que avanza en su camino, siendo testigo del gigantesco caudal de aquel río.
Juan 17: 14/16 Les he dado tu palabra, y el mundo los odia, porque ellos no pertenecen al mundo, así como yo tampoco pertenezco al mundo. No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. Al igual que yo, ellos no pertenecen a este mundo. NTV.
Hemos de prestar reverente atención a la advertencia que esta contenida en la acepción "asomarse", que conlleva la gravísima responsabilidad, de los que, o por verse y sentirse muy seguros, se acercan frecuentemente a la "orilla" del gigante río, o los que por la debilidad de su fe, por las dudas o por curiosidad, están constantemente "observando el río", llegando en muchos casos a "caer en el caudal furioso del gigante y ser arrastrados irremediablemente hacia el final de la carrera en la que se encuentra la "caída a las profundidades del abismo".
1 de Corintios 10: 12 Así que, el que se sienta muy seguro y firme, cuídese de no caer. PDT. Yo me sentí seguro, y pensé: «Nada me hará caer jamás.» Salmos 30: 6 DHH. Ya no seremos como niños, que cambian fácilmente de parecer y que son arrastrados por el viento de cualquier nueva enseñanza hasta dejarse engañar por gente astuta que anda por caminos equivocados. Efesios 4: 14 DHH.
El que no se asoma porque sabe que hacerlo detiene su camino, y que podría perder las huellas de su Señor, y por lo tanto el camino, es el que persevera en la soledad del mundo, porque sabe que cuenta con la única compañía que soluciona la soledad y todos los demás conflictos inherentes a la naturaleza humana, cuenta con el Creador que lo redimió, con su sangre y le devolvió la vida, cuenta con Cristo Jesús, el poder en que toda incitación para asomarse a la orilla es sometida a su autoridad fortaleciendo el dominio propio en el que todo lo que nos sea ofrecido pasará por su filtro.
Lucas 13: 34/35 »¡Oh, Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios! Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas, pero no me dejaste. Y ahora, mira, tu casa está abandonada. Y no volverás a verme hasta que digas: “Bendiciones al que viene en el nombre del Señor ”. NTV.
... es lo que que hace el que esta afuera, y es aplicable al que se asoma al caudal del río desde la orilla, el que se asoma no es parte de lo que esta tratando de ver; esta es una forma de ilustración en la que somos enseñados sobre lo que algo así es en verdad; el río largo, profundo y ancho, es visto por "uno" que no es río en ninguno de sus componentes, no es parte de la informe cantidad de elementos que lo componen.
El que se asoma solo tiene acceso a una pequeña parte del total de las "dimensiones" del río, no ve el sitio en que "nace", no ve lo que hay en sus entrañas-profundidad-, y en la distancia quizás puede avistar la "otra orilla" y no puede ver el final aunque sabe donde termina donde muere; la imagen nos entrega como principio de incalculable valor, lo individual, lo unico del que observa, se trata de lo que para Dios es la genuina soledad, la del que avanza en su camino, siendo testigo del gigantesco caudal de aquel río.
Juan 17: 14/16 Les he dado tu palabra, y el mundo los odia, porque ellos no pertenecen al mundo, así como yo tampoco pertenezco al mundo. No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. Al igual que yo, ellos no pertenecen a este mundo. NTV.
Hemos de prestar reverente atención a la advertencia que esta contenida en la acepción "asomarse", que conlleva la gravísima responsabilidad, de los que, o por verse y sentirse muy seguros, se acercan frecuentemente a la "orilla" del gigante río, o los que por la debilidad de su fe, por las dudas o por curiosidad, están constantemente "observando el río", llegando en muchos casos a "caer en el caudal furioso del gigante y ser arrastrados irremediablemente hacia el final de la carrera en la que se encuentra la "caída a las profundidades del abismo".
1 de Corintios 10: 12 Así que, el que se sienta muy seguro y firme, cuídese de no caer. PDT. Yo me sentí seguro, y pensé: «Nada me hará caer jamás.» Salmos 30: 6 DHH. Ya no seremos como niños, que cambian fácilmente de parecer y que son arrastrados por el viento de cualquier nueva enseñanza hasta dejarse engañar por gente astuta que anda por caminos equivocados. Efesios 4: 14 DHH.
El que no se asoma porque sabe que hacerlo detiene su camino, y que podría perder las huellas de su Señor, y por lo tanto el camino, es el que persevera en la soledad del mundo, porque sabe que cuenta con la única compañía que soluciona la soledad y todos los demás conflictos inherentes a la naturaleza humana, cuenta con el Creador que lo redimió, con su sangre y le devolvió la vida, cuenta con Cristo Jesús, el poder en que toda incitación para asomarse a la orilla es sometida a su autoridad fortaleciendo el dominio propio en el que todo lo que nos sea ofrecido pasará por su filtro.
Lucas 13: 34/35 »¡Oh, Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios! Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas, pero no me dejaste. Y ahora, mira, tu casa está abandonada. Y no volverás a verme hasta que digas: “Bendiciones al que viene en el nombre del Señor ”. NTV.