Como encajan las palabras, ...

1 de Pedro 1: 14/16 Por lo tanto, vivan como hijos obedientes de Dios. No vuelvan atrás, a su vieja manera de vivir, con el fin de satisfacer sus propios deseos. Antes lo hacían por ignorancia, pero ahora sean santos en todo lo que hagan, tal como Dios, quien los eligió, es santo. Pues las Escrituras dicen: «Sean santos, porque yo soy santo». NTV.

... bueno y Santo, cuando la gente las usa para referirse a Dios, y muy especialmente para dar a entender que los sucesos en los que se encuentran, son el resultado de que "Dios es Bueno". Esta expresión pronunciada muy carismáticamente, podría conducir al oyente a caer en el mas grave error en el que se puede caer, cuando de relacionarse con Dios se trata.

El error consiste en desconocer por ignorancia, o a propósito, que la Santidad de Dios, es el nombre de su Justicia, en el único nivel en que la justicia puede ser entendida, que es el nivel Divino. Este único nivel confirma que la perfecta justicia, nos permite conocer la injusticia, que es todo lo opuesto a Dios, es decir a su Santidad.

De manera que decir "Dios es bueno", que es lo que los seres humanos se reconocen unos a otros, es tomar un atajo mortal, para evitar reconocer el verdadero atributo de Dios que es su Santidad. Es un engaño con el que se estafa a la gente, haciendole creer que, sin que importe la injusticia en que vivan, dios los bendice, porque es que, dios es bueno.

Lo único que es indispensable pronunciar y hacer conocer a la gente, es la santidad de Dios y que para satisfacer su justicia, y darle a la humanidad la oportunidad de tener una relación personal con El, proveyó el sacrificio perfecto que consistió en crucificar al unigénito Cristo Jesús, para hacer de los redimidos, Justicia para Dios en su sangre.

Así entonces, los elegidos, son herederos del carácter del Padre y son santos porque son santificados por la presencia de Cristo en sus corazones, como resultado de la unción del Espíritu Santo. Sean Santos como Yo Soy Santo, y mi justicia jamás los tocará, en cambio toda dádiva y todo don, les será dado para llevar a efecto al operación de mi Voluntad, promete el Señor.

Santiago 1: 17/18
Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras. Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación. NVI.

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