Volverse, ...

Lucas 15: 20/21 Entonces el hijo regresó a la casa de su padre. »Mientras el hijo todavía estaba muy lejos de casa, su padre lo vio y tuvo compasión de él. Salió corriendo a su encuentro y le dio la bienvenida con besos y abrazos. El hijo le dijo: “Padre, he pecado contra Dios y contra ti. No merezco llamarme tu hijo”. PDT.

... a El, volverse a Dios, es síntoma de como el "Unico remedio" para la apostasía comienza a mejorar el estado crítico en que se encontraba aquel, que habiendo sido creyente- cristiano-, abandonó y quizás renegó de su Señor y Salvador Cristo Jesús; el arrepentimiento hace su efecto, y el estado de postración pecaminosa aparece ante sus ojos en todo el sórdido esplendor de la mentira.

Lucas 15: 16/17 El joven llegó a tener tanta hambre que hasta las algarrobas con las que alimentaba a los cerdos le parecían buenas para comer, pero nadie le dio nada. »Cuando finalmente entró en razón, se dijo a sí mismo: “En casa, hasta los jornaleros tienen comida de sobra, ¡y aquí estoy yo, muriéndome de hambre! NTV.

Las pequeñas cosas, o las grandes que nos alejan de Dios, tienen el mismo contenido de acusación y de culpa, estimuladas sin cesar por el autor de nuestro "deslizamiento", de nuestro alejamiento de Dios, no importa si lo que hay es una pocilga, o una mansión fraudulenta, lo cierto es que la basura que nos arroja Satanás, "congela nuestro corazón", para que el descenso sea cada vez mayor, creando la "ilusión" de que Dios jamás nos Aceptará de vuelta. 

Lucas 15: 20/24 »Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de que me llamen tu hijo”. »Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: “Rápido, traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies. Maten el ternero que hemos engordado. Tenemos que celebrar con un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado”. Entonces comenzó la fiesta. NTV.

Tu Padre no desechas un corazón quebrantado y arrepentido, aunque mi pecado no se aparta de mi, tu poder manifestado en la sangre que Cristo Jesús vertió por mi en la cruz, me cubre por Amor y por el hecho de acudir a Ti, suplicando perdón y renovando mi declaración de fe ante el trono de la gracia, para recibir la confirmación de la Vida, porque has encontrado en mi corazón, la genuina decisión de ser parte nuevamente de la familia, es decir de la iglesia.          

Salmo 51: 17 El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido. NVI.

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