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Malaquías 2: 1/10 «Y ahora, para ustedes, sacerdotes, es este mandamiento. 2 Si no escuchan, y si no deciden de corazón dar honor a Mi nombre», dice el Señor de los ejércitos, «enviaré sobre ustedes maldición, y maldeciré sus bendiciones; y en verdad, ya las he maldecido, porque no lo han decidido de corazón. 3 Yo reprenderé a su descendencia, y les echaré estiércol a la cara, el estiércol de sus fiestas, y serán llevados con él. 4 Entonces sabrán que les he enviado este mandamiento para que Mi pacto siga con Leví», dice el Señor de los ejércitos. 5 «Mi pacto con él era de vida y paz, las cuales le di para que me reverenciara; y él me reverenció, y estaba lleno de temor ante Mi nombre. 

6 La verdadera instrucción[a] estaba en su boca, y no se hallaba iniquidad en sus labios; en paz y rectitud caminaba conmigo, y apartaba a muchos de la iniquidad. 7 Pues los labios del sacerdote deben guardar la sabiduría, y los hombres deben buscar la instrucción de su boca, porque él es el mensajero del Señor de los ejércitos. 8 Pero ustedes se han desviado del camino, han hecho tropezar a muchos en la ley, han corrompido el pacto de Leví», dice el Señor de los ejércitos. 9 «Por eso Yo también los he hecho despreciables y viles ante todo el pueblo, así como ustedes no han guardado Mis caminos y hacen acepción de personas al aplicar la ley. 10 »¿No tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué nos portamos deslealmente unos contra otros, profanando el pacto de nuestros padres? NBLA.

...  hechizados por la hechicería subterránea que inunda sus mente-almas-, con la deformidad, lo contrahecho lo pervertido, la fealdad como expresión de lo horripilante, lo descompuesto, fascinados con los espectros que llenan de oscuridad, en la que son útiles a las manifestaciones de odio por lo que en realidad es cada, quien, tratando de dañar, de convertir en lo que son sus adorados belcebúes, les muestras, engañosamente, disfrazados, porque en efecto son ángeles, creados por la mano de Dios.

2 de Corintios 11: 12/15 12 Si actúo y seguiré actuando de este modo, es para desenmascarar a esos que presumen de ser como nosotros. 13 En realidad, esos tales son apóstoles falsos, obreros fraudulentos disfrazados de apóstoles de Cristo. 14 Y no hay que sorprenderse, pues si el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz, 15 es natural que, quienes le sirven se disfracen de agentes de salvación. Pero tendrán el final que merecen sus acciones. BLPH.   

Que atrocidad esta verdad, evidencia de la condición natural de los muertos que creen estar vivos porque se mueven, para desfigurar su realidad, sus cuerpos,  sumergiéndose en la profundidad de las regiones celestes, para convertirse en la "pared del infierno", en que se despliega el frenesí del mal, de la caótica ignorancia sobre su Altísima Dignidad, cubriendo de "grafitis", el que por creación, el templo en que E,. Creador, deja saber que es la vida y como se vive.

Santiago 4: 1/8 ¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no vienen de sus pasiones, las cuales luchan dentro de ustedes mismos? 2 Si ustedes desean algo, y no lo obtienen, entonces matan. Si arden de envidia y no consiguen lo que desean, entonces discuten y luchan. Pero no obtienen lo que desean, porque no piden; 3 y cuando piden algo, no lo reciben porque lo piden con malas intenciones, para gastarlo en sus propios placeres. 4 ¡Ay, gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Todo aquel que quiera ser amigo del mundo, se declara enemigo de Dios. 5 No crean que la Escritura dice en vano: «Ardientemente nos desea el Espíritu que él ha hecho habitar en nosotros.» 6 Pero la gracia que él nos da es mayor. Por eso dice: «Dios se opone a los soberbios, y da gracia a los humildes.» 7 Por lo tanto, sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes. 8 Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Límpiense las manos, pecadores! Y ustedes, los pusilánimes, ¡purifiquen su corazón! RVC.

Una parte pequeña de la humanidad, se manifiesta como si en efecto hubiera saldo del infierno, actúa con odio subeterraneo contra El Creador, destruyendo sus cuerpos, con el fin de cambiar lo que Dios hizo, para dejar ver lo que satanás ordena desde sus mentes-almas- infestadas de diablos, influenciándolos para que se dañen hasta el punto en que la bellezas, propia de la Creación de Dios, se vea como un aquelarre espectral, ya no ciertos días del año, sino por el resto de sus existencias.  

Isaías 1: 4/7 4 ¡Ay, gente pecadora, pueblo bajo el peso de la maldad! ¡Ay, simiente de malvados, hijos corrompidos que han abandonado al Señor! Han provocado la ira del Santo de Israel; ¡le han dado la espalda! 5 ¿Por qué quieren ustedes ser castigados todavía? ¿Van a seguir siendo rebeldes? Tienen toda la cabeza enferma, y todo el corazón adolorido. 6 De la punta del pie hasta la cabeza no tienen nada sano. Todo son heridas, hinchazones y llagas abiertas, que nadie ha curado ni vendado ni limpiado con ungüento. 7 Ante ustedes su tierra es asolada, e incendiadas sus ciudades. Su país es devorado por gente extraña, ¡asolado como si lo asolaran extraños! RVC.
 
La gente, la humanidad, los habitantes del mundo desprecian la belleza, natural, la identidad, fijada por el Criterio del Creador, y aman la deformidad, la aberrante contradicción  en que se cumple segundo a segundo, día a día, desde hace diez y ocho mil años, la sentencia de Cristo Jesus, ante el sistema social y religioso que lo habría de asesinar, acerca de sus convicciones religiosas, como hijos de satanás, de lo que les afirmo, como su fascinación era obedecerlo, negando al Creador. 

Efesios 2: 1/3 Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. 2 Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo—el líder de los poderes del mundo invisible[a]—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. 3 Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás. NTV.

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