La Palabra, ...

Hechos 5: 28,33/35,38/39 —Ya les habíamos advertido que no enseñaran más acerca de ese hombre Jesús, pero no nos obedecieron. A todos en Jerusalén les han hablado de Jesús, y hasta nos acusan a nosotros de haberlo matado. La Junta Suprema los escuchó, y sus miembros se enojaron tanto que querían matarlos. Pero un fariseo llamado Gamaliel ordenó que sacaran a los apóstoles por un momento. Gamaliel era maestro de la Ley, y los judíos lo respetaban mucho, así que les dijo a sus compañeros: —Israelitas, piensen bien lo que van a hacer con estos hombres. »En este caso, yo les aconsejo que dejen en libertad a estos hombres, y que no se preocupen. Si lo que están haciendo lo planearon ellos mismos, esto no durará mucho. Pero si es un plan de Dios, nada ni nadie podrá detenerlos, y ustedes se encontrarán luchando contra Dios.» A todos les pareció bueno el consejo, TLAD.

... de Dios, la Biblia, nos da la oportunidad de conocer como es que funciona, como es que opera la falsa familia, la falsa iglesia, que ha caído en alta traición ante El; alta traición que es ejecutada contra los siervos que habiendo sido instrumentos en la enseñanza de la Verdad de su Plan de Amor, vienen a ser "víctimas", sin que los traidores entiendan que es Contra Cristo Jesús, contra quien están "luchando".

"A todos les pareció un buen consejo"; todos los "miembros del sistema religioso y los que por cuenta de los políticos ejercían autoridad, junto con la gran masa de sus seguidores; aceptaron el buen consejo, que duro muy poco, cayendo sobre todos las consecuencias de sus actos contra Dios. Pero nos conviene escuchar con cuidado lo que Dios dijo y dice, a los que se dicen, no miembros, sino órganos del cuerpo de Cristo, es decir de la iglesia.

1 de Corintios 4: 7/15 No hay nada que los haga a ustedes más importantes que otros. Todo lo que tienen, lo han recibido de Dios. Y si todo se lo deben a él, ¿por qué presumen, como si ustedes solos lo hubieran conseguido? Ustedes tienen ahora todo lo que desean: ya son ricos, y actúan como reyes, como si no necesitaran de nosotros. ¡Ojalá que de veras fueran reyes! ¡Así nosotros podríamos reinar junto con ustedes! Pero me parece que a nosotros, los apóstoles , Dios nos ha dejado en el último lugar. Parecemos prisioneros condenados a muerte. Somos el hazmerreír del mundo entero, ¡y hasta de los ángeles ! Por obedecer a Cristo, la gente nos considera tontos. En cambio, gracias a Cristo, a ustedes los consideran sabios . Nosotros somos los débiles, y ustedes los fuertes. A ustedes los respetan, y a nosotros no. Ahora mismo tenemos hambre y sed, andamos casi desnudos, la gente nos maltrata, y no tenemos ni dónde vivir. Nos cansamos trabajando con nuestras manos. Bendecimos a los que nos insultan. Cuando sufrimos, lo soportamos con paciencia. Cuando hablan mal de nosotros, contestamos con palabras amables. Hasta ahora, se nos ha tratado como si fuéramos la basura del mundo. No les escribo esto para avergonzarlos. Al contrario, lo que quiero es darles una enseñanza, pues los amo como si fueran mis hijos. Ustedes podrán tener diez mil maestros que los instruyan acerca de Cristo, pero padres no tienen muchos. El único padre que tienen soy yo, pues cuando les anuncié la buena noticia de Jesucristo, ustedes llegaron a ser mis hijos. TLAD. 

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