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Isaias 60: 19/21 19 Nadie en Jerusalén necesitará más de sol ni de luna para que los iluminen, porque el Señor, el Dios de ustedes, será su luz perpetua; ¡él será su resplandor! 20 El sol nunca tendrá ocaso y la luna no menguará, porque el Señor será luz permanente. Los días de luto por fin terminarán. 21 Todo los habitantes de Jerusalén practicarán la justicia y poseerán por siempre la tierra, porque aquí los plantaré con mis propias manos, y así se manifestará mi gloria. NBV.
... estado en que la humanidad declina cada vez que inhala, exhala; permanente descenso hacia el abismo, en la excelencia de la decadencia, señalado por el horizonte de su perdición pecaminosa, tragedia que opera en el subterráneo espiritual al que es arrastrada sin remedio cada una de las individualidades que se desenvuelven en el mundo como sus orgullosos habitantes, aunque siempre ha sido así, no obstante, la gente crea sus propias alboradas, con luces de neón.
Lucas 1: 73/79 73 El juramento que hizo[c] a nuestro padre Abraham(G): 74 Concedernos que, librados de la mano de nuestros enemigos, Le sirvamos sin temor, 75 En santidad y justicia(H) delante de Él, todos nuestros días. 76 Y tú, niño, serás llamado profeta(I) del Altísimo(J); Porque irás delante del Señor(K) para preparar Sus caminos(L); 77 Para dar a Su pueblo el conocimiento de la salvación Por[d] el perdón de sus pecados(M), 78 Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Con que la Aurora(N) nos visitará desde lo alto, 79 Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte(O), Para guiar nuestros pies en el camino de paz». NBLA.
La humanidad resignada a los ciclos del sol y la luna como amanecer y ocaso, les dan valor eterno, han cifrado su esperanza en el horizonte del que depende su único cambio posible; son habitantes de la oscuridad, sin horizonte posible distinto a las tinieblas que los envuelve y que llegado el tiempo de la rendición de cuentas ante El Creador, quedara al descubierto que se trata de la estafa, en que satanás les hizo que creer, que las luces artificiales, encendidas era el amanecer, y apagadas el ocaso.
Job 11: 14/20 14 si apartas tu mano de la maldad y no alojas en tu tienda la injusticia, 15 podrás alzar la frente sin mancilla; te acosarán, pero no tendrás miedo; 16 podrás olvidar tu infortunio, recordándolo como agua que pasó. 17 Tu vida será más luminosa que el mediodía, tus tinieblas serán como un amanecer; 18 vivirás seguro y con esperanza, te sentirás protegido, dormirás tranquilo; 19 descansarás libre de sobresaltos y muchos buscarán tu favor. 20 Pero los ojos del malvado se apagan, no podrá encontrar un refugio, su esperanza es sólo un suspiro. BLPH.
La oscuridad que le da carácter a la muerte es consecuencia de la decisión libre, deliberada, soberana del varón y la varona Creados a imagen y semejanza de su Creador, la eterna primavera, cargada de Luz en que se desenvolvía la vida para aquellos, declinó para siempre, apareció el reinado de la muerte, la oscuridad en que obran abiertamente los espíritus caídos de la posición que Dios les asignó, las regiones celestes, confinadas al intermedio entre el suelo y el firmamento.
Efesios 6: 10/17 10 Por lo demás, fortalézcanse en el Señor(A) y en el poder de su fuerza(B). 11 Revístanse con[a] toda la armadura de Dios(C) para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo(D). 12 Porque nuestra lucha(E) no es contra sangre y carne(F), sino contra principados, contra potestades, contra los poderes[b] de este mundo(G) de tinieblas(H), contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes(I).
13 Por tanto, tomen toda la armadura de Dios(J), para que puedan resistir en el día malo(K), y habiéndolo hecho todo, estar firmes(L). 14 Estén, pues, firmes, ceñida su cintura[c] con la verdad(M), revestidos(N) con la coraza de la justicia(O), 15 y calzados los pies con la preparación para anunciar el evangelio de la paz(P). 16 Sobre todo, tomen el escudo de la fe(Q) con el que podrán apagar todos los dardos encendidos(R) del maligno(S). 17 Tomen también el casco de la salvación(T), y la espada(U) del Espíritu que es la palabra de Dios(V). NBLA.
Nacer muertos, debido al pecado de los padres, guiado por los mismos para repetir su manera de existir, para pecar de manera "personal", alimentando la muerte, pecando pequeño, cuando somos pequeños, pero creciendo en pecado en depravación en abominables vicios y dependencias, abigarrados en la media en que crecemos, que "maduramos", que la sociedad y el sistema religioso, nos reconoce como adultos, en la plenitud de la capacidad física y mental, para llenar el infierno.
Juan 3: 16/21 16 Tanto amó Dios al mundo, que no dudó en entregarle a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino tenga vida eterna. 17 Pues no envió Dios a su Hijo para dictar sentencia de condenación contra el mundo, sino para que por medio de él se salve el mundo. 18 El que cree en el Hijo no será condenado; en cambio, el que no cree en él, ya está condenado por no haber creído en el Hijo único de Dios. 19 La causa de esta condenación está en que, habiendo venido la luz al mundo, los seres humanos prefirieron las tinieblas a la luz, pues su conducta era mala. 20 En efecto, todos los que se comportan mal, detestan y rehuyen la luz, por miedo a que su conducta quede al descubierto. 21 En cambio, los que actúan conforme a la verdad buscan la luz para que aparezca con toda claridad que es Dios quien inspira sus acciones. BLPH.