Consecuencias Tardías
Ezequiel 12: 21/28 21El Señor me dirigió la palabra:22 «Hijo de hombre, ¿qué quiere decir este refrán que se repite en la tierra de Israel: "Se cumple el tiempo, pero no la visión" ?23 Por lo tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: "Pondré fin a ese refrán, y ya no volverán a repetirlo en Israel." Y adviérteles también: "Ya vienen los días en que se cumplirán las visiones.24 Pues ya no habrá visiones engañosas ni predicciones que susciten falsas expectativas en el pueblo de Israel.25 Porque yo, el Señor, hablaré, y lo que diga se cumplirá sin retraso. Pueblo rebelde, mientras ustedes aún tengan vida, yo cumpliré mi palabra. Lo afirma el Señor omnipotente." » 26 El Señor me dirigió la palabra:27 «Hijo de hombre, el pueblo de Israel anda diciendo que tus visiones son para un futuro distante, y que tus profecías son a largo plazo.28 Por lo tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: "Mis palabras se cumplirán sin retraso: yo cumpliré con lo que digo. Lo afirma el Señor omnipotente." » NVI
Todos sabemos por experiencia personal, que toda conducta esta envuelta en la ley de causa y efecto. Esta realidad es muy notoria en nuestros recuerdos infantiles, cuando si obrabamos mal, éramos castigados, pero si hacíamos algo bueno, éramos premiados.
Algo muy importante, de lo que ocurría cuando éramos muy jóvenes, es que tanto el premio como el castigo, ocurrían como consecuencia inmediata de la conducta buena o mala. Al meditar sobre esta realidad, es necesario, tener cuidado, al analizar lo que sucede ahora que somos adultos.
Es claro que como adultos, pareciera que la ley de causa y efecto, ha cambiado, nos parece que nuestro Padre Celestial no esta interesado en nuestra conducta, especialmente aquella que afecta nuestra comunión con El. Nos parece, y especialmente en tiempo de dificultad, que Dios no esta interesado en nosotros.
Poco a poco, dejamos que pensamientos y dudas humanas, se hagan responsables de nuestra desobediencia, creyendo atrevidamente, que a Dios no le importa lo que hacemos, olvidándonos de que su "demora", en tomar acciones acerca de nuestra conducta, es debido a su bondadosa misericordia.
El amor inconmensurable de nuestro Dios y Padre, esta siempre anhelando, que tomemos el camino de nuevo, arrepintiendonos de nuestra desobediencia, que es la única forma como se restablecerá nuestra comunión con El.
Dejemos que El Espíritu Santo, nos guie, en la presencia de Dios el Padre, para que nuestros actos, sean actos de amor realizados en el carácter de Cristo Jesus, nuestro Señor y Salvador.
2 de Pedro 3: 8/9 8No dejéis de recordar, amados míos, que un día es para el Señor como mil años, y mil años como un día. 9Aunque a algunos les parezca tardanza, el Señor no va a demorar el cumplimiento de su promesa; sólo que él, por evitar que alguno se pierda, está alargando pacientemente el plazo para darle a todo pecador ocasión de arrepentirse. Versión Castilian