El viejo Hombre

Romanos 6: 6/7 Sabemos esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo , para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado. NBLH.

que presencio en la primera navidad a Dios nacido en la condición de hombre, en su mas sencilla humildad y señalado por El mismo como el hijo del Hombre, fue testigo en apariencia de un nacimiento mas, por cierto en condiciones de aislamiento de las posadas y los lugares de descanso, que por ese tiempo estaban atestados de gente.

Viejos fueron ante El, todos, los que tenían al menos un minuto mas de vida, tal como lo establece la inexorable cronología del tiempo, sin embargo ninguno de estos, ni de los que los antecedieron, ni de los que nacerían después, hasta el fin de los tiempos, eran jóvenes o viejos por razones de edad, sino por razones del pecado.

Nadie podría entender que el niño, que nacía, moriría también como todos tienen que morir cuando nacen en pecado, pero no para cumplir la sentencia de Dios El Padre de muerte eterna, sino precisamente para salvar de la muerte a los que libremente acepten su muerte expiatoria, tomando su lugar en la Cruz, junto con Cristo Jesús, en la que muere el viejo hombre.

La muerte de Cristo Jesús, es el pago suficiente que justifica la muerte a que estaba condenada la humanidad por causa del pecado, El nació como hombre y vivió como hombre, solo que jamás peco, declarando nula la mentira del que con mentiras los mató en el jardín del Edén. Es nulo el decreto que pesa sobre los hombres, porque Cristo lo anuló y con su presencia en el corazón del nuevo nacido, garantiza la nueva vida en proceso de santificación.

Colosenses 2: 13/15
Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y porque aún no les habían quitado la naturaleza pecaminosa. Entonces Dios les dio vida con Cristo al perdonar todos nuestros pecados. Él anuló el acta con los cargos que había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz. De esa manera, desarmó a los gobernantes y a las autoridades espirituales. Los avergonzó públicamente con su victoria sobre ellos en la cruz. NTV.

¿Que o quién podría impedir; excepto por usted mismo, que decida soberanamente recibir en esta navidad el regalo de la Salvación que Dios El Padre nos da como un Padre Amoroso? Es posible que esta navidad pueda ser la primera para el viejo hombre que ha celebrado muchas navidades sin razón ni sentido, para venir a ser como aquel precioso Bebe, un nuevo nacido para la eternidad.

Hebreos 4: 14/15
Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro gran Sumo sacerdote que ha entrado en el cielo. Por eso debemos seguir firmes en la fe que profesamos. Pues nuestro Sumo sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad, porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; sólo que él jamás pecó. DHH.

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