El Atajo de la Religión

Colosenses 1:12/14 12con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. RVR6O

Toda la humanidad fue convocada por el amor de Dios, ante la Cruz, no para juicio, sino para reconciliación, porque Dios el Padre decidió por amor, por su gracia, perdonar el pecado, mediante el sacrificio de su hijo Unigénito Cristo Jesus.

la Religión evita que la gente comparezca ante la cruz, alejándolos del amor y de la misericordia de Dios, utilizando como atajo, la oferta engañosa de rituales y de ceremonias y de prohibiciones, dejandolos ante la convocatoria de Dios, esta y ultima final vez, para juicio.- Hebreos 9: 27
Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, RV6O

El atajo, con el que la religión desvía a la gente de la linea directa, en que sus vidas desembocan ante Cristo Crucificado, es el que mantiene activo a ese gigante sistema, compuesto por multitud de formas y de nombres, al que pertenecen miles de millones de seres humanos en este tiempo.

Pero la verdad es que El amor de Dios y su gracia, están vigentes, para todos los descendientes de la pareja, en que luego de ser apartados de la presencia de Dios, fue fundada la religión y por muy poderoso que parezca ser el atajo, el perdón divino esta disponible para todos sin excepción.

1 de Juan 4: 7/10
7Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. 8El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. 9Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. 10En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. NVI

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