El comienzo del, ...

2 Reyes 20: 8/11 Entonces Ezequías preguntó a Isaías: — ¿Cuál será la señal de que el Señor me curará y de que en tres días podré ir al Templo? Isaías le respondió: — Esta será la señal de que el Señor cumplirá la promesa que te ha hecho. ¿Qué prefieres, que la sombra avance diez grados o que retroceda otros tantos? Ezequías dijo: — Lo normal es que la sombra avance. Prefiero que retroceda diez grados. Entonces el profeta Isaías invocó al Señor, y el Señor hizo que la sombra retrocediera diez grados en el reloj de sol de Ajaz. BHTI.

... final que El Señor decreta a las naciones y sus pobladores, es resultado de la ingratitud, la deslealtad y el orgullo, que le dan forma a la alta traición contra El. Opera en los que habiendo recibido toda la protección y aún acumulado la provisión de Dios, por ser su pueblo-hoy iglesia-, le dan la espalda, y se hacen uno con los enemigos, de los que siempre los ha librado.

Ezequias rey del pueblo de propiedad de Dios, cayó mortalmente enfermo, y es notificado por el profeta de la decisión de Dios. El rey quebrantado ante la noticia Divina, ora al Señor trayendo a su presencia la forma como ha sido su relación con El, llorando amargamente.

2 Reyes 20: 1/3
Por ese tiempo, Ezequías se enfermó gravemente, y el profeta Isaías, hijo de Amoz, fue a visitarlo. Le dio al rey el siguiente mensaje: «Esto dice el SEÑOR: “Pon tus asuntos en orden porque vas a morir. No te recuperarás de esta enfermedad”». Cuando Ezequías oyó el mensaje, volvió su rostro hacia la pared y oró al SEÑOR: «Acuérdate, oh SEÑOR, que siempre te he sido fiel y te he servido con singular determinación, haciendo siempre lo que te agrada»; y el rey se echó a llorar amargamente. NTV.

El Amoroso Señor, que siempre oye nuestras oraciones, le dice al profeta Isaías, que ha oído la oración y visto las lagrimas del rey, que vuelva y le de la nueva, sobre que va a ser sanado, para que vuelva al templo y que su vida será prolongada por quince años mas. Es asombroso como por amor, El señor confirma a su siervo el rey, que la aprueba de su decisión será hacer retroceder el sol diez grados.

Esta nación edificada por unos pocos hombres y mujeres cristianos, que escaparon del odio fanático religioso en Europa, y la hicieron el lugar"en que libremente pudieran rendir adoración y gratitud a su Señor", ha venido obrando en los últimos tiempos, dentro de lo que podríamos llamar "el síndrome de Ezequias", que en lo básico consiste en "abrir las puertas al enemigo".

2 Reyes 20: 12/13
En aquel tiempo Berodac-baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un regalo a Ezequías, porque oyó que Ezequías había estado enfermo. Y Ezequías los escuchó y les mostró toda su casa del tesoro: la plata y el oro, las especias y el aceite precioso, su arsenal y todo lo que se hallaba en sus tesoros. No hubo nada en su casa ni en todo su dominio que Ezequías no les mostrara. LBLA.

El grave descuido del pueblo al elegir a sus empleados, los que han de ser ante todo "integralmente uno con ellos en todo", causó que se cometiera alta traición contra Cristo Jesús, es decir contra Dios, y se comenzara el camino hacia el final, cometiendo actos que son difíciles de entender, como por ejemplo prohibir que los cristianos que asisten a los lugares que llaman escuelas, no puedan llevar sus Biblias.

Pero permitiendo en cambio que los religiosos movidos por su odio milenario, practiquen en su presencia toda clase de gestos, y de movimientos, que según ellos son para rendir adoración a sus dioses y diosas, hacia los que todo el mundo debe mostrar respeto; claro respeto a su odio religioso, mientras se irrrespeta el amor de los cristianos hijos de Dios.

Cuesta mucho entender, como el estado de derecho de la nación, que fue diseñada constitucionalmente con base en la Biblia, protege los derechos de unos, que como dice la Palabra, "han llegado de muy lejos", violando los derechos de los "nativos cristianos que le dieron origen a esta gloriosa nación tierra en la que aún "la leche y la miel corren como el agua".

2 Reyes 20: 14/18 Entonces fue el profeta Isaías a ver al rey Ezequías y le preguntó: —¿De dónde vinieron esos hombres, y qué te dijeron? Ezequías respondió: —Vinieron de un país lejano; vinieron de Babilonia. Isaías le preguntó: —¿Y qué vieron en tu palacio? Ezequías contestó: —Vieron todo lo que hay en él. No hubo nada en mis depósitos que yo no les mostrara. Isaías dijo entonces a Ezequías: —Escucha este mensaje del Señor: “Van a venir días en que todo lo que hay en tu palacio y todo lo que juntaron tus antepasados hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará aquí nada. Aun a algunos de tus propios descendientes se los llevarán a Babilonia, los castrarán y los pondrán como criados en el palacio del rey.” DHH.

Todos sabemos que la decisión final de Dios ante Ezequias se cumplió; qué podremos agregar de lo que Dios ha decidido sobre el mundo de hoy, y que avanza según su tiempo; su perfecto amor enmarcado por su justicia, y ante los ojos de los hombres, con señales como permitir que las torres se vengan abajo, embestidas por aviones, el dios dinero derribado por completo aquí y en el resto del mundo, y los "huracanes" que cumplen citas puntuales en los mismos lugares.

Hebreos 10: 28/31
Si uno quebranta la ley de Moisés y dos o tres testigos lo confirman, es condenado a muerte sin compasión. Pues ¡qué decir de quien haya pisoteado al Hijo de Dios, haya profanado la sangre de la alianza con que fue consagrado y haya ultrajado al Espíritu que es fuente de gracia! ¿No merece un castigo mucho más severo? Conocemos, en efecto, a quien ha dicho: A mí me corresponde tomar venganza; yo daré a cada uno según su merecido . Y también: El Señor es quien juzgará a su pueblo . ¡Tiene que ser terrible caer en las manos del Dios viviente! BHTI. 

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