Creciendo

Romanos 10: 17 Así que las personas llegan a confiar en Dios cuando oyen el mensaje acerca de Jesucristo. TLA.

En la medida en que permito que sea Dios mismo quien me capacite, dejando de escuchar los chillidos religiosos, que tratan de distraernos, es así como crece nuestro conocimiento en Cristo Jesús y la fe se centra en Dios, en un proceso interminable, desarrollado para "conocer a Dios".

2 de Corintios 7: 10
Pues la clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja del pecado y trae como resultado salvación. No hay que lamentarse por esa clase de tristeza; pero la tristeza del mundo, al cual le falta arrepentimiento, resulta en muerte espiritual. NTV.

Satanás queda al descubierto, cuando la luz de Dios continúa filtrándose en nuestra conciencia y surge la convicción de pecado, El Espíritu Santo, actúa para ungirnos, para separarnos, de modo que podamos meditar personalmente, en lo que ha sido y es nuestra vida.

El primer asomo a entender lo que es el arrepentimiento, empieza en la convicción de pecado, que anhela el perdón de aquel a quien hemos ofendido en su Santidad. Somos concientes de la vida de pecado en que vivíamos y la tristeza es tal, que parece consumirnos, porque nos aleja del pecado.

El dios de este mundo pierde poder de esclavitud sobre nosotros, cuando encontramos la explicación a nuestra propia santidad, que es el resultado de haber sido genuinamente perdonados, en el sacrificio de Cristo Jesús, para venir a ser santos, que es exactamente lo opuesto a lo que éramos.

El Dios vivo toma forma ante nuestros ojos y el ser testigos de su Santidad, nos permite "conocernos a nosotros mismos", para avanzar en lo que es el arrepentimiento, cuando tenemos acceso al Dolor de Dios, a la tragedia de Dios, al entregar a su hijo para que ocupara nuestro lugar en la cruz.

En la presencia de Dios El Padre, toma forma el valor, mejor, el costo que el tuvo que pagar para redimirnos, para satisfacer su justicia y así poder perdonarnos y estrecharnos en sus brazos, para toda la eternidad, porque nos da su Santo Espíritu, para que nuestro caminar, sea en la condición de hijos.-
1 de Pedro 1: 18/19-.

1 de Juan 5: 1/4
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha llegado a ser un hijo de Dios. Y todo el que ama al Padre ama también a los hijos nacidos de él. Sabemos que amamos a los hijos de Dios si amamos a Dios y obedecemos sus mandamientos. Amar a Dios significa obedecer sus mandamientos, y sus mandamientos no son una carga difícil de llevar. Pues todo hijo de Dios vence a este mundo de maldad, y logramos esa victoria por medio de nuestra fe. NTV.

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