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Genesis 24: 2/4 Abrahán ya era viejo, y muy entrado en años; y el Señor había bendecido a Abrahán en todo. 2 Y Abrahán le dijo a uno de sus criados, el más viejo de todos, y que era el que administraba todo lo que tenía: «Pon ahora tu mano debajo de mi muslo. 3 Voy a hacer que me jures por el Señor, el Dios de los cielos y la tierra, que no tomarás para mujer de mi hijo a ninguna de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito. 4 Más bien, irás a mi tierra, con mis parientes, y allí tomarás mujer para mi hijo Isaac.» RVC.

... afirmación, que paradójicamente es negación en labios de los seres humanos, que encuentran su razón de ser, mirando la cuna, forma y figura de la maternidad, de la figura de las madres, en quien descansa como lo mas elevado, lo de mayor importancia, la cúspide de la explicación a su presencia en el mundo, el paradigma en que se desarrollara su existir, conformados a la experiencia humana previa, de la que depende enteramente la expe4riencia de la que cada quien sera el hito para los que vienen después.

Eclesiastés 2: 25/26 25 Porque ¿hay alguien que haya tratado de disfrutar de la vida más de lo que yo lo he hecho?[a] 26 Además, Dios le da sabiduría, entendimiento y alegría a quien él aprueba. En cambio, al pecador Dios lo hace trabajar para que junte y acumule para luego dárselo a quien Dios aprueba. Por eso acumular riquezas tampoco tiene sentido y es como tratar de atrapar el viento. PDT.

La voz que la gente de cada tiempo escucho, de alguien idéntico a ellos, pronunciando la palabra Dios, y refiriendo la palabra pecado, hubo, según deducimos con sencillez, de sostener una lucha constante, con la idealización, de tales afirmaciones, la debacle en que sus mentes-almas-, desgranan posibilidades de que haya algo que pueda competir con su origen, con su vida generada en el seno de las madres, la mayor de las personas para cada "hijo, e hija," que a pesar de todo, abandonaran, hasta el olvido total.

Juan 1: 15/18 15 Juan dio testimonio de él proclamando: “Este es aquel de quien yo dije: el que viene después de mí es superior a mí porque existía antes que yo” 16 En efecto, de su plenitud todos hemos recibido bendición tras bendición. 17 Porque la ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos vinieron por medio de Jesucristo. 18 A Dios nadie lo vio jamás; el Hijo único, que es Dios y vive en íntima unión con el Padre, nos lo ha dado a conocer. BLPH.

Los sucesos que han sido revelados desde la antigüedad, por la aprobación de Dios, a los que han merecido su aprobación, dada su capacidad para para recibirla, soportan la desaprobación, innegociable, fanática de la gente decidida, entregada sin reservas, sin limiters, a rendir honor, homenaje, y reconocimiento al proceso fisiológico, material, del que creen ser "fruto", así que cualquier aceptación relativa a la "acepción Dios", siempre dependerá del poder de su nacimiento, de su razon de ser.

Jeremías 7: 16/19 16 »Pero en cuanto a ti, Jeremías, no intercedas por este pueblo. No me ruegues ni me supliques por ellos. No me insistas, porque no te escucharé. 17 ¿Acaso no ves lo que hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 18 Los niños juntan la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres hacen la masa para cocer tortas y ofrecérselas a la “reina del cielo”. Además, para ofenderme derraman libaciones a otros dioses. 19 Pero no es a mí al que ofenden —afirma el Señor—. Más bien se ofenden a sí mismos, para su propia vergüenza. CST.

El concepto "nativo de origen" en que ha circulado la gente divagando con acertijos, sobre lo que realmente quiere deducir la palabra dios, dio origen al sistema religioso, que como Dios nos lo explica, desde la antigüedad ha tenido como fundamento la maternidad, la " madre de Dios, la madre de los cielos", base esta que dio lugar a la extravagante polución idolátrica, hecho que en la actualidad es evidencia en la forma religiosa que es líder del sistema, forma que se basa en la adoración de la maternidad.

Juan 6: 41/45 41 Por eso los judíos murmuraban de Él, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. 42 Y decían: ¿No es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo es que ahora dice: «Yo he descendido del cielo»? 43 Respondió Jesús y les dijo: No murmuréis entre vosotros. 44 Nadie puede venir a mí si no lo trae[a] el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final. 45 Escrito está en los profetas: «Y todos serán enseñados por Dios». Todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a mí. LBLA.

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