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Jonás 4: 9/10 9 Pero Dios le dijo a Jonás: ―¿Tienes razón de enfurecerte tanto por la planta? ―¡Claro que la tengo! —le respondió—. ¡Me muero de rabia! 10 El Señor le dijo: ―Tú te compadeces de una planta que, sin ningún esfuerzo de tu parte, creció en una noche y en la otra pereció. CST.

... esfuerzo. exacto valor de la explicación a lo inerte, que yace en el mundo inactivo, reposado, soñoliento, vago, formado en la decisión de evitar cualquier movimiento que exija su intervención, su iniciativa, -"sin ningún esfuerzo de tu parte"- movidos ledamente por el calendario, el poder que produce automáticamente los disfrutes de cada día, de cada celebración, de cada fiesta, todo para la diversión, para el descanso sobre descanso, que incluye el entretenimiento religioso. 

Esclavos esclavizados por la pereza por el sueño de la muerte, que evidencia el trascurrir de los miles de millones de seres humanos, "viendo pasar el tiempo", es decir el deshoje del calendario, pasivos en relacion con todo lo que los rodea, en especial los niños y las niñas, a los que habrían de dedicarles desperezados movimientos de atención, de cuidado, pero que mantiene alejados, reemplazados por animales, que "echados a su lado", comparten el sopor de la inutilidad.

Con pesados movimientos, muy faltos de decisión analítica, se hacen parte mental de los grandes movimientos teóricos del momento, y establecen relaciones con el cambio climático, la naturaleza, el calentamiento global, el exterminio de los niños y las niñas, por tanto de la familia, bajo pendones de "derechos", la "solidaridad" con las guerras, con los planes humanos de segregación, el juego pasivo y claro a distancia, con todo clase de pandillas, sociales y religiosas.

Todos de  acuerdo en todo lo que hacen otros. a pesar de la abierta irreverencia insultante, que dejan pasar por el simple hecho de la vagancia, que les indica "vive y deja vivir", esa especie de ecumenismo social que aplica en los social, mayormente en lo religioso, la espesa ciénaga de la descomposición, que se nutre segundo asegundo, con los residuos que aportan los seres insensibles incapaces de apreciar lo que les esta sucediendo día a día.   

Romanos 1: 18/32 18 Se ha hecho manifiesto que la ira de Dios se abate desde el cielo sobre la impiedad y la injusticia de quienes, actuando inicuamente, cierran el camino a la verdad. 19 Porque lo que es posible conocer acerca de la divinidad, lo tienen ellos a su alcance, ya que Dios mismo se lo ha puesto ante los ojos. 20 En efecto, partiendo de la creación del universo, la razón humana puede descubrir, a través de las cosas creadas, las perfecciones invisibles de Dios: su eterno poder y su divinidad. De ahí que no tengan disculpa, 21 pues han conocido a Dios y, sin embargo, no le han tributado el honor que merecía, ni le han dado las gracias debidas. Al contrario, se han dejado entontecer con vanos pensamientos y su necio corazón se ha llenado de oscuridad. 22 Alardeando de sabios, se volvieron tan insensatos 23 que llegaron a cambiar la grandeza del Dios que nunca muere por imágenes de personas mortales, y aun de pájaros, de cuadrúpedos y de reptiles. 24 Por eso, Dios los ha dejado a merced de sus bajos instintos, degradándose y envileciéndose a sí mismos. 25 Este es el fruto de haber preferido la mentira a la verdad de Dios, de haber adorado y dado culto a la criatura en vez de al Creador, que es digno de ser alabado por siempre. Amén.

26 Así que Dios los ha dejado a merced de pasiones vergonzosas. Sus mujeres invierten el uso natural del sexo y se entregan a prácticas antinaturales. 27 Y lo mismo los hombres: dejan las relaciones naturales con la mujer y se abrasan en deseos de los unos por los otros. Hombres con hombres cometen acciones infamantes, y en su propio cuerpo reciben el castigo que merece su extravío. 28 Y como no tienen interés en conocer a Dios, es Dios mismo quien los deja a merced de una mente pervertida que los empuja a hacer lo que no deben. 29 Rebosan injusticia, perversidad, codicia, maldad; son envidiosos, asesinos, pendencieros, embaucadores, malintencionados, chismosos, 30 calumniadores, impíos, ultrajadores, soberbios, fanfarrones, dañinos, rebeldes para con sus padres; 31 no tienen conciencia, ni palabra, ni corazón, ni piedad. 32 Conocen de sobra la sentencia de Dios que declara reos de muerte a quienes hacen tales cosas y, sin embargo, no sólo las hacen, sino que incluso aplauden el que otros las hagan. BLPH.

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