Nada, ...

Romanos 3: 10/12 Como dicen las Escrituras: «No hay ni un solo justo, ni siquiera uno. Nadie es realmente sabio, nadie busca a Dios. Todos se desviaron, todos se volvieron inútiles. No hay ni uno que haga lo bueno, ni uno solo». NTV.

... de lo que fui hasta hoy, es mas o es menos de lo que han sido, son y serán todos los seres humanos; los esfuerzos en que se comprometió la excelencia de la capacidad humana física y mental-alma-, para construir los parámetros de "grandeza" que hicieran posible diferencias entre uno y otro ser humano, han caído en la mas grave crisis a la que es llevada la naturaleza humana mundanal, carnal y diabólica, resultado del genuino "análisis transaccional", al que es sometida en la individualidad de Nicodemo, por el Creador del Universo Cristo Jesús.

Salmo 14: 1/3 Solo los necios dicen en su corazón: «No hay Dios». Ellos son corruptos y sus acciones son malas; ¡no hay ni uno solo que haga lo bueno! El SEÑOR mira desde los cielos a toda la raza humana; observa para ver si hay alguien realmente sabio, si alguien busca a Dios. Pero no, todos se desviaron; todos se corrompieron. No hay ni uno que haga lo bueno, ¡ni uno solo! NTV.

Dice el Señor, este Nicodemo que nació muerto, porque nació en cumplimento de la voluntad de sus papas que decidieron desobedecer a su Creador y Dios y padre y la consecuencia fue la muerte, debe por decisión libre, hacer efectiva la sentencia para satisfacer la Justicia de Dios y morir; morir cuando aún su corazón palpite para ser redimido de pecado, muriendo en la cruz, muriendo con Cristo Jesús, aceptando la Gracia-el regalo de la Salvación- para dar lugar al poder de Dios que lo creará de nuevo, empezando por el corazón que por estar moviendose, puede ser el "nido del Amor, el nido de la Vida".-Efesios 2: 9/10-   

Salmo 51: 1/5 Ten compasión de mí, Dios mío, conforme a tu fiel amor; conforme a tu gran misericordia, borra mis rebeliones. Lava todas mis culpas y límpiame de mi pecado. Reconozco que he sido rebelde, siempre tengo presente mi pecado. Pequé contra ti y sólo contra ti, delante de ti hice lo que es malo; por eso tu sentencia es justa, y tu juicio es irreprochable. Yo nací culpable; mi madre me concibió pecador. PDT. 

 Crecí y madure bajo la sombra de la sociedad y del sistema religioso, esa seguridad de tener el dominio y control de "mi vida", en que he fijado los limites para mis movimientos y el limite para los movimientos de los se mueven a mi alrededor; el conocimiento de mi, arraigado en mi conciencia confirma lo que soy, porque lo que soy, es lo que esta a disposición de los demás, ellos han de entender que "tratar" conmigo es aceptar lo que soy, porque si alguien se acerca con otra intención, será rechazado, rechazo que es natural en mi porque mi "personalidad esta definida" y nada me hará cambiar.      

Tito 3: 3/7 Porque antes también nosotros éramos insensatos y rebeldes; andábamos perdidos y éramos esclavos de toda clase de deseos y placeres. Vivíamos en maldad y envidia, odiados y odiándonos unos a otros. Pero Dios nuestro Salvador mostró su bondad y su amor por la humanidad, y, sin que nosotros hubiéramos hecho nada bueno, por pura misericordia nos salvó lavándonos y regenerándonos, y dándonos nueva vida por el Espíritu Santo. Pues por medio de Jesucristo nuestro Salvador nos dio en abundancia el Espíritu Santo, para que, después de hacernos justos por su bondad, tengamos la esperanza de recibir en herencia la vida eterna. DHH.

La sociedad y el sistema religioso, proclama entre los seres humanos, innumerables verdades que se desgranan de la sabiduría humana, en sus aplicaciones científicas y sus postulados sobre el cuerpo y la mente-alma-, para rotular la conducta humana con palabras como madurez, en la que incluyen lo único posible; los cambios que "sufre el cuerpo"; de juventud a vejes, y la forma de encubrir el odio y el egoísmo, para que se "vea" de otra manera; porque los seres humanos muertos espiritualmente, no maduran, su "estado" es natural y su conducta es voluble, es inestable, caótica.

1 de Juan 3: 7/10 Hijitos, no se dejen engañar: el que practica la justicia es justo, como Jesús es justo. El que practica el pecado pertenece al diablo, porque el diablo comenzó a pecar desde el principio. Pero el Hijo de Dios vino a destruir las obras del diablo. El que ha nacido de Dios no practica el pecado, porque la vida de Dios está en él; no puede vivir entregado al pecado porque ha nacido de Dios. Uno puede saber quién es hijo de Dios y quién es hijo del diablo. El que no practica la justicia ni ama a su hermano demuestra que no es hijo de Dios, NBD.   

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