Ejemplo, ...

Marcos 12: 41/44 Jesús estaba sentado cerca de la caja del dinero del templo y veía cómo la gente daba sus ofrendas. Muchos ricos daban bastante dinero. Luego vino una viuda y dio dos pequeñas monedas de cobre que valían muy poco. Jesús llamó a sus seguidores y les dijo: —Les digo la verdad: esa pobre viuda echó más que todos demás a la caja del tesoro del templo. Porque los demás dieron de lo que les sobraba, pero ella, a pesar de su pobreza, entregó todo lo que tenía para vivir. PDT.

... Divino de la armonía en que se manifiesta la fértil, la creciente relación de los hijos con su Padre, es la viuda que toma Cristo Jesús como modelo ante sus discípulos, es decir su iglesia, de lo que ha de ser la "relación personal con Dios"; esa santa mujer es la forma integral de lo que ha de ser la vida cristiana, que es un todo compuesto por vida y bienes dedicados 100% a Dios.

Las dos monedas de muy poco valor, son ante Dios el 100% del dinero que la viuda tiene en sus manos, y que conforme a la afirmación del creador son "todo lo que tenia para vivir", la viuda ofrenda, lo que recibió de Dios y que le pertenece a El en su totalidad, su rendición al todopoderoso y amoroso Dios, no enseña que su relación personal con El Señor, es el mas alto y valioso tesoro con el que ella cuenta.

1 de Pedro 1: 18/19 Dios los rescató a ustedes de la vida sin sentido que llevaban antes; así vivían sus antepasados, y ellos les enseñaron a ustedes a vivir de la misma manera. Pero ustedes saben muy bien que el precio de su libertad no fue pagado con algo pasajero como el oro o la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, quien es como un cordero perfecto y sin mancha. PDT.          

El mucho dinero depositado en la caja del templo, por los ricos seres humanos sociales y religiosos, son por mucho que parezca, solo el sobrante, solo la "limosna", con la que tratan de sobornar a Dios, para conseguir licencia para seguir pecando, viniendo a ser en verdad una forma de blasfemia a la persona y la dignidad de Dios, porque lo poco que dan es el porcentaje que "creen invertir en el cielo", mientras el grueso de lo que tienen, mas la totalidad de sus existencias, esta siendo invertido en el infierno.

Oseas 7: 8/10 »Los de Israel han hecho amistad con gente que no cree en mí. Mi pueblo se parece al pan mal horneado: por un lado está bien cocido y por el otro lado está crudo. Los egipcios y los sirios están acabando con Israel, pero Israel ni siquiera se da cuenta. ¡Han acabado con sus fuerzas, pero tampoco se da cuenta! »Israel no ha querido arrepentirse ni buscarme a mí, que soy su Dios. Su orgullo no lo deja hacerlo. TLAD.

90% y 10%, es la forma porcentual mas elevada a la que llegan los mas orgullosos y los mas atrevidos seres humanos sociales y religiosos, porque a pesar de todo la generalidad de la gente que engrosa el sistema religioso en todas sus formas, lucha con la avaricia- es decir la idolatría- que es al amor por el dinero, y cada vez que se acercan a la caja del tesoro de sus templos, ponen mucho, pero no alcanza siquiera al 10%.

Lucas 18: 9/12 Había unos que creían que siempre hacían el bien. Estaban tan seguros de sí mismos que menospreciaban a los demás. Jesús contó esta historia para ellos: «Dos hombres fueron al templo a orar. Uno era un fariseo y el otro era un cobrador de impuestos. El fariseo, puesto de pie, se puso a orar consigo mismo así: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás. No soy como los ladrones, los injustos, los que cometen el pecado de adulterio, ni tampoco como este cobrador de impuestos. Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que adquiero”. PDT.

La nueva vida en que viven los cristianos, tiene como principio operativo de sus vidas, la certeza hecha práctica en la que el 100% de la vida y el 100% de los bienes que Dios les ha dado, son eso son de propiedad de Dios y por lo mismo han de ser invertidos en los "negocios del Padre", que se explican en la edificación de la iglesia, que es la casa en que habita la familia de Dios aquí en la tierra.

Hechos 5: 1/10 Había un hombre llamado Ananías, su esposa se llamaba Safira. Se puso de acuerdo con ella para vender un terreno que tenían, pero entregó sólo una parte del dinero a los apóstoles y se quedó con el resto. Su esposa sabía lo que había hecho. Entonces Pedro dijo: —Ananías, ¿por qué permitiste que Satanás entrara en tu corazón? Mentiste y trataste de engañar al Espíritu Santo. Vendiste el terreno, pero ¿por qué te quedaste con parte del dinero? El terreno era tuyo antes de venderlo, pudiste haber dispuesto del dinero a tu gusto. ¿Por qué se te ocurrió eso? ¡Le mentiste a Dios, no a los hombres! Cuando Ananías escuchó esto, cayó muerto. Todos los que supieron esto se asustaron mucho. Unos jóvenes vinieron y envolvieron su cuerpo, lo sacaron y lo enterraron. Más o menos tres horas después, entró su esposa Safira, quien no sabía lo que le había pasado a su marido. Pedro le preguntó: —Dime, ¿cuánto recibieron por la venta del terreno? ¿Fue esta cantidad? Safira le respondió: —Sí, esa fue la cantidad que recibimos por la venta del terreno. Pedro le preguntó: —¿Por qué estuviste de acuerdo a la hora de probar al Espíritu del Señor? ¡Escucha! ¿Puedes oír esos pasos? Los hombres que acaban de enterrar a tu esposo están a la puerta y ahora van a hacer lo mismo contigo. De inmediato Safira cayó muerta. Los jóvenes entraron y al darse cuenta de que estaba muerta, se la llevaron y la enterraron al lado de su esposo. PDT.

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