¡¿Como me pides algo asi, ...
Jonas 1: 1/3 El Señor se dirigió a Jonás, hijo de Amitai, y le dijo: «Anda, vete a la gran ciudad de Nínive y anuncia que voy a destruirla, porque hasta mí ha llegado la noticia de su maldad.» Pero Jonás, en lugar de obedecer, trató de huir del Señor, y se fue al puerto de Jope, donde encontró un barco que estaba a punto de salir para Tarsis; entonces compró pasaje y se embarcó para ir allá. DHH.
... Señor?¡¡, como me pides que sea parte de Tus Planes, descuidando todo lo que tengo que hacer con mis planes y con mis metas, ¿no te das cuenta de lo cómodo que me resulta, hacer todo a mi manera, y publicar que todo lo que hago es para cumplir con tu voluntad y con tu propósito para mi vida?
Pues bien voy a huir de ti, pasando por alto, que lo que me has pedido es advertirle a la gran ciudad de Ninive, que va a ser destruida debido a su maldad y que con mi desobediencia y rebeldía, me estoy haciendo igual que sus habitantes, estoy huyendo de Dios, asumiendo un costo que es tan alto, como la vida misma.
Jonas 1: 4/16 Pero el Señor lanzó sobre el mar un fuerte viento, y se desencadenó una tormenta tan violenta que el barco amenazaba con hacerse pedazos. Los marineros, aterrados y a fin de aliviar la situación, comenzaron a clamar cada uno a su dios y a lanzar al mar lo que había en el barco. Jonás, en cambio, que había bajado al fondo de la nave para acostarse, ahora dormía profundamente. El capitán del barco se le acercó y le dijo: —¿Cómo puedes estar durmiendo? ¡Levántate! ¡Clama a tu dios! Quizá se fije en nosotros, y no perezcamos. Los marineros, por su parte, se dijeron unos a otros: —¡Vamos, echemos suertes para averiguar quién tiene la culpa de que nos haya venido este desastre! Así lo hicieron, y la suerte recayó en Jonás. Entonces le preguntaron: —Dinos ahora, ¿quién tiene la culpa de que nos haya venido este desastre? ¿A qué te dedicas? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿A qué pueblo perteneces? —Soy hebreo y temo al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme —les respondió. Al oír esto, los marineros se aterraron aún más, y como sabían que Jonás huía del Señor, pues él mismo se lo había contado, le dijeron: —¡Qué es lo que has hecho! Pero el mar se iba enfureciendo más y más, así que le preguntaron: —¿Qué vamos a hacer contigo para que el mar deje de azotarnos? —Tómenme y láncenme al mar, y el mar dejará de azotarlos —les respondió—. Yo sé bien que por mi culpa se ha desatado sobre ustedes esta terrible tormenta. Sin embargo, en un intento por regresar a tierra firme, los marineros se pusieron a remar con todas sus fuerzas; pero como el mar se enfurecía más y más contra ellos, no lo consiguieron. Entonces clamaron al Señor: «Oh Señor, tú haces lo que quieres. No nos hagas perecer por quitarle la *vida a este hombre, ni nos hagas responsables de la muerte de un inocente.» Así que tomaron a Jonás y lo lanzaron al agua, y la furia del mar se aplacó. Al ver esto, se apoderó de ellos un profundo temor al Señor, a quien le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos. NVI.
Sociedad y religión existen porque los seres humanos, han hecho de sus existencias y de las de los demás lo que se les antoja, y en su orgullo rebelde y soberbio, han llegado a creer, que hasta dios debe hacer posible toda esa maldad ignominiosa; están convencidos que "sus dioses" -Jonas 1: 5-, son otra de sus garantías para continuar en su maldad.
Mateo 8: 23/26 Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca. Pero Jesús estaba dormido. Los discípulos fueron a despertarlo. —¡Señor —gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar! —Hombres de poca fe —les contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo? Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo. NVI. Negrilla agregada por el autor
... Señor?¡¡, como me pides que sea parte de Tus Planes, descuidando todo lo que tengo que hacer con mis planes y con mis metas, ¿no te das cuenta de lo cómodo que me resulta, hacer todo a mi manera, y publicar que todo lo que hago es para cumplir con tu voluntad y con tu propósito para mi vida?
Pues bien voy a huir de ti, pasando por alto, que lo que me has pedido es advertirle a la gran ciudad de Ninive, que va a ser destruida debido a su maldad y que con mi desobediencia y rebeldía, me estoy haciendo igual que sus habitantes, estoy huyendo de Dios, asumiendo un costo que es tan alto, como la vida misma.
Jonas 1: 4/16 Pero el Señor lanzó sobre el mar un fuerte viento, y se desencadenó una tormenta tan violenta que el barco amenazaba con hacerse pedazos. Los marineros, aterrados y a fin de aliviar la situación, comenzaron a clamar cada uno a su dios y a lanzar al mar lo que había en el barco. Jonás, en cambio, que había bajado al fondo de la nave para acostarse, ahora dormía profundamente. El capitán del barco se le acercó y le dijo: —¿Cómo puedes estar durmiendo? ¡Levántate! ¡Clama a tu dios! Quizá se fije en nosotros, y no perezcamos. Los marineros, por su parte, se dijeron unos a otros: —¡Vamos, echemos suertes para averiguar quién tiene la culpa de que nos haya venido este desastre! Así lo hicieron, y la suerte recayó en Jonás. Entonces le preguntaron: —Dinos ahora, ¿quién tiene la culpa de que nos haya venido este desastre? ¿A qué te dedicas? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿A qué pueblo perteneces? —Soy hebreo y temo al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme —les respondió. Al oír esto, los marineros se aterraron aún más, y como sabían que Jonás huía del Señor, pues él mismo se lo había contado, le dijeron: —¡Qué es lo que has hecho! Pero el mar se iba enfureciendo más y más, así que le preguntaron: —¿Qué vamos a hacer contigo para que el mar deje de azotarnos? —Tómenme y láncenme al mar, y el mar dejará de azotarlos —les respondió—. Yo sé bien que por mi culpa se ha desatado sobre ustedes esta terrible tormenta. Sin embargo, en un intento por regresar a tierra firme, los marineros se pusieron a remar con todas sus fuerzas; pero como el mar se enfurecía más y más contra ellos, no lo consiguieron. Entonces clamaron al Señor: «Oh Señor, tú haces lo que quieres. No nos hagas perecer por quitarle la *vida a este hombre, ni nos hagas responsables de la muerte de un inocente.» Así que tomaron a Jonás y lo lanzaron al agua, y la furia del mar se aplacó. Al ver esto, se apoderó de ellos un profundo temor al Señor, a quien le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos. NVI.
Sociedad y religión existen porque los seres humanos, han hecho de sus existencias y de las de los demás lo que se les antoja, y en su orgullo rebelde y soberbio, han llegado a creer, que hasta dios debe hacer posible toda esa maldad ignominiosa; están convencidos que "sus dioses" -Jonas 1: 5-, son otra de sus garantías para continuar en su maldad.
Mateo 8: 23/26 Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca. Pero Jesús estaba dormido. Los discípulos fueron a despertarlo. —¡Señor —gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar! —Hombres de poca fe —les contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo? Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo. NVI. Negrilla agregada por el autor