Cuando conocemos, ...

Juan 6: 26 Jesús les contestó: —Les digo la verdad, ustedes quieren estar conmigo porque les di de comer, no porque hayan entendido las señales milagrosas. NTV.

... a Dios, deben ocurrir muchas, muchas, cosas en nuestras vidas, como no, si se trata del omnipotente, omnisciente, omnipresente, creador de nuestros cuerpos almas y espíritus, es decir todo nuestro ser, junto con el universo visible mensurable, y el universo invisible que es inconmensurable.

Dios en la persona del Padre Celestial, que ha tomado forma ante nosotros en su hijo unigénito Cristo Jesús, como resultado de la obra del Espíritu Santo, ha despejado completamente la duda de los tiempos en que solamente acertábamos a decir, Oh Dios, igual que la demás gente que nos rodeaba.

Dios se ha revelado a nosotros, debido a nuestra decisión de aceptar su Gracia, Su Amor incondicional, excepto el pecado del que nos limpia para siempre el sacrificio de Cristo Jesús, devolviêndonos la vida, en el nuevo nacimiento, que es el milagro por el que Dios mismo, es quien nos cuida de día y de noche, como el mejor y Unico Padre que tenemos.

¿Cuantas cosas han de ocurrir en nuestras nuevas vidas?, todas, todo en la nueva vida es excepcional y es imposible de ejecutar si no es porque Dios mismo lo hace, viviendo Su vida, por medio de nosotros, desarrollando nuestro carácter, conforme al carácter de Cristo Jesús, durante nuestro proceso de crecimiento, de maduración espiritual.

Muchos que dicen conocer a Dios, quedan al descubierto, cuando nos manifiestan que la razón por la que "lo conocen", es porque El puede darles pan y muchas otras cosas parecidas. Los que conocen a Dios, lo conocen como Padre ¿y quien que teniendo a Dios por Padre, podría preocuparse por el pan? Que podrá sustituir el gozo de disfrutar de su Amor, de su presencia y de sus cuidados.

Lucas 11: 11/13
«¿Acaso alguno de ustedes, que sea padre, sería capaz de darle a su hijo una culebra cuando le pide pescado, o de darle un alacrán cuando le pide un huevo? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!» DHH.

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