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Job 38: 30/34 30 ¿Cómo es que el agua se endurece como piedra, y la superficie del mar profundo se congela? 31 »¿Puedes atar los lazos de las Pléyades, o desatar las ataduras de Orión? 32 ¿Puedes sacar las constelaciones a su tiempo, o guiar a la Osa Mayor y a sus cachorros? 33 ¿Conoces acaso las leyes de los cielos? ¿Puedes controlar su potestad en la tierra? 34 »¿Puedes dar órdenes a las nubes, y  hacer que te cubra un torrente de lluvia? RVC.

... como forma de encausar lo que se ha salido de cauce, manera en que la autoridad restablece los principios en que ha de llevarse a efecto lo propuesto para conseguir objetivos que edifican, que desarrollan según lo previsto, el diseño de lo esperado, proceso que nos revela cómo la prohibición, parte de la observación de la autoridad que detecta la pérdida del rumbo y obra para recuperarlo.

Job 12 : 2/10 2 «¡En verdad ustedes todo lo saben! ¡Muertos ustedes, morirá la sabiduría! 3 Pues bien; yo también sé unas cuantas cosas; ustedes no son mejores que yo. ¿Y quién ignora lo que me han venido diciendo? 4 »Yo, que imploraba ayuda de Dios y de Dios obtenía respuesta, me he convertido en hazmerreír de mis vecinos. Sí, yo, varón justo, soy ahora objeto de burla. 5 Entre tanto, los ricos se mofan de los atribulados y están prontos a menospreciar a todos los menesterosos. 6 Los ladrones prosperan. ¡Y los que provocan a Dios viven confiados y piensan que pueden controlarlo! 7-9 »Pregunta a la bestia más estúpida: ella sabe que así es; pregunta a las aves: ellas te lo dirán; o que te enseñe la tierra, o los peces del mar. 10 Porque el alma de todo ser viviente y el hálito de toda la humanidad están en la mano de Dios. NBV.

La gente alejada de la capacidad para explicarse, y entender el diseño de forma, y figura que a veces observa en el espejo. lo "arma a su manera" así que se "pueden esperar innumerables", incontables resultados de tal procedimiento, tantos como seres humanos pisan el mundo, definiendo el caos de la divagación mental-alma-, que tratan de controlar, mediante las leyes sociopolíticas y religiosas.

Santiago 3: 1/3 Hermanos míos, no haya entre ustedes tantos maestros, pues ya saben que quienes enseñamos seremos juzgados con más severidad. 2 Todos cometemos muchos errores; ahora bien, si alguien no comete ningún error en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz también de controlar todo su cuerpo. 3 Cuando ponemos freno en la boca a los caballos para que nos obedezcan, controlamos todo su cuerpo. DHH.

Los códigos sociopolíticos y las doctrinas religiosas son notificadas a la gente como marco general de control relacionado con la generalidad en que actúan las gentes, control prohibitivo que no puede, ni tiene como objetivo, otra cosa que regular la multitud de actitudes humanas, de modo que no se causen daño, en el conflicto permanente en que existen, defendiendo su propio "diseño".

Romanos 8: 5/7 5 Los que están dominados por la naturaleza pecaminosa piensan en cosas pecaminosas, pero los que son controlados por el Espíritu Santo piensan en las cosas que agradan al Espíritu. 6 Por lo tanto, permitir que la naturaleza pecaminosa les controle la mente lleva a la muerte. Pero permitir que el Espíritu les controle la mente lleva a la vida y a la paz. 7 Pues la naturaleza pecaminosa es enemiga de Dios siempre. Nunca obedeció las leyes de Dios y jamás lo hará. NTV. 

Los humanos prohíben para controlar las manifestaciones "normales", de la manera de comportarse los seres humanos, es decir ellos mismos; la prohibición regula la comisión del pecado, esto es que, si el pecado se mantiene dentro de lo normal, no hay queja, pero sí, cuando el pecado excede la mamera como todos pecan, entonces el "cauce" es pecado generalmente aceptado.

1 de Corintios 9: 25/27 25 Todos los deportistas que compiten en la carrera tienen que entrenar con disciplina. Lo hacen para poder recibir un premio[a] que no dura. Pero nuestro premio dura para siempre. 26 Por eso yo no corro sin una meta ni peleo como los boxeadores que sólo dan golpes al aire. 27 Golpeo mi propio cuerpo, lo castigo para controlarlo, para así, no resultar yo mismo descalificado ante Dios, después de haber anunciado la buena noticia de salvación a los demás. PDT.

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