El calor del, ...
Mateo 5: 43/45 »Ésta es otra orden que dio Moisés hace muchísimo tiempo: “Amen a su prójimo y odien a su enemigo”. Pero ahora yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los maltratan. Así demostrarán que actúan como su Padre Dios, que está en el cielo. Él es quien hace que salga el sol sobre los buenos y sobre los malos. Él es quien manda la lluvia para el bien de los que lo obedecen y de los que no lo obedecen. TLAD.
... sol quema la hierba y madura el trigo; las espigas van adquiriendo su color oro, que indica como han madurado y están listas para la cosecha, bajo el rigor de todos los elementos que tratan de evitarlo; las aves, las plagas, el viento, la negligencia del labrador, y claro la intensidad del sol.
La hierba que crece haciendose pasar por trigo, y que es completamente inútil en el campo de la siembra, se "acurruca" debajo de las espigas, tratando de protegerse del rigor del campo, robándole los nutrientes, el agua y en ocasiones el mismo sol, tratando astutamente de engañar a las aves y a las plagas, para que ataquen solo al trigo.
1 de Pedro 1: 6/7 Por eso, aun cuando por algún tiempo tengan que pasar por muchos problemas y dificultades, ¡alégrense! La confianza que ustedes tienen en Dios es como el oro: así como la calidad del oro se pone a prueba con el fuego, la confianza que ustedes tienen en Dios se pone a prueba con los problemas. Si ustedes pasan la prueba, su confianza será más valiosa que el oro, pues el oro se puede destruir. Así, cuando Jesucristo aparezca, hablará bien de la confianza que ustedes tienen en Dios, porque una confianza que ha pasado por tantas pruebas merece ser alabada. TLAD.
De manera que cuando llegue el tempo de la cosecha, el trigo que ha superado todas las aflicciones, las persecuciones, las traiciones, las murmuraciones, las necesidades, la burla, el abandono, brillará como el oro por su madurez, será alimento y semilla en manos del precioso labrador, que lo "depositara en sus graneros".
Mientras tanto la hierba, marchita, quemada, inservible, y que por su aspecto se diferencia enormemente del trigo, será ausada para lo único que sirve, para ser quemada; todo el poder que estuvo disponible para hacer del trigo la buena cosecha, fue en la hierba solo apetito voraz, que no "fue digerido" para tomar fuerza, crecer y madurar, simplemente porque no era trigo.
Galatas 2: 4 Incluso esa cuestión surgió solo a causa de algunos que se dicen cristianos —falsos cristianos en realidad —, que se habían infiltrado entre nosotros. Se metieron en secreto para espiarnos y privarnos de la libertad que tenemos en Cristo Jesús. Pues querían esclavizarnos y obligarnos a seguir los reglamentos judíos, NTV.
El mundo siempre ha estado "cultivado de mala hierba", por el engañador, el negligente, el asesino mentiroso, que le hace creer a la hierba que sentise y verse marchita es normal, jamás les ha confesado que son hierbas estériles, que no producen ningún fruto, porque carecen del "germen de la vida", que solo puede ser plantado por el precioso labrador, Cristo Jesús.
1 de Juan 3: 7/9 Hijitos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él es justo; pero el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo. Ninguno que sea hijo de Dios practica el pecado, porque tiene en sí mismo el germen de la vida de Dios; y no puede seguir pecando porque es hijo de Dios. DHH.
... sol quema la hierba y madura el trigo; las espigas van adquiriendo su color oro, que indica como han madurado y están listas para la cosecha, bajo el rigor de todos los elementos que tratan de evitarlo; las aves, las plagas, el viento, la negligencia del labrador, y claro la intensidad del sol.
La hierba que crece haciendose pasar por trigo, y que es completamente inútil en el campo de la siembra, se "acurruca" debajo de las espigas, tratando de protegerse del rigor del campo, robándole los nutrientes, el agua y en ocasiones el mismo sol, tratando astutamente de engañar a las aves y a las plagas, para que ataquen solo al trigo.
1 de Pedro 1: 6/7 Por eso, aun cuando por algún tiempo tengan que pasar por muchos problemas y dificultades, ¡alégrense! La confianza que ustedes tienen en Dios es como el oro: así como la calidad del oro se pone a prueba con el fuego, la confianza que ustedes tienen en Dios se pone a prueba con los problemas. Si ustedes pasan la prueba, su confianza será más valiosa que el oro, pues el oro se puede destruir. Así, cuando Jesucristo aparezca, hablará bien de la confianza que ustedes tienen en Dios, porque una confianza que ha pasado por tantas pruebas merece ser alabada. TLAD.
De manera que cuando llegue el tempo de la cosecha, el trigo que ha superado todas las aflicciones, las persecuciones, las traiciones, las murmuraciones, las necesidades, la burla, el abandono, brillará como el oro por su madurez, será alimento y semilla en manos del precioso labrador, que lo "depositara en sus graneros".
Mientras tanto la hierba, marchita, quemada, inservible, y que por su aspecto se diferencia enormemente del trigo, será ausada para lo único que sirve, para ser quemada; todo el poder que estuvo disponible para hacer del trigo la buena cosecha, fue en la hierba solo apetito voraz, que no "fue digerido" para tomar fuerza, crecer y madurar, simplemente porque no era trigo.
Galatas 2: 4 Incluso esa cuestión surgió solo a causa de algunos que se dicen cristianos —falsos cristianos en realidad —, que se habían infiltrado entre nosotros. Se metieron en secreto para espiarnos y privarnos de la libertad que tenemos en Cristo Jesús. Pues querían esclavizarnos y obligarnos a seguir los reglamentos judíos, NTV.
El mundo siempre ha estado "cultivado de mala hierba", por el engañador, el negligente, el asesino mentiroso, que le hace creer a la hierba que sentise y verse marchita es normal, jamás les ha confesado que son hierbas estériles, que no producen ningún fruto, porque carecen del "germen de la vida", que solo puede ser plantado por el precioso labrador, Cristo Jesús.
1 de Juan 3: 7/9 Hijitos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él es justo; pero el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo. Ninguno que sea hijo de Dios practica el pecado, porque tiene en sí mismo el germen de la vida de Dios; y no puede seguir pecando porque es hijo de Dios. DHH.