!!! comparecer ¡¡, ...
Salmo 90: 2/3 2 Desde antes que se formaran los montes y que existieran la tierra y el mundo, desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios. 3 Haces que el hombre vuelva al polvo cuando dices: «Vuelvan al polvo, seres humanos. DHH.
... es lo que ordena el juez al citar a su corte, y el citado sabe lo que implica no obedecer a la comparecencia, sabe que acudir ante el juez, significa contar con lo que es necesario para responder al citatorio, pues de su solvencia en la disponibilidad de lo necesario dependerá su libertad, o la pérdida de la misma, si el juez así lo determina al analizar los contenidos, que han de satisfacer a la autoridad, bien para conceder la libertad, o bien para cancelarla.
Job 13 15/19 15 Dios podría matarme, pero es mi única esperanza;[a] voy a presentar mi caso ante él. 16 Esto es lo que me salvará: no soy ningún impío. Si lo fuera, no podría estar delante de él. 17 »Presten mucha atención a lo que voy a decir; escúchenme hasta el final. 18 He preparado mi defensa; seré declarado inocente. 19 ¿Quién puede discutir conmigo sobre esto? Y si demuestran que estoy equivocado, me quedaré callado y moriré. NTV.
La humanidad entera, sin excepción, por completo, absolutamente todos los seres humanos, desconocen, pero además, no aceptarían displicentemente, la Extrema Verdad de tener que comparecer ante Dios, cuando El lo decida, nadie es dócil al menos a la "idea", de ser notificado ante el Tribunal de Cristo Jesús, para rendir cuentas de su transito por este mundo; transito que se refiere a cada minuto en que transcurrió su existencia, resuelto en lo que cada minuto significó en hechos.
Romanos 14: 7/10 7 Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo. 8 Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. Por tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. 9 Porque para esto Cristo murió y resucitó[a], para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos. 10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O también, tú, ¿por qué desprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Dios. NBLA.
La mayor comparecencia ante Dios cumplida como familia, como si todos esos casi dos millones de individuos, fueran uno solo, el hijo primogénito de Dios, salió de egipto, rumbo al monte Sinai, sin saberlo, cargando cada uno como expediente, las cicatrices causadas por los latigazos, creyeron que eran suficientes, para justificar su existencia de mas de cuatrocientos, años, dedicados a la vileza depravada de sus instintos, en lo privado de las barracas, en que hacinados, daban rienda suelta a lo inenarrable, pero explicado por Dios con precision en el Levítico.
Éxodo 20: 18/20 18 Todo el pueblo percibía los truenos[a] y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba. Cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia. 19 Entonces dijeron a Moisés: «Habla tú con nosotros y escucharemos, pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos». 20 Moisés respondió al pueblo: «No teman, porque Dios ha venido para ponerlos a prueba, y para que Su temor permanezca en[b] ustedes, y para que no pequen». NBLA.
"Su temor permanezca en[b] ustedes, y para que no pequen».", la Exposición de Motivos de Dios, dejó al descubierto la intimidad de cada uno de los individuos, que comparecieron ante El, sus cicatrices en cambio, quizás fueron lo único "digno" que podían exhibir, pues eran demostración de haberse ocupado, aun a costo de la irracional actuación de los capataces, en algo que no los depravara, envileciera, destruyéndose, obviamente usando a los niños y a las niñas, como execrables pecadores.
Éxodo 32: 3/7 3 Todos se quitaron los aretes que llevaban en las orejas y se los llevaron a Aarón. 4 Entonces Aarón tomó el oro, lo fundió y lo moldeó hasta darle la forma de un becerro. Cuando los israelitas vieron el becerro de oro, exclamaron: «¡Oh Israel, estos son los dioses que te sacaron de la tierra de Egipto!». 5 Al ver Aarón el entusiasmo del pueblo, edificó un altar frente al becerro. Luego anunció: «¡Mañana celebraremos un festival al Señor!». 6 Temprano a la mañana siguiente, el pueblo se levantó para sacrificar ofrendas quemadas y ofrendas de paz. Después, todos celebraron con abundante comida y bebida, y se entregaron a diversiones paganas. 7 El Señor le dijo a Moisés: —¡Baja ya de la montaña! Tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, se ha corrompido. NTV.