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Proverbios 8: 33/38 33 Acepten la corrección, no la rechacen y serán sabios. 34 Felices aquellos que me escuchan velando a mis puertas cada día, vigilando los dinteles de mi entrada. 35 Quien me encuentra, encuentra la vida y obtiene el favor del Señor. 36 Mas quien me ofende, se daña a sí mismo; los que me odian, aman la muerte”. BLPH.

... sobre el que se edifica, siempre la naturaleza humana, dotada de la sin límites capacidad para odiar, al punto en que ase odias así mismo todo ser, todo ente que ha nacido del vientre, y llega al mundo con el propósito de definir su elección, de confirmar su decisión pretérita de rechazar el Amor, de Dios su Creador, para ser restaurados a la vida, confirmados en sus exuberantes actos de satisfacción, de diversion degustando la descomposición de la verdad, de la vida.

Deuteronomio 5: 7/10 7 »No tengas otros dioses además de mí.[a] 8 »No hagas ningún ídolo ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. 9 No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación. 10 Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones. CST.

Completos, sin que les falte nada, hasta donde los términos mas elevados, de los mas explícitos lenguajes creados por la gente, actúan los seres que creen vivir por el sencillo, elemental hecho de sus movimientos corporales, pero preferencialmente de las constantes exigencias de sus apetitos, de sus instintos animales, es decir, los instintos que declaran ser satisfechos sexualmente sin importar lo que tengan que hacer para conseguirlo, experimentando sin descanso en la búsqueda viciosa depravada de nuevas formas de pervertir lo que ayer sátira, sádica consumación menstruosa.

La Voz de Dios nos sitúa en la execrable, ignominiosa depravación de aquellos cerca de dos millones que salieron de Egipto, y que reiterativamente rechazaron tener una relacion personal con el Creador, porque amaban y  amaron el pecado u  la muerte hasta el fin, a pesar de haber recibido por intercesión de Moises el privilegio de la observancia, con el fin del cambio, durante cuarenta años, que le dieron la oportunidad a Dios de escribir para el tiempo de hoy los capítulos 18 al 20 de Levítico.    

Aquellos que llegaron a desconocer, a desfigurar a Dios a tal punto de depravada apostasía que lo vieron, lo consideraron la figura de un becerro, hecho de tal magnitud pecaminosa que les causó la muerte a todos sin excepción, pues ni uno solo salió con vida del desierto, en que corrompieron en absoluto el concepto de familia, de papa, de mama. de parientes, de amidos y demás individuos, pues todos eran simples auto objetos de la depravación del desenfreno estimulado por las tinieblas. 

Éxodo 342: 1/8 Al ver los israelitas que Moisés tardaba en bajar del monte, fueron a reunirse con Aarón y le dijeron:―Tienes que hacernos dioses que marchen[a] al frente de nosotros, porque a ese Moisés que nos sacó de Egipto, ¡no sabemos qué pudo haberle pasado! 2 Aarón les respondió: ―Quitadles a vuestras mujeres los aretes de oro, y también a vuestros hijos e hijas, y traédmelos. 3 Todos los israelitas se quitaron los aretes de oro que llevaban puestos, y se los llevaron a Aarón, 4 quien los recibió y los fundió; luego cinceló el oro fundido e hizo un ídolo en forma de becerro. Entonces exclamó el pueblo: «Israel, ¡aquí tienes a tus dioses que te sacaron de Egipto!» 5 Cuando Aarón vio esto, construyó un altar enfrente del becerro y anunció: 

―Mañana haremos fiesta en honor del Señor. 6 En efecto, al día siguiente los israelitas madrugaron y presentaron holocaustos y sacrificios de comunión. Luego el pueblo se sentó a comer y a beber, y se entregó al desenfreno. 7 Entonces el Señor le dijo a Moisés:  ―Baja, porque ya se ha corrompido el pueblo que sacaste de Egipto. 8 Demasiado pronto se han apartado del camino que les ordené seguir, pues no solo han fundido oro y se han hecho un ídolo en forma de becerro, sino que se han inclinado ante él, le han ofrecido sacrificios y han declarado: “Israel, ¡aquí tienes a tu dios que te sacó de Egipto!” CST.

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