Hasta que Sobreabunde
Juan 6: 12/13 Una vez que quedaron satisfechos, Jesús les dijo a sus discípulos: «Ahora junten lo que sobró, para que no se desperdicie nada». Entonces ellos juntaron las sobras y llenaron doce canastos con los restos que la multitud había dejado después de comer de los cinco panes de cebada. NTV.
La abundancia y la escasez, son explicadas por Dios, como resultado de la forma como funciona nuestra fe. Si la fe es personal y es consiente de la persona de Dios, habrá abundancia. Si la fe es impersonal, porque aunque El está en el mismo lugar en que estamos, y lo escuchamos, solo confiamos en nosotros, habrá escasez.
Abundancia es lo que hay en la casa del Señor y abarca todos los aspectos que le dan forma a la vida de los que viven en ella, porque siempre disfrutarán ampliamente de todo lo que El, provee como cabeza de la familia, y como El único que conoce lo que necesitamos. El pondrá en nuestras manos los frutos de su amor, para nosotros y para los demás "habitantes de la casa".
Escasez es lo que habrá en las casas y lugares de reunión, de los que confiando solo en si mismos, "trabajan duro", para ganar lo que tienen; como lo han ganado "es suyo", de manera que "desprenderse" de algo para darlo "en sus casas, y a los lugares de reunión", les es muy difícil, por lo que su mejor acto de dar, es dar limosna, esperando recibirla de nuevo aumentada.
Malaquias 3: 7/10 »¿Acaso roba el hombre a Dios? ¡Ustedes me están robando! »Y todavía preguntan: “¿En qué te robamos?” »En los diezmos y en las ofrendas. Ustedes —la nación entera— están bajo gran maldición, pues es a mí a quien están robando. »Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde. NVI.
Antes de la Cruz, es decir en el Antiguo Testamento, El Señor esta a punto de dejar de hablarle a ese pueblo rebelde y autocomplaciente, con palabras precisas, que no dejan lugar a equivocación, los confronta en su desobediencia al cumplimiento del "Diezmo" y las ofrendas voluntarias, ustedes no han dado, ni siquiera esa pequeña cantidad.
Por eso no hay "alimento en mi Casa", hay escasez, la ruina es lo que se aprecia, ruina que en breve, los azotará en sus lugares de vivienda, porque están bajo maldición junto con toda la nación. Sin embargo el Amor de Dios, abre la puerta a los desobedientes, con la promesa que nos sacude de asombro, cumplan al menos con esta norma del Diezmo, y si lo hacen Abriré las ventanas del cielo hasta que sobreabunde.
Sabemos que a pesar de la promesa de Dios, aquel pueblo que se decía pueblo de Dios, no obedeció, Dios se apartó de ellos, y pasaron 400 años, antes de que naciera el ultimo profeta, que seria la voz que desde el desierto proclamaría la presencia de Dios sobre la tierra. Tenemos que meditar acerca de como se desarrolla la vida en la Casa, después de la Cruz, y como es que sobreabunda en la Casa.
La Casa tiene una cabeza, es Cristo Jesús, los miembros de la familia están con El, a su lado, siendo los instrumentos, que el usa para "repartir a todos", hasta ser saciados, con tal sobreabundancia que se llenaron doce canastos con lo que sobró. Que grande gozo hay en los que dan su vida toda, y todo lo que El Señor pone en sus manos, para que haya alimento en la Casa.
¿Cuantos minutos de vida, y cuantos centavos compro Cristo Jesús, en la Cruz de la Redención?. La pregunta es, porque usted y yo, necesitamos saber, cuantos minutos y cuantos centavos "le dedicamos" a El y por tanto a la Casa, y cuantos minutos y centavos dedicamos a "gastar lo que hemos ganado y nos pertenece".
1 de Pedro 1: 18/ 19 Ustedes saben que fueron rescatados de una vida sin sentido, la cual heredaron de sus padres; y que ese rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, sin mancha y sin contaminación, como la de un cordero, RVC.
La abundancia y la escasez, son explicadas por Dios, como resultado de la forma como funciona nuestra fe. Si la fe es personal y es consiente de la persona de Dios, habrá abundancia. Si la fe es impersonal, porque aunque El está en el mismo lugar en que estamos, y lo escuchamos, solo confiamos en nosotros, habrá escasez.
Abundancia es lo que hay en la casa del Señor y abarca todos los aspectos que le dan forma a la vida de los que viven en ella, porque siempre disfrutarán ampliamente de todo lo que El, provee como cabeza de la familia, y como El único que conoce lo que necesitamos. El pondrá en nuestras manos los frutos de su amor, para nosotros y para los demás "habitantes de la casa".
Escasez es lo que habrá en las casas y lugares de reunión, de los que confiando solo en si mismos, "trabajan duro", para ganar lo que tienen; como lo han ganado "es suyo", de manera que "desprenderse" de algo para darlo "en sus casas, y a los lugares de reunión", les es muy difícil, por lo que su mejor acto de dar, es dar limosna, esperando recibirla de nuevo aumentada.
Malaquias 3: 7/10 »¿Acaso roba el hombre a Dios? ¡Ustedes me están robando! »Y todavía preguntan: “¿En qué te robamos?” »En los diezmos y en las ofrendas. Ustedes —la nación entera— están bajo gran maldición, pues es a mí a quien están robando. »Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde. NVI.
Antes de la Cruz, es decir en el Antiguo Testamento, El Señor esta a punto de dejar de hablarle a ese pueblo rebelde y autocomplaciente, con palabras precisas, que no dejan lugar a equivocación, los confronta en su desobediencia al cumplimiento del "Diezmo" y las ofrendas voluntarias, ustedes no han dado, ni siquiera esa pequeña cantidad.
Por eso no hay "alimento en mi Casa", hay escasez, la ruina es lo que se aprecia, ruina que en breve, los azotará en sus lugares de vivienda, porque están bajo maldición junto con toda la nación. Sin embargo el Amor de Dios, abre la puerta a los desobedientes, con la promesa que nos sacude de asombro, cumplan al menos con esta norma del Diezmo, y si lo hacen Abriré las ventanas del cielo hasta que sobreabunde.
Sabemos que a pesar de la promesa de Dios, aquel pueblo que se decía pueblo de Dios, no obedeció, Dios se apartó de ellos, y pasaron 400 años, antes de que naciera el ultimo profeta, que seria la voz que desde el desierto proclamaría la presencia de Dios sobre la tierra. Tenemos que meditar acerca de como se desarrolla la vida en la Casa, después de la Cruz, y como es que sobreabunda en la Casa.
La Casa tiene una cabeza, es Cristo Jesús, los miembros de la familia están con El, a su lado, siendo los instrumentos, que el usa para "repartir a todos", hasta ser saciados, con tal sobreabundancia que se llenaron doce canastos con lo que sobró. Que grande gozo hay en los que dan su vida toda, y todo lo que El Señor pone en sus manos, para que haya alimento en la Casa.
¿Cuantos minutos de vida, y cuantos centavos compro Cristo Jesús, en la Cruz de la Redención?. La pregunta es, porque usted y yo, necesitamos saber, cuantos minutos y cuantos centavos "le dedicamos" a El y por tanto a la Casa, y cuantos minutos y centavos dedicamos a "gastar lo que hemos ganado y nos pertenece".
1 de Pedro 1: 18/ 19 Ustedes saben que fueron rescatados de una vida sin sentido, la cual heredaron de sus padres; y que ese rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, sin mancha y sin contaminación, como la de un cordero, RVC.