El Cordon carmesí, ...

Mateo 27: 50/51 Entonces Jesús volvió a gritar y entregó su espíritu.  En ese momento, la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba a abajo. La tierra tembló, las rocas se partieron en dos, NTV.

... que colgó Rahab en su ventana, luego de despedirse de los "espías", enviados por Josué, la hizo parte del plan de Dios para derribar las murallas de Jericó y borrar la orgullosa e idolátrica población que se sentía tan segura tras sus fortificaciones.

Josue 2: 21 —Acepto las condiciones —respondió ella. Entonces Rahab los despidió y dejó la cuerda escarlata colgando de la ventana.  NTV.

La decisión de Rahab, estaba centrada en que los espías cumplieran su promesa, su fe sencilla le dijo que ellos eran representantes del Dios de Israel y que si obedecía su vida seria preservada, porque el cordón carmesí que pendía de su ventana, la eximiría de la destrucción que se avecinaba, como en efecto ocurrió. 

La casa de Rahab estaba en el centro de la muralla, que fue derribada por Dios y sin embargo quedo intacta; El cordón carmesí permaneció día y noche en su ventana, como prueba de su decisión por Dios, el rojo carmesí fue el símbolo que fue tenido en cuenta para librarla de la muerte y fue la señal que le mereció ser parte de la genealogía del Salvador.

Los cristianos, viven por la obra redentora de la  sangre carmesí de su Salvador y debieran tener el cuidado que tubo Rahab, que permaneció  unida al Dios de Israel convencida de que el cordón rojo que colgó de su ventana seria visto por El, pues el cordón carmesí, fue la señal de su salvación. 

Hemos de obrar de manera similar, exhibiendo el "cordón carmesí de la sangre de Cristo Jesus", aunque nuestra fe se haya debilitado, hasta creer que nadie lo ve, Nuestro Padre Celestial si lo ve, con seguridad si lo ve y nos reconocerá como el fruto de esa sagrada sangre, que nos Salvó y que nos cubre dia a dia, de las caídas, que tenemos en este mundo depredador.

Como podría un Cristiano asegurar; ayer peque, hoy no, esto seria como si ayer teníamos colgado el "cordón carmesí de la sangre que nos salvo" y hoy lo retiramos. No esto no es posible, porque siempre estaremos expuestos al pecado en este mundo caído, por tanto la única seguridad que tenemos esta en la preciosa sangre de Cristo Jesús, que nos perdona, siempre.

El Cordero inmolado, declaró nulo el templo como lugar de los sacrificios, porque todos los sacrificios se cumplieron en El; la Sangre del cordero por tanto nos dejó exactamente en el trono de la gracia,  la Sangre de Cristo Jesús, nos permite entrar por la puerta que se abrió al rasgarse la cortina del templo. 

Se trata de la obra del Espíritu Santo, que nos sitúa en el punto de equilibrio, en el que seremos instruidos a cabalidad sobre el contenido de Hebreos 10: 26/27 Porque si después de haber conocido la verdad continuamos pecando intencionadamente, ¿qué otro sacrificio podrá perdonar los pecados?  Sólo queda la temible espera del juicio y del fuego ardiente que está presto a devorar a los rebeldes.  BHTI-ES.

¿Como obra en mi el rojo carmesí de la sagrada sangre de Cristo Jesús; Esta colgado siempre en mi ventana?; como entiendo mi redención ante el Padre Celestial, alcanza mi fe para creer que El si ve el cordón rojo de su sangre y que esta pendiente de que permanezca colgado en mi ventana?- Lucas 18: 9/14-

Hebreos 6: 19/20   Esta esperanza es un ancla firme y confiable para el alma; nos conduce a través de la cortina al santuario interior de Dios.  Jesús ya entró allí por nosotros. Él ha llegado a ser nuestro eterno Sumo Sacerdote, según el orden de Melquisedec.  NTV.

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